Cap. 14

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1000 i'wos después de la caída de Saturno.

La tierra. Ciudad de Nyx 8:20 am.

Ryker tamborileaba sus dedos sobre el manubrio del auto al compás de la canción que sonaba en la radio, y me descubrí disfrutando de su compañía. Sus emociones, puras y revueltas siempre hacia suspirar a mi hibridad, y al ser diferente a los demás, eso era como beber mil botellas de bibrani.

-los humanos hacen muy buena música. –comento, él. Su sonrisa decía que lo creía.

Yo, no lo hacía. Los humanos, por muy necesarios que sean, son básicos y al mismo tiempo empalagoso. Pienso que quizás por eso Ryker se siente atraído por su música.

- ¿Qué crees tú?

Enarqué una ceja y subí el volumen de la radio con un parpadeo.

-no me convence. –respondí.

- ¿Qué no te convence? –inquirió, siguiendo el compás de la música con un meneo de su cabeza. --¿la melodía o la letra?

-todas las anteriores.

Y reímos juntos.

-no me malinterpretes. –añadí, mientras bajaba el volumen para seguir la conversación. –a veces me gusta escuchar su música, es relajante y divertida, pero prefiero mil veces la música de los Sats a este popurrí de notas extrañas.

Ryker me miro de reojo, tomándome atención.

-es un buen argumento.

-soy buena dando argumentos.

-de eso me he dado cuenta. –añadió, volviendo su atención al volante.

Yo no quise decir nada. Y volvimos a sumergirnos en aquel incomodo silencio.

Mire por la ventana para distraerme de todo lo que había pasado con mi abuela y de las ganas que tenia de contarle a Ryker la verdad.

Cruzamos un puente eléctrico y la neblina tan común del centro de Nyx nos dio la bienvenida.

En estos últimos días, no había llovido tanto como esperaba, y eso me gustaba. Nyx era maravillosa con lluvia, pero era mucho más enigmática cuando el sol se ponía sobre ella y les daba vida a los edificios ambientales, a las carreteras iluminadas y al centenar de vegetación que recubría cada rincón de la gran ciudad.

Ryker tarareo el principio de otra canción y esta vez, la melodía llamo mi atención.

Estar así, junto a él por la mañana, era algo que se había vuelto nuestra rutina de amigos. Desde el incidente con los oscuros y la caída de la nave en Idhilia, nos habíamos acercado mucho más, incluso compartíamos chistes aburridos, ideas sobre comida Sat, recomendaciones literarias y habíamos visto una que otra película justos, acompañados de Timy, obviamente.

Crónicas Saturnianas I : Híbrida (No Editada) Where stories live. Discover now