Capítulo 1 "Salida a la Playa" ✔

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"¿Sabes cuál es tu problema?
Te presionas demasiado, no te permites vivir experiencias nuevas y le tienes miedo a todo..."
 

Alexandra
 
Hoy no es como otro de los tantos días de mis vacaciones, pues alguien estaba encargándose de perturbarme el sueño de manera incansable a tempranas horas de la mañana.
 
—¡Alexandra despierta! —dice una voz a lo lejos.
 
Solo quiero dormir y si es posible, seguir durmiendo hasta que me canse, porque si hay algo que aborrezco es despertarme temprano.
 
—Ale no me hagas esto más difícil, prometo que nos divertiremos, vamos a la Playa —dice Paula, mi prima.
 
 —¡Que no!, ¡Déjame dormir! —digo de mala manera.
 
Siento que es demasiado temprano, además no he dormido nada bien. Busco a tientas mi móvil en la mesita de noche que tengo justo al lado de la cama, y este me muestra que son las 6:30 de la mañana...
 
《 ¿Está loca o qué le pasa?, como no me deje dormir, ¡Me voy a enojar! 》, maldigo internamente.
 
 —¡Dale vamos! —repite, pero esta vez zarandeándome.
 
No me lo puedo creer, levantarme temprano en vacaciones, además para ir a la playa, lugar que para ser honesta no me agrada mucho. Adoro las vistas, la arena, los caracoles, pero no me gusta tomar tanto sol y mucho menos la sensación del agua salada cuando se seca en mi cuerpo y se adhiere a mi piel. Trato todo el tiempo de evitar ir, pero ya está... sabía que llegaría este momento.
Sé también que estoy a punto de rendirme ante la insistente de mi prima, aunque muchas veces me saque de mis casillas es la mejor en todo, pero en serio odio despertarme temprano, para mí es un sacrificio.
 
 —¡Vamos!, prometo que estará bueno. Es otro grupo de amigos, una de mis mejores amigas tiene un nuevo novio y es fantástico... ¡Debes conocerlo! —dice emocionada.
 
 —Umm... —murmuro aún acostada con los ojos cerrados en un intento de respuesta.
 
 —¡Dale!, no quiero ir sola. Además, disfruto mucho contigo y ya es hora de que salgas.
 
Sé que tiene razón en lo de las salidas. La primera que quería salir de su zona de confort en esta etapa era yo.
 
—Vale. —digo intentando levantarme aun con los ojos más cerrados que abiertos y llevándome junto conmigo algo más que las sábanas.
 
《 Ya lo sé, soy algo así como un desastre mañanero. 》
 
Me dispongo a arreglarme, pero por supuesto maldiciendo a cada segundo por lo temprano que es, como si eso ayudará en algo.

Procedo a lavarme la cara y auto seguido me miro al espejo.
Soy una chica promedio, no me considero una Belleza Latina, pero aun así me gusta mucho como soy.

Alta, de tez morena, pelo negro, ojos marrones y con los rasgos de la cara bien marcados. Incluso no solo me gusta, sino que me encanta como soy, antes cuando era pequeña tenía algún que otro complejo con algunas partes de mi cuerpo, pero poco a poco, en el mundo que he ido creciendo, he aprendido a quererme, porque si no comienzo por quererme yo, nadie más podrá hacerlo, consejo de mi preciosa madre Martha.
 
***
No tengo idea de qué ponerme, aunque a decir verdad no me importa demasiado, acá en Miramar, que es donde se encuentra la casa de mi papá, no tengo nada de ropa. Es que no vengo más que una vez al mes usualmente e incluso ni me quedo a dormir, pero esta es una excepción...
Los meses de junio, julio y agosto siempre son la excepción.
 
Busco por todas partes que ponerme, pero no encuentro nada medianamente aceptable, la única opción que tengo es pedirle a la odiosa de mi hermanastra Lucía un bikini y esperar que me dé algo decente, odio pedirle cosas, ya que nuestra relación no es la mejor, pero mi prima Paula tiene un cuerpo de infarto y aunque de corazón quisiera que su ropa me quedara, sé que no lo haría ni en mis mejores sueños.
 
Media hora más tarde vuelvo a colocarme frente al espejo, pero ya con todo listo. Me he dejado una cola de caballo y el pelo rizado que es como lo tengo de forma natural. En estas vacaciones intentaré dejarlo rizado lo más posible. 
Me coloqué un bikini azul cielo que finalmente me prestó Lucia, y opté por una combinación de una blusa rosa holgada y unos shorts azules, en definitiva,  
hace calor y estaré bajo el Sol por horas, y como zapatos elegí, unas botas Converse carmelitas. Nada mal... Ya sé que para la Playa no es muy aconsejable ir en tenis, pero aún menos aconsejable sería ver mis pies de bailarina al aire libre, ¡Créanme!
 
***
Nos encontramos esperando el ómnibus mi prima Paula, María que es una de sus mejores amigas y yo. Quedamos desde un principio en encontrarnos todas en la parada de autobús. Estamos hablando cosas triviales en lo que esperamos el transporte.

Infinite Kisses #1 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora