Capítulo 1

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Confusión es lo que siento. Mi cuerpo está pesado y a la deriva. No puedo moverme, todo está oscuro. Es como si fuese prisionera dentro de mi propio cuerpo sin poder hacerlo reaccionar de ninguna manera, ni siquiera puedo enviar la orden de abrir mis ojos.

Cada cierto tiempo hay sonido pero no lo entiendo siempre, es como si estuviese sumergida al fondo de un mar oscuro en la noche.

Tres pitidos suenan en algún lugar. Hay una voz grave diciendo algo, es demasiado baja como para entenderla y no la reconozco. Tampoco me reconozco. ¿Quién soy?, ¿dónde estoy?, ¿qué me pasa?. Un nombre, las personas tienen nombres para identificarse y diferenciarse del resto. ¿Cuál es el mío? ¿Cuál es mi identidad?.

Siento como una desesperación comienza a tomar el control dentro de mí.

—¡Eso es! ¡Despierta! —logro escuchar luchando por llegar a la superficie del mar oscuro que me atrapa.

¿Es eso? ¿Estoy dormida? ¿A caso despertar no es lo que intento siempre? ¿Cómo lo hago? ¿Nadie puede ayudarme?.

Despierta. Despierta. Despierta. Me exijo una y otra vez.

Entonces comienzo a hundirme de nuevo.

Suenan pitidos, con urgencia y de forma constante.

Me alejo de la superficie. Me hundo. Y luego, nada.


Siento que ha pasado algún tiempo. Tengo frío.

Escucho movimiento, como si arrastraran una silla. ¿Por qué no puedo ver? Quiero moverme. Me concentro y no estoy muy segura pero creo que pude sentir mi mano, sólo por un segundo sentí cómo movía mi dedo índice izquierdo.

Otra vez escucho movimiento, esta vez más cerca.

Me concentro en mis párpados e intento abrirlos. Antes sólo veía negro, oscuridad, ningún atisbo de luz o colores. Ahora todo es blanco, tan blanco que duele. Todo es borroso, desenfocado. Una sombra, como una silueta aparece frente a mí.

—¿Melanie? —pregunta la sombra.

¿Quién es Melanie?. Mis párpados se cierran contra mi voluntad. Oscuridad otra vez y luego, nada.


Estaba cansada de esta oscuridad, recordaba una vida, humanos, ¿dónde estaba todo eso? ¿por qué no podía verlo, sentirlo? ¿o era algo que nunca existió?. Tal vez esto era la realidad, esto era todo. ¿Por qué no recordaba nada? ¿aún dormía o estaba muerta?.

Me esfuerzo en el intento de conectar con mi cuerpo. Porque tenía uno ¿verdad?.

Un suspiro cercano es todo lo que escucho. Después movimiento.

Siento mi cuerpo pero aún no puedo moverlo. Me esfuerzo y cada vez escucho mejor el ambiente que me rodea. Hay una persona conmigo, muy cerca, puedo escuchar su respiración.

Mis parpados tiemblan.

Entonces la persona sujeta mi cara con una mano firme y duele.

—Deja de jugar, el tiempo corre, ¡despierta de una maldita vez!.

El dolor vuelve a hundirme.



—¿Cómo te sientes hoy? —me pregunta Alex el enfermero del turno noche mientras entra y cierra la puerta detrás de él.

Vestía un uniforme azul claro. Siempre tenía una linda sonrisa, pequeñas arrugas aparecían alrededor de sus ojos oscuros cuando hacía ese gesto y el pelo castaño despeinado. Él y María eran mis enfermeros favoritos, me consentían en muchas cosas y tenían una gran paciencia, odiaba cuando ellos no estaban.

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