Capítulo 5: "Despedida en Viridian City"

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La verdosa ciudad se aproximaba solo unos pasos de nosotros. Realmente era entera de tonos verdes. Nos detuvimos en seco y respiré el aire del lugar, tranquilo, pero con un toque de batalla.

Eso se debía a que a unos metros del Pokémon Center, a la izquierda, estaba la Route 22, la que, teniendo muchos Pokémon salvajes como Mankey y Spearow, te conduce hacia Victory Road, último obstáculo antes de Indigo Plateau, lugar donde se encuentran los de la Elite Four esperando batallas. Eso me contó Frank con mucha emoción en sus ojos.

—¿Tengo que recorrer todo Kanto para enfrentar a la Elite Four? —había tanto por hacer que sentía que me iba a cansar antes de tiempo.

—Necesitas todas las medallas de Kanto para enfrentarlos. Mientras vas luchando, vas aprendiendo nuevas cosas, nuevas técnicas de combate y te encariñas más rápido con tus Pokémon. —comenzó a relatar—. Yo ya tengo experiencia en esto, es un consejo de mi parte. Aunque te de flojera, hazlo, te va a beneficiar mucho, Grey. Serás una gran entrenadora. —y sonrió.

Deja de ser tan lindo, te lo pido por favor, con toda mi fuerza de voluntad.

Sonreí y caminé a su lado para seguir escuchando sus historias. Eran realmente muy interesantes. Disfrutaba mucho su compañía, ojalá pudiese conocerlo un poco más y preguntarle un poco sobre su región natal, la cual ni idea de que existía.

Caminamos tranquilamente hacia el Pokémon Center de la ciudad y dejamos a nuestros pequeños Pokémon descanzar. La batalla los había dejado muy cansados y yo no tenía cómo defenderme en caso de un ataque. Nos retiramos e investigamos la ciudad, caminando por todos los lugares hasta visualizar el Gym, que tenía cadenas a su alrededor de colores oxidados y un candado muy grande, imposible de romper.

—Está cerrado.

—El Líder tiene tiempo de no aparecer por estos lados. Mucha gente lo extraña a montones.

Recorrí con la mirada el gran lugar verdoso cerrado, incluso parecía algo oxidado con el paso del tiempo, algunas enredaderas y un poco de tierra se depositaban alrededor del Gym, se veía muy solitario, y claro, lo era.

—Pues continuemos.

Seguimos caminando rumbo a la Route 2, la gente de Viridian City se mostraba muy amable y cortés con los nosotros y siempre nos sonreían, sin embargo podía sentir que ellos estaban algo...Vacíos.

Regresamos al Pokémon Center a retirar a Charmander y a Bulbasaur, sin embargo el segundo necesitaba un poco más de cuidado. La batalla lo había dejado súmamente agotado, por lo que lo dejamos un rato más y nos dedicamos a inspeccionar más detallados la ciudad.

—Charmander es muy lindo. —le hice cariños al Pokémon de mi amigo y en seguida saltó encima mío para acurrucarse en mis brazos.

—Que mono, te quiere.

En el límite entre la ciudad y la segunda ruta que se dirigía hacia la primera ciudad a la que debía llegar para enfrentar al líder de gimnasio. se encontraba un señor de edad bastante avanzada, quien al notar la presencia de nosotros se levantó al instante.

—Necesito un té —dijo.

—Pues... Hágaselo —mi respuesta sonaba algo... Obvia.

—No no no, no puedes pasar.

OK, me estaba colmando la paciencia. Miré a Frank.

—Primero quiere un té y ahora no me deja pasar... Interesante. —sarcasmo.

—Disculpe señor... —Dijo Frank, pero él lo interrumpió.

—Tú, ¡joven de Johto! Puedes pasar, estás autorizado. La chica no, ella no puede pasar. Agh, me pone de mal humor no tomarme mi té.

Mierda.

Exploté.

—¡Vaya a tomarse su té y déjeme pasar!

—¡No! —exclamó el señor—. Los jóvenes de hoy en día me dan una jaqueca espantosa. El chico puede pasar, tú no. Listo.

Frank dejó soltar un desmotivante y gran suspiro de su parte. Yo no podía pasar, lo que significaba que debíamos separarnos justo cuando nos estábamos llevando tan bien...

—OK, OK. No le armaremos más problemas, creo que es hora de despedirme, chica de los ojos grices mas bellos que había visto en mi vida.

Me sonrojé de golpe. No era necesario decir eso.

Es un idiota. Un idiota lindo y seductor.

—Entonces, ¿Este es el adiós?

Ya había empezado a coger cariño por él, tenía tantas preguntas por hacerle sobre Johto, quería viajar con él para que me enseñara más sobre los Pokémon, pero ese anciano me había roto mis motivaciones, mis esperanzas y mi paciencia. Todo por un té.

—No, esto es un nos vemos pronto. Espero que te vuelvas más fuerte y logres vencerme.

—Lo haré, ¡Será mi meta!

El chico se acercó a mi y por un momento tuve la sensación de que iba a besarme. Como mi mente siempre ha acertado, me dio un beso en los labios y mordió mi labio inferior. Me sonrojé de sobremanera y Frank sonrió.

—Un recuerdo. —me guiñó el ojo.

—¡I-Imbecil! —Quería golpearlo, pero no lo hice.

—Bueno, saludos a Bulbasaur de parte de Charmander, espero que nos veamos pronto, Grey. —Me tiró un beso.

Imbécil.

—Nos... Vemos.

Nos despedimos con la mano y ahí me quedé, sonrojada, con mi mano en mi labio inferior, sorprendida, viendo cómo se iba, perdiéndose en el camino en la Route 2, siguiendo su sueño. Mientras yo estaba aquí, sin poder pasar.

Me di media vuelta y caminé hasta el Pokémon Center a recoger a mi Pokémon, lo vi sano, muy feliz, aunque tímido, como cuando lo encontré escondido debajo de una silla en el laboratorio del Profesor. Lo adoro.

Continué caminando vagamente por el lugar, divisando a unos metros del Pokémon Center, un PokéMart, tienda donde, según me había dicho Frank, se compraban Pokéball, la cual, por curiosidad, quise investigar porque me faltaban varias cosas que comprar.

Abrí la puerta de la tienda y sin que diera la más mínima señal de existencia, el asistente del lugar me llamó.

—Oye, ¿Vienes de Pallet Town?

Pokémon I: El inicio de una aventura inolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora