Capítulo 2: "Choose one"

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—¡Profesor Oak, Profesor Oak!

Mis gritos se escucharon por todo el lugar, pues era de esperarse, estaba armando un gran escándalo. Estaba cansada y hasta jadeaba. Mierda, y parece que no escuchaba.

Me abrí paso ante la multitud que pedía autógrafos como si no hubiese un mañana y logré finalmente chocar con los oscuros ojos de quien estaba buscando.

Irradiaba sabiduría.

—Profesor... —jadeé.

Sonreí algo cansada. Durante toda mi vida he tenido una resistencia horrible en cuanto a correr se refiere.

—¡Tienes unos ojos muy bellos! Un gris apasionado, con brillo. —me dijo al momento de verme.

—¿Usted es... Oak? —pregunté no muy segura de la respuesta que él me daría.

—Poeta y Profesor Pokémon. —se vio seguro y no dudé en sus palabras.

Estaba muy nerviosa. Sumamente nerviosa. Me encontraba frente a aquella persona que podría ser el motor de mi camino para encontrar a mi padre, el primer paso para convertirme en una entrenadora de categoría.

—Bueno Profesor, yo quería...

—Antes que todo —me interrumpió el muy maldito—. ¿Conoces a una chica llamada Grey? Me dijeron que vive justo en este pueblo.

Estaba sorprendida. ¿Lo había oído bien? Me estaba buscando a mí. ¿Había llegado desde Pallet Town hasta Lavender Town solo para buscarme a mí?

Esto está partiendo mejor de lo que esperaba.

—Bueno... Yo soy Grey. —le dije muy, pero muy nerviosa.

—¡Perfecto! Necesito que vengas conmigo a mi laboratorio que está en Pallet Town.

¡Tardaríamos siglos en llegar!

—Pero, ¿Cómo vamos a ir hasta allá? ¡Es demasiado lejos! —me alarmé mucho—. Caminando moriría en el intento.

El señor comenzó a reír fuertemente, como si de un chiste se tratase.

¿Qué hay de divertido en mi pregunta?

Quizás la que da risa soy yo.

—Ven.

Caminamos y nos retiramos del centro Pokémon. El Profesor Oak me pidió relajado que me alejara de él. Me coloqué cerca de la puerta de la construcción roja y él sacó una Pokeball, la elevó y de ella salió un majestuoso Pidgeot, pokémon volador.

—Iremos en él, ¿Qué te parece?

—Es... Precioso. —no podía decir mucho. Estaba realmente asombrada.

¿Qué pasó después?, pues algo muy particular.

El profesor se montó en su Pidgeot y me invitó a subir a su majestuosa criatura y yo, como cualquiera, lo acepté emocionada. Vi a mi madre salir de casa a ver la escena y la vi hablando por teléfono, como si estuviese avisando que yo he salido.

Probablemente a mi padre.

¿Desde cuándo ellos dos tienen contacto?

Dejé de preocuparme de eso y subí al Pidgeot del Profesor para emprender vuelo.

Y comenzó a volar.

Era mi primera experiencia volando, por lo que casi me caí y tuve que afirmarme mucho del Pokémon.

—Esto es increíble.

—¿No es así?

Desde el cielo, las ciudades se veían pequeñas, muy pequeñas y apenas podía distinguirlas. El viento que acompañaba el majestuoso vuelo era súmamente acogedor y a los lados de las alas de Pidgeot, se veían una gran cantidad de Spearow y Pidgey volando junto a nosotros, era una sensación fantástica, era la primera gran sensación que había podido sentir: esa sensación de relajo y felicidad, como si nada en mi mente estuviese mal. Como si mi vida fuese perfecta, armoniosa y acogedora.

Pokémon I: El inicio de una aventura inolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora