Capítulo 18

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—¿Dejarás el trabajo?

—No lo sé, no lo he hablado con Pilar —le respondo a Isabella que está a mi lado—. Sí puedo organizar mi horario de la universidad con esto y ella lo acepta, entonces no. Estoy esperando a que Melani tenga el horario, ella es la más atenta en todo esto.

—¿Ella te averigua el horario? —pregunta divertida.

—Algo así, pero es porque no sólo somos compañeras de apartamento.

—Oh, ¿estudian juntas?

—Misma carrera, mismo semestre. No sólo tengo que aguantarla en la casa sino también en clases —bromeo.

—Vaya, nuevo dato. ¿Y Andrea?

—Ella es la única que no estudia, se graduó el año pasado, ahora es profesora —le informo.

Isabella asiente con la cabeza ante la nueva información y empieza a pregunta más sobre como fue que terminamos siendo mejores amigas, me gusta hablar del tema así que le cuento todo y alguna que otra anécdota divertida sobre nosotras, hasta que se va cuando ve a un grupo de personas entrar al lugar para atenderlas. Es temprano así que no hay mucha clientela.

El celular suena con una notificación, es Melani que me manda un archivo al Whatsapp, es el horario.

Melani:
Lo acaban de subir a la página, es el mejor que hemos tenido hasta ahora

Yo:
Quizá porque tenemos dos días libres a la semana, me has alegrado el día. Gracias

Malani:
Tenemos que salir de fiesta antes de clases, en la noche hablamos, besos

—Parece que la conversación está interesante. —Me sobresalto cuando Pilar aparece a mi lado—. Tanto que se te ha olvidado trabajar.

—Lo siento. —Guardo enseguida el celular—. Ya voy.

—¿A dónde? Ya Isabella se está encargando.

Miro sobre mi hombro y veo a Isa atendiendo a la última persona que esperaba ver por aquí. Está con su hermanito. Menos mal esta de espaldas, pero Kevin cuando me ve me saluda energéticamente con la mano, le devuelvo el saludo y aparto la mirada rápidamente. Cuando volteo a ver a Pilar se ha ido.

Gracias Isabella, le agradezco mentalmente.

—De nada —dice mientras pasa a mi lado en dirección a la cocina.

—¿Lees la mente ahora?

—Tú expresión me lo dice todo. Y relájate, esta aquí solo por su hermano.

Me encojo de hombros y me mantengo dándoles la espalda mientras me pongo a molestar en el celular, me quedo así un rato hasta que escucho el bullicio de algunas personas hablando. Son cinco chicos que han entrado al restaurante y se sientan en la mesa más grande que está a una esquina. Isabella me hace una seña pero le niego con la cabeza haciendole saber que yo me encargo, ya ha hecho mucho. Agarro el menú y camino hacia los clientes que parecen estar disfrutando de un chiste, involuntariamente hago una mueca, no porque se están divirtiendo sino por lo ruidosos que son.

—Buenas. —Alzo un poco la voz para hacerme escuchar.

—Oh —uno de los chicos me voltea a ver—. ¿Se te ofrece algo?

—Quizás a ustedes si se les ofrezca algo, están aquí. —Finjo una sonrisa—. Aquí está el menú. —Se los tiendo—. Cuando estén listos para ordenar estaré por allá.

—¿Estás tú en el menú? —pregunta un chico moreno cuando me estoy dando la vuelta—. Si es así ya sé que ordenar.

Los otros sueltan la risa como si hubiese dicho la gran cosa

[Des]conectadosWhere stories live. Discover now