Dislate

Capítulo 32

—¿Me ayudas a llevar las cosas a la mesa? —pregunto un poco tensa.

Ni siquiera me contesta, pero colabora de todos modos. Nos sentamos uno frente al otro y cenamos en silencio al principio. Él suspira.

—Gracias —habla Brad llevándose un bocado a su boca.

—¿Por qué? —indago curiosa.

—La cena, por hacer mi plato favorito —el tenedor vuelve a su boca.

Parece como si no hubiese comido estos días. Le di justo en el clavo. Cada día confiaba más en mis recuerdos, había eliminado muchos huecos vacíos y eso me aliviaba.

—No sonrías demasiado —advierte—. Eso no te salva de la pregunta —me observa directo a los ojos y continúa—. Así que... ahora no sólo Scott vino aquí, sino que tú vas a su departamento.

—Eso no es una pregunta —le señalo manteniendo la sonrisa sólo porque él espera que la quite de mi rostro para darle la razón—. Y de todos modos no significa nada.

—¿Cómo puedo estar seguro de eso? Es un poco extraño, ¿no crees? Tú ni hablabas con tu ex entonces un día todo cambia y son mejores amigos. Y aún no había hecho mi pregunta. ¿Has vuelto con Scott?

Brad deja los cubiertos y me mira fijo. Perfecto, mi sonrisa había desaparecido.

—No —me limito a contestar.

—Déjame reformular la pregunta, ¿quieres volver con Scott? —interroga inclinándose un poco hacia adelante.

—No Brad, eso es parte del pasado.

—¿Estás segura? Porque parecen estar más unidos que nunca.

Bueno entendía su punto y era cierto. Scott y yo no habíamos mantenido ningún tipo de relación luego de nuestra separación, sólo nos cruzábamos en la casa de mis padres y quizá parecía extraño que nos acercáramos tanto en este momento, pero lo sentía muy natural. Él aparentaba ser más maduro ahora y yo era de las que creía que de los errores se aprende. ¿Por qué no podía darle una segunda oportunidad?, aunque sea sólo como mi amigo. Veía su esfuerzo por no cometer los errores del pasado conmigo y algo en mí comenzaba a ceder. Realmente había amado a Scott, sin embargo no podía mentirme a mí misma; las cosas no eran igual ahora y había pasado un mundo entero en el medio. También estaba el hecho de mis sentimientos por Brad, a los cuales no lograba encontrarle sentido siempre, no obstante sabía que había algo realmente importante entre nosotros. Estaba segura de que nos unía un gran amor y también lo desastrosas que eran nuestras vidas, intentando enfrentarlas juntos, pero luego de perder la memoria parecía que todo se derrumbaba aún más deprisa. Sólo mirarlo me derrite. ¿Dónde estaba mi orgullo?

—¿Por qué te importa de todos modos? Tú ni siquiera te quedas conmigo después de pasar la noche, ¿qué tan difícil es despedirte al irte? Pasaron tres días sin saber qué te sucedió—le contesto mientras elevo mi voz con cada palabra—. ¡Te fuiste! y yo necesitaba que estés aquí o al menos saber que estabas bien. Scott sólo intenta ayudarme mientras tú corres lejos.

Hablo sin pensar y la angustia se apodera de mi pecho. Brad abre los ojos con sorpresa y enfado a la vez.

—Pero ¿qué dices? ¡No estoy corriendo hacia ningún sitio! Aunque pensándolo bien... sí estoy corriendo. Siempre corro hacia ti, tienes razón me fui, pero volví corriendo a ti cuando lo he sabido.

—¿Cuándo has sabido qué?

—Realmente tiene que llegar el momento en que hablemos de verdad porque siento que no puedo seguir con esto. Quiero que te quede claro que no me importas solo por sexo. Si, amo hacerlo contigo y quiero hacerlo a todas horas lo admito, pero te quiero por muchas otras razones y me encantaría tener el tiempo suficiente para quedarme aquí, sin embargo a veces tengo que irme para cuidarte y ocuparme de otros asuntos, todo lo que hago es por ti. Lo prometo y quisiera que confíes más en mí. Me gustaría que me ayudaras un poco con eso y dejes de meterte en problemas ya tenemos suficientes. Empieza por dejar la maldita Taberna de Joe. ¿Si?