T R E S

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Tara miraba a su estúpido primo por un largo rato mientras este se encontraba sentado en el piso con su rostro escondido entre sus piernas.

-No diré que eres un idiota –suspiro la chica-. Pero lo eres

-Dijiste que no lo dirías –masculló-.

-Sí, pero no lo prometí –miró al frente-. Ahí viene la perra, te dejo con tus problemas

Gael tuvo que alzar su rostro al escuchar unos tacones acercarse a grandes pasos hacia él, Allison lo miraba con los brazos cruzados y haciendo una mueca que la hacía ver hermosa en vez de enfadada, como ella quería realmente mostrarse.

-Hola preciosa –se levantó y la abrazó de la cintura-.

-No me toques –lo empujo-. ¿Por qué me ignoras? –chilló-. Desde ayer que no respondes mis mensajes

-¿No? –Miro su celular-. Ah cierto, es que papá llegó de viaje y me entretuve con él

-Ajá –rodo los ojos-. Mira realmente me vale, te dije que quería un vestido nuevo

-Si hermosa, lo siento –beso sus labios-. Hoy podemos ir si quieres

-Está bien mi osito –sonrió-.

Ambos se besaron con pasión, estaban en medio del pasillo pero realmente les importaba poco, la espalda de Allison chocó contra los casilleros y sus piernas se enredaron en la cintura de su novio, este bajo sus labios hasta el cuello de la chica y ella jadeo en su oído.

-¡Hey! ¡Ustedes dos! –Les grito un profesor desde el final del pasillo-. ¡Dejen de hacer porno en público!

Gael rio y tomando de la mano a su chica corrieron hacia otro pasillo, Allison odiaba correr por lo que se detuvo abruptamente y en ese acto chocando con un chico que lanzo su malteada hacia ella por error.

-¡Oh por dios! –Chillo la chica-. ¡Mira lo que hiciste imbécil!

Gael miró con sorpresa a su novia y luego al chico que lanzó la malteada, sorprendiéndose al notar que era su hermoso mate quien se encontraba igualmente sorprendido.

-Yo, lo siento –se lamentó el joven-. No te vi, y tu...

-¿Yo? Si el único culpable eres tú, engendro –lo miro de pies a cabeza-. Mírate, no eres nadie

El chico frunció el ceño y luego para sorpresa de todos, ya que con los chillidos de la chica muchos curiosos empezaron a acercarse, el joven sonrió divertido.

-Escucha "chica" –rio-. Realmente no quiero problemas, ya me disculpe, por lo que si deseas algo más no es mi problema, además la culpable fuiste tú al no ver por donde ibas

-¡Agh! ¡Eres un idiota! –chillo nuevamente-. ¿Cómo te atreves a hablarme así? ¿Acaso no sabes quién soy?

-Sí, lo sé –ladeo la cabeza aun sonriendo-. Pero a veces a los perros hay que tratarlos mal

Gael se cubrió la boca para evitar soltar una carcajada y vio cómo su mate hizo un lado a la chica para luego alejarse frente la atenta mirada de todos.

-¡Gael! –Le golpeo el pecho-. ¿Por qué no me defendiste?

-Allison –susurro-. Fue tu culpa no podía hacer nada

-¿Qué dijiste? –chillo-. Repítelo porque no te oí

-Creo que mejor debemos de ir a limpiarte –la tomo de la mano-.

-¡No! –chillo-. ¡Suéltame, estoy molesta! –lo empujo-. No me vuelvas a hablar hasta que yo lo diga

-Pero bebé...

Only One ©Where stories live. Discover now