Capítulo 16

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Después de Andrea y Melani saludan a Isabella, ambas se van dejándonos solas en mitad del gentío.

—Me agradan tus amigas. —Sonríe para después dar un pequeño sorbo a su bebida y mirarme de arriba a abajo divertida—. Y tú estas muy bonita, me gusta tu vestido, llamarás mucho la atención de los chicos... —deja de hablar haciendo especial énfasis en chicos—. O debería decir: Maximiliano.

—Por favor, Isabella, no empieces también.

—Esta bien. —Ríe suavemente—. Él no ha llegado, relajate... Por ahora.

—Lo que digas. Y por cierto, olvidé tu regalo en el auto, ahorita voy por él... Y otra cosa, ¿cómo es que esto tan descontrolado? y ni siquiera hay música todavía —le hablo mientras observó a la gente alrededor.

—Se supone que sería algo pequeño, pero no sé qué pasó, Nicolás invitó a un par de sus amigos, mis amigos invitaron a algunos de sus amigos... Y así pasó, no me importa la verdad. A fin de cuentas estoy solo disponible para mis amigos, los demás que se jod...

—¿Quién se va a joder?

Y ese es Nicolás que llega al lado de su novia. La abraza de la cintura por la parte de atrás y le da un pequeño beso al costado de su cuello. Yo aprovecho esos segundos para asegurarme que no haya llegado acompañado, pero al parecer no es así porque nadie más llega a nosotros.

—Este poco de gente...

—A todos los conoces —le susurra él.

—No los he visto más que un par de veces —suspira—. Pero mientras no hagan desastre y no se coman mis pasteles está bien, esos son exclusivos —aclara dándome un pulgar arriba.

—Los dejaré solos, chicos. —Empiezo a despedir.

—Catalina. —Me detiene Nicolás—. Lo siento, no te había saludado, ¿qué tal va todo?

—Estoy bien. —Hago un ademán de despreocupación—. A propósito, ¿tengo que acostumbrarme a tus fiestas sin música?

—Tienes razón, ya sabía que faltaba algo. —Se le iluminan los ojos. Le da el vaso que tenía en la mano a su novio y se va alegando que se van a *prender* las cosas.

La veo desaparecer entre las personas apresuradamente.

—Ella es la DJ en sus propias fiestas —comenta Nicolás una vez estamos solos—. En momentos así me alegra que le guste todo tipo de música.

—Claro. —Es lo único a lo que atino a decir.  Estoy en blanco con este chico, no sé si deba seguirle la corriente o alejarlo, novio de Isabella o no, es el mejor amigo de Max—. Supongo que nos veremos por ahí, voy a encontrar a mis amigas.

Él no dice nada pero asiente con la cabeza y me dedica una sonrisa amistosa.

He dado apenas dos pasos cuando el estrépito de la música llega a mis oídos y me deja sorda por un momento. Espero que Isabella le baje un poco el volumen porque ni siquiera soy capaz de escuchar mi propia voz cuando finalmente encuentro a Melani y a Andrea.

—Chicas.

—Parece que a esta chica le gusta el desorden —me dice Melani con su boca pegada a mi oído.

Asiento sin tener ganas de hablar y observó como el ambiente ha cambiado notoriamente, pues más de la mitad de las personas han empezado a juntarse para bailar. Las dos chicas a mi lado no son la excepción, pues me agarran cada una de un brazo para salir a la improvisada pista. Yo no me niego. Me gusta bailar.

Después de un momento moviéndonos al ritmo de la música, un chico se acerca para hablar con Melani que se nota emocionada, pero cuando empieza  a alejarse con el muchacho voltea a verme con un brillo divertido en los ojos, la observó con duda y ella no duda en acercarse de vuelta.

—Ahora entiendo porque te estás arrepintiendo —grita en mi oído—. ¡Que bueno que está ahora!

—Oh, por Dios. —Ahora es Andrea la que se posiciona frente a mi mirando detrás—. Concuerdo contigo.

Debería saber de quién están hablando, en realidad lo sé, pero estoy un poco bloqueada en este momento que no sé si debo voltear o no para asegurarme. Melani me da un asentimiento con la cabeza mientras se aleja con el moreno de hace un momento. Andy se queda a mi lado sin apartar la mirada del recién aparecido.

—¿Podrías disimular un poco? —cuestiono—. Me voy a sentar y a tomar algo tranquila.

—Voy contigo, pero no por mucho tiempo. —Me agarra del brazo—. Ahora vas a enseñarle de lo que se perdió.

—Yo fui la que perdió. Yo le terminé. Y no voy a darle un striptis aquí en la fiesta para llamar su atención.

—Linda Cat, de lo que te perdiste. Además como dato extra, su novia no es tan bonita.

Me gustaría creerle.

...

Ha pasado como una hora después que estoy aquí sentada en la cocina, la música llega un poco más baja y me gusta así. Andrea y Melani están desaparecidas y a mi me hace compañía un borracho amable que me está contando cómo quiere pedirle matrimonio a su novia con la que lleva una semana.

—¿Qué te parece? —arrastra un poco las palabras—. Eres una chica —lo dice como si se acabará de dar cuenta.

—Eso creo. —Lo miro de reojo—. ¿No crees que vas un poco rápido?

—No. —Se acerca tanto a mi que no quedan más que un par de centímetros de distancia, agradezco estar de perfil y no mirándolo directamente—. Hueles bien, me llamo Cristian, a propósito.

—Me dices tu nombre después de casi una hora contándome tu vida, es extraño. — Pongo delicadamente una mano en su hombro y lo alejo hasta que está a una distancia prudente—. No pareces estar muy borracho ahora.

—¿Por qué no vamos arriba y seguimos la charla? —pide.

—Sube tú, sólo —aclaro.

—Así que gracia tiene —suspira dramáticamente y cuando se va a tomar un trago se da cuenta que no tiene nada en el vaso—. Ya regreso, no huyas.

Él se levanta del asiento y se dirige a la nevera que abre par en par, empieza a buscar en ella mientras me quedo observándolo a detalle. Después de un momento él gira la cabeza y me ve mientras asiente con la cabeza, como asegurándose de que sigo en mi lugar. Hago una mueca divertida para después observar como algunas personas entran y salen de la cocina. Me pongo de pie y me asomo a la sala para ver el ambiente. Entre tanta gente lo primero que veo es a mis dos mejores amigas teniendo una conversación aparentemente agradable con Max.

Dios, iluminame, porque me han dado ganas de matarlas.

[Des]conectadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora