- Vamos Mione, ya oscureció, tenemos que movernos

Tomo la mano de Hannah y comenzamos a correr detrás del grupo, en medio del bosque. Si seguimos a este ritmo podremos llegar a salvo a la ciudad que está más adelante. Alguien del grupo mencionó que era una ciudad de magos sangre pura, solo por ese hecho, hay menos posibilidades de que sea destruida.

- ¿Escuchas eso?

- Se oye como más gente corriendo. –Al llegar justo al borde del bosque, vemos a más de cincuenta personas tratando de subir la colina y refugiarse en los árboles que rodean la ciudad, pero eso no es lo único que logro escuchar... -¡ALTO! ¡NO SIGAN!

- ¿Qué pasa?

- Miren al cielo.

- Dragones.

En cosa de segundos una de las grandes sombras negras que se movía en el cielo, baja tan rápido que solo una pequeña parte de los que trataban de subir a la colina, logra salvarse. Del resto solo se pueden oír los gritos y las llamas alzarse. Los dragones son muy rápidos cuando están en vuelo, pero si son de ese tamaño no pueden realizar movimientos bruscos a alta velocidad, así que aprovecho la única oportunidad - ¡Ahora, Corran! ¡No se detengan! –Nos lanzamos a correr justo cuando el gran espécimen va en mitad de su camino de vuelta hacia el resto del grupo de dragones. Jamás había corrido tanto en mi vida, como en estas últimas semanas, y mucho menos como lo hicimos ahora. No nos detuvimos, ni si quiera para ver cuantos habían logrado llegar al bosque, seguimos hasta estar dentro de la ciudad, nos deslizamos con la mayor cautela que pudimos por las calles, hasta dar con un subterráneo.

No creo que este lugar fuera originalmente mágico, pero al ver a tanta gente correr, estoy segura de que creían que podría servir como refugio.

Nos apretamos en la entrada del metro, muchos bajaron al subterráneo para asegurarse de estar a salvo de los dragones que seguían custodiando el cielo, se atropellaban mutuamente para seguir con vida.

- Debemos bajar, es más seguro moverse por la línea del metro...

- No.

- ¡Mione no podemos caminar por la superficie!

- Tampoco ir tan abajo, puede haber algo peor ahí.

- ¿Qué podría haber?

- Escuchen...

Nos apretamos en el borde de la entrada y escuchamos como una especie de tormenta o terremoto se expande por todo el suelo, solo es ruido, pero cada vez se hace más fuerte e intenso, nos afirmamos entre nosotros de forma automática al ver como una gran ola sube desde lo que fue la línea del tren subterráneo, y llega como una pequeña marea hasta la entrada. El agua apenas nos llega hasta los tobillos, pero somos incapaces de movernos, al ver los cuerpos de todos los jóvenes que creyeron que ir más abajo sería seguro.

Antes de volver a correr, contamos cuantos del grupo inicial siguen con vida. Cinco, hace dos días éramos once. Pero no hay tiempo para llorar, las muertes seguirán aumentando y es una de las razones por las que no quise aprender los nombres de todos, ya son demasiados que recordar.

- ¿Qué hacemos ahora?

- Probemos con las cañerías, esta ciudad tiene subterráneo, definitivamente era Muggle, así que debe tener cañerías muggles, no son notoriamente visibles y dudo que Bellatrix sepa de ellas como para meter algo ahí.

- Puede haber algo peor ahí, quizás un basilisco, esos se mueven por las cañerías.

- Sí, pero por mucha maldad que haya en este mundo, los basiliscos no abundan como para que justo nos encontremos uno, y no podrían controlarlo... ya no quedan hablantes de parsel.

- ... hay que intentarlo.

Corremos dos cuadras por el borde de los edificios, aún ocultos ante la penumbra de la noche, cuando Dylan encuentra al fin una tapa de cañerías en un callejón. No hay tiempo que perder, las horas pasan demasiado rápido y ya se puede ver el cielo aclararse en el horizonte, la abre y me deslizo sin pensarlo.

Oigo la tapa cerrarse sobre nuestras cabezas, justo cuando se siente el aleteo lejano de las inmensas alas de los dragones. Uno de los chicos con los que aún no hablo, saca una linterna de su mochila para reconocer nuestro entorno. Todo es muy silencioso, se escucha el leve chapoteo de agua bajo nuestros pies, pero nada que pudiera anunciar la presencia de algo más. El tubo en el que nos metimos no mide más de dos metros de ancho, y solo tiene una dirección. Un asentimiento de cabeza para comenzar a avanzar basta para no querer quebrar el silencio que nos rodea, ni despertar a lo que sea que pueda estarnos esperando.

- ¿Cuánto rato más crees que caminemos hasta encontrar una salida?

- Es una cañería, puede que su única salida sea el mar.

- Shhh, no hagan ruido.

- ¿Por qué Mione? Llevamos más de una hora caminando a oscuras y en silencio, lo único que ha cambiado es que el tubo es más grande y ya no estamos tan apretados.

- Por lo mismo, si es más grande debe haber una conexión por acá con otras cañerías, muchos caminos, y no queremos despertar a nada que este oculto en uno de esos caminos.

- No hay más caminos.

- Chicos... apúrense, aquí hay tres direcciones ¿Cuál tomamos?

- Diablos, no reconoce...

- No necesito tus disculpas, niño del que no sé su nombre, solo haz silencio.

- ...

- ...

- Sigamos por el de la izquierda.

- Dylan... -Escucho su comentario y miro los otros tubos oscuros, y de inmediato entiendo su decisión. – Si, vamos.

- ¿Por qué? ¿No es mejor dividirnos? Y no te estoy hablando a ti Hermione, sí, yo sí sé tu nombre.

- Prefiero que sigamos por el único tubo del que no se escucha nada, que nos lanzamos a uno en el que claramente hay algo por el chapoteo del agua.

- ¿Qué?

- Solo escucha.

Nos quedamos en silencio un momento para que el "Niño discusión" entienda y nos siga sin generar más alarma, no es como que vayamos a cambiar de opinión, Hannah está claramente de acuerdo con nosotros, y el otro joven nunca habla, así que lo tomaré como punto a nuestro favor también.

Entiende nuestro punto, pero demasiado tarde, los chapoteos se hacen cada vez más fuertes como si alguien estuviera caminando en nuestra dirección. Con señales silenciosas nos deslizamos al tubo de la izquierda y tratamos de caminar lo más rápido posible en la oscuridad, pero lo que sea que nos persigue nos alumbra con una potente luz. Nos detenemos, por shock o quizás ya llevamos tanto rato en las cañerías que estamos actuando como ratas, pero no nos volteamos.

- Yo no iría hacia allá si fuera ustedes, el océano no es tan seguro con Bellatrix al mando.

Volteo de inmediato al reconocer esa voz, el miedo que sentí se desvaneció y si no fuera porque mis compañeros se giraron conmigo al ver quien nos apuntaba con una varita, quizás habría corrido a sus brazos, solo quizás. No está sólo, dos jóvenes más los acompañan, pero por los implementos que llevan puedo deducir que no son magos. Él baja su varita al verme, y me pierdo en sus ojos por unos segundos más, hasta que sonríe. En un desastre como este, cualquier rostro conocido te da un poco de esperanzas, y más si es el de la persona que te salvó la vida.

- Granger...

- Malfoy...

"Corazón Destrozado" - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora