Capitulo 26: "Mátame"

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La alarma de mi celular vibró a más no poder bajo mi cabeza. Pareciera que tuviera un plan siniestro para separarme de __________, o algo así.

Yo sé que estaba celoso.

Deslicé mi brazo bajo su cuello y me liberé del peso de su cuerpo.

La noche fue perfecta. Fue… todo lo que quise.

Caminé al baño con cuidado, para no despertarla. Desde la puerta del baño me dediqué a verla, y noté en ella algo que no vi antes.

Tenía los ojos rojos alrededor, e hinchados, como si hubiera estado llorando por la noche.

Suspiré, y me incorporé nuevamente en la cama para rodearla con mis brazos y darle un beso en la mejía.

(…)

Dejé el desayuno preparado para las visitas y mi esposa.

Amaba llamarla “mi esposa”.

Les dejé una nota para que no se asustaran, y luego de colocarme el abrigo, salí de casa y me monté al auto.

Conduje hasta el hospital. Esa mañana el doctor me había llamado y me pidió ir a primera hora a su consultorio porque necesitaba hablar conmigo.

Compré un par de cafés en Starbucks y entré a su oficina.

—Buenos días Sr. Styles —estrechó mi mano y me ofreció asiento —. Gracias por venir sin anticipación.

—No hay problema —le entregué el café y me senté frente a su escritorio —. Y bien, ¿De qué desea hablar conmigo?

—Hay… algo que debo mostrarte antes.

Sacó un control de su gaveta, presionó un botón y luego de unos minutos la secretaria entró con un frasco verde.

—Gracias —le dijo —. Bien… Sr. Styles, ¿Sabe usted qué es esto? —me mostró el frasco y yo bufé.

— ¿Debería?

—No ha respondido a mi pregunta, Sr.

—No, no sé qué es.

— ¿Lo ha bebido antes?

—No sé qué es. No lo he bebido —parecía un examen de secundaria. En donde generalmente te preguntan cosas que obviamente no sabes, y te quedas con una mala nota.

—Bien. Esto es Laxinina (EL NOMBRE ES INVENTADO, NO LO BUSQUEN EN GOOGLE JAJA), mata las células del cuerpo a largo plazo dejando el cuerpo vegetal y técnicamente inservible.

— ¿Y por qué me lo dice? —pregunté.

—Su novi…

—Mi esposa —corregí.

—Su esposa —se incorporó en su asiento —, vino hace unos meses junto a usted, si no me equivoco.

—Está en lo cierto…

—Ella, me pidió cierto favor.

— ¿Qué clase de favor? —estaba enojándome, y siquiera sabía la razón.

—Me pidió que en vez del tratamiento verdadero, le medicara este… veneno, por así llamarlo.

—Usted quiere decir que yo…

—No, no, no —movió las manos agitado y me miró —. La he engañado, y le he dado a usted el tratamiento verdadero. Sabía que las intenciones no eran buenas.

—No le creo.

—Créame Sr., no tengo la autorización de hacer esto. Estoy diciéndole la verdad.

En Busca de una Esposa (Harry Styles y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora