Capítulo 14

234 38 12
                                    

—Melanie —repite Alex poniéndose frente a mí—. ¿Quieres volver?

—No, estoy bien, sólo me sentí un poco mareada pero ya se me pasó —camino rodeándolo y voy hacia la barra.

Me siento en un taburete y Alex hace lo mismo a mi lado.

—¿Segura estás bien? ¿Has comido bien hoy? ¿Tomas medicaciones? ¿Puedo controlar tu pulso? —su seriedad lo convierte en un enfermero cumpliendo su trabajo con preocupación olvidando que está en una taberna de mala muerte pasando el tiempo libre y yo solía olvidar que estaba al lado de un enfermero. Para mí, Alex se había convertido en una agradable compañía, cercano a un amigo, después de su generosa atención durante mi estadía en el hospital. Olvidaba por completo su profesión, y es que llevaba una vida normal cuando no estaba trabajando.

Le sonrío con amabilidad y toco su brazo lo que parece relajarlo un poco.

—Gracias —le digo simplemente y parece aliviado de no tener que actuar como enfermero.

—Si te bajó la presión deberías...

—Debería pedir dos cervezas porque estoy perfecta —lo interrumpo, miro al barman que me observa con cautela como si intentara descubrir algo de mí. Tal vez estaba un poco obsesionada—. Dos cervezas por favor.

—Melanie.

—Déjalo en serio, estoy bien.

—Igual me preocupo —agrega comenzando a sonreír otra vez como hace usualmente.

—Pues no lo hagas —suelto su brazo despacio.

—¿Cómo puedes pedirme eso? Soy enfermero —dice riendo—. Se supone que es mi trabajo ¿verdad? y además te aprecio, siempre te decía que eras mi paciente favorita.

—Siempre me decías que era la paciente más difícil e insoportable de todas —comento un poco confundida, pero alegre de ser algo positivo para él—. Jamás admitiste que era la mejor.

—Rayos —murmura y no puede evitar que su sonrisa se expanda—. Me atrapaste.

Nos dan nuestras cervezas y antes de beber hacemos chocar nuestros vasos.

—Siendo sincera nunca creí que algún día iría a un bar con un enfermero. Tú sólo querías galletitas.

—Pues, aquí estás, en un bar con un enfermero. Que te dediques a una profesión así no te prohíbe salir tus días libres ¿sabes?

—Cuéntame algo sobre ti —le digo mientras lo observo. Sus ojos marrones me observan rápido y luego su vista esta fija en el vaso entre sus manos. Parece pensar en algo un momento y sus cejas se elevan con mayor interés en la conversación.

—¿Qué deseas saber? —pregunta suavemente.

—¿Cuál es tu color favorito? —suelto sin pensar, en realidad no me interesa eso, pero tampoco sé qué preguntarle, sólo quiero observar el ambiente sin que lo note porque comienzo a sentirme observada.

—Azul —mira mi blusa del mismo color y rápidamente fija su mirada en algún punto lejano de la taberna.

—¿Por qué eres enfermero? —doy un trago a mi cerveza y continúo mirando su rostro. A veces mantiene la sonrisa incluso mientras habla. Sus ojos no parecen ser intensos para nada, son de un marrón chocolate, pero no como el brillante chocolate caliente sino algo más fríos. Cuando se dispone a responder concentrado en el vaso de sus manos aprovecho para echar un vistazo alrededor sin ver nada extraño.

—Bueno me gusta lo que hago, me siento mejor conmigo sabiendo que ayudo a otras personas a sentirse mejor, quiero retomar mis estudios algún día para ser médico, mientras tanto seré enfermero, no me dan miedo las inyecciones o la sangre, en realidad de verdad me gusta así que está bien para mí, es lo mío —se encoje de hombros.

DislateWhere stories live. Discover now