Capítulo 24

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Ámame – Alexander Pires ♪

“Con pluma en mano me puse a reflexionar, no es miedo al compromiso, ni al engaño, ni al futuro. Es que para abrirle la puerta a un nuevo amor debes cerrarla al viejo. Y aún no termino de despedirme.”—Denise Márquez

Harry tenía ambas manos aferradas en el volante y  la vista al frente. Había permanecido  sentando en su regazo para maniobrar el camino que avanzo con el automóvil hasta llegar al departamento. Faltaba un cuarto para las ocho de la noche.  Atravesaron el tráfico junto con una mala racha de semáforos en rojos. Del rojo al verde, Harry aprovecho la oportunidad de la cercanía entre ambos porque solo bastaba girar la cabeza con un movimiento pequeño para besar a Louis ligeramente en la boca. 

Sus respiraciones comenzaban a sentir una presión sofocante y el beso a pesar de ser  simple, también emanaba ternura. Ambos podían tener el lujo de escuchar el erótico sonido de su propio beso aunque luego se veía venir el “con la vista al frente” de Louis para avisarle el cambio de luces y que siguiera conduciendo.

Al principio Louis no estaba seguro en dejarlo conducir, después de que Harry insistió y le planteó que no habría necesidad de que él se cambiara de asiento, dijo que sí. Lo dejo que se le subiera y tomara el volante. Apenas sintió el cuerpo del menor arriba de él, tuvo  ganas de abrazarlo y de la cintura atraerlo hacia él, su nariz rosaba su nuca, estaba encantando con su perfume, el olor era fresco,  delicioso y le gustaba demasiado. La mezclilla del pantalón de Harry no fue favorable para el mayor hasta que Louis logro sentarlo de una postura cómoda para los dos. Hizo el asiento hacia atrás levemente  y acomodo mejor los pies para no interrumpir al “nuevo” conductor.

–¿Ya conoces para que sirve cada pedal? –Pregunto para cerciorarse, una vez que su nariz rosaba el cuello de su amante  –Mueve despacio la palanca de cambios… –

Lucia ansioso por conducir el auto. Louis pensaba que tal vez se debía a que lo iba a mirar conducir y otro poco porque quizás era la primera vez en hacerlo. Le sentaba bien la sonrisa y la mirada curiosa mientras iba descubriendo en qué posición estaba la palanca, las direccionales y los pedales.

Louis aún no se sentía tranquilo pero no lo pensó demasiado. Suspirando, vio venir una vergonzosa  erección por la posición tan comprometedora entre ambos. Harry se rio suavecito apenas la sintió encajarse en sus pantalones pero no dijo nada al respecto, lo estaba disfrutando de todos modos. Louis se lo iba agradecer en silencio en otro momento ahorita mantuvo una postura tranquila para dejarlo conducir, se distrajo observándolo, encender perfectamente el auto con una vuelta de media luna introduciendo las llaves en su lugar.

Ahora que ya habían llegado al edificio, sanos y a salvo, el dueño del auto comprobó que Harry era bueno, aprendía rápido para su sorpresa, y de todos modos estuvo ahí para él por cualquier cosa. Lo que en realidad le preocupaba era encontrarse con un tránsito en plena autopista pero de nuevo, los vidrios polarizados pudieron protegerlos.

–Hazme un favor y duérmete temprano ¿sí? – le pidió al oído Louis. Pasando su mano para desabrocharle el cinturón que rodeaba su la cintura, se escucho el “clip” del seguro mientras que con la otra mano lo sostenía posesivamente del estómago.

–Tengo tarea para mañana –le explico un Harry cansado, abrazando ambas  manos de Louis en su estómago. Giro la cabeza para besarlo de nuevo y también dejarse besar. Había perdido la cuenta de los besos esa noche pero la de las mordidas seguía intacta y Louis le estaba haciendo la vente con fervor –Te invitaría a subir a mi departamento pero mi novio está arriba esperándome –explico separándose apenas unos milímetros de su boca.

El Ruido de tus Zapatos (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now