Capitulo 16: "Que tengas buen viaje"

1.9K 106 6
                                    

– ¿Por qué no? –preguntó preocupada.
– ¡Porque no! –le grité de vuelta –. ¡Ese era mí puto secreto!, ¡¿Acaso eres tan tonta que siquiera puedes guardar un secreto?! –le grité. Estaba tan molesto que podría haberla golpeado, pero no, yo era un caballero y esas eran ideas que nunca serían realidad. Nunca le tocaría un pelo sin su complacencia – ¡Todo el pueblo se dará por enterado! –grité.
Pasé mis manos por mi cabello, y sentí mi sangre hervir.
Estaba tan, taaaan molesto.
– ¡No me grites! –gritó, ironicamente hablando – ¡No soy tonta!, ¡Y no soy adivina! –me gritó. Ella también estaba molesta.
–Es que tu no entiendes –negué –. La gente querrá aprovecharse de esto –le dije, reteniendo mis gritos.
–Es una puta entrevista, Harry. Les cuentas, te haces la víctima como siempre, y ya.
–Ah –emití –, o sea, ¿crees que me hago la víctima? –le pregunté.
–Sí –respondió segura.
–A ver señorita perfección –suspiré –, espera a que te detecten cáncer de cólon, y luego hablamos.
– ¿Estás deseando que me muera? –preguntó.
–Yo no dije eso, ¡Tú quieres que yo me muera!, ¡Por eso me estás llevando a esos tratamientos!.
–Eres un estúpido –me dijo empuñando las manos –, ¡¿Cómo voy a matarte?! … idiota –susurró.
– ¿Qué soy un qué? –pregunté.
– ¡Un idiota!, ¡El más grande de todos! –gritó. Ahora si se había pasado.
– Si soy tan idiota, ¿Por qué sigues conmigo?.
– ¡Porque me das lástima! –gritó.
Eso… eso si me había dolido.
– ¡Lástima me dás tú! –la señalé –, viviendo conmigo porque no tienes a donde ir –le dije.
– ¡Pues entonces tal vez deba largarme de aquí! –gritó, con los ojos llenos de lágrimas.
– ¡Nadie te está pidiendo que te quedes! –le dije.
– ¡Bien! –gritó.
– ¡Bien! –le grité de vuelta.
Tomé mi chaqueta y subí las gradas molesto a mi habitación.
Me tiré de espaldas en la cama, con la vista al techo, y solté un suspiro que me venía reteniendo tiempo atrás. Estaba cansado de lidiar con tantas porquerías, todo desde los dieciocho años. 
¿Yo le daba lástima a ella?, pfff, claro. Lástima da ella, casándose con un tipo extraño para no quedarse pobre… ¿lástima?, ¿yo?, ¡A la mierda!.
Estaba tan molesto. Molesto con ella por decirme todas esas cosas, y molesto conmigo por haber dicho muchas otras. Todas eran ciertas, y a pesar de los gritos, yo sabía que ella no sería capaz de irse… no tenía a donde.
Las cosas se me estaban viniendo abajo, todo estaba siendo peor que antes y cada decisión que tomaba empeoraba mi vida. Ya no tenía ánimos, o incluso esperanza, para querer salvarme el trasero.
¿Para qué?.
Marie y Mitch se habían ido, y al parecer no planeaban volver. Mis padres estaban demasiado lejos, y no tenía amigos porque siempre fui un maldito antisocial desconfiado que siquiera fue capaz de perder su virginidad.
Eso era yo.
– ¿Estará despierto? –preguntó una voz ajena a _______.
–No lo sé. ¿Si le pullamos un ojo despertará?.
–Estoy despierto, no hay necesidad de pullarme nada –dije. Abrí los ojos y me encontré con la sorpresa más grata, alguien desconocido –, ¿Quién diablos son ustedes? –pregunté. Estaba a punto de lanzarle un golpe.
–Soy Niall –estrechó mi mano, contra mi voluntad y sonrió.
– ¿Ajá..? –levanté una ceja.
–Soy mejor amigo de ________, y como no quiso presentarme, lo hice yo –dijo el Rubio.
–Yo soy su otro mejor amigo, el primero –estrechó mi mano, de la misma manera que ese Neil, o como se llamara –, me llamo Liam –sonrió –, soy el que los controla de cometer una locura.
–Ah –emití.
Me puse de pie, mientras ellos me seguían con la vista, y me acerqué a la ventana para ver si aún habían fotógrafos.
–Ya se fueron –dijo el Rubio –. Liam los sacó.
–No fue nada –alzó la mano –, siempre controlo los desastres.
–Gracias –me limité a decirle.
Dormir me hizo bien, el enojo se me estaba hiendo. 
Me puse a pensar en todo lo que le había dicho… había sido un idiota, ella me lo dijo, me porté como un bastardo.
Debía disculparme.
– ¿A dónde vas? –preguntó el castaño.
–A la cocina –le dije. ¿Por qué le estaba dando explicaciones?.
–Mala idea –dijo el Rubio.
– ¿Por qué? –me detuve, solo para escuchar lo que estaba por decir.
–_______ está en una entrevista con la prensa de Londres.
– ¡¿Qué ella qué?! –pregunté furioso.
–Oye amigo, tranquilízate –me dijo Neil.
– ¿Qué me tranquilice? –suspiré –, ¡¿Cómo diablos quieres que me tranquilice?! –le pregunté. Leeyum… Lee… ¿Liyam? ¡Como putas sea!, le puso una mano en el estómago para detenerlo.
–Estás asustando a Niall –dijo calmado.
– ¡No me importa! –grité –. Para empezar, ¿Qué diablos hacen ustedes en mí casa, en mí habitación? –les pregunté.
–_______ nos llamó para que viniéramos por ella –dijo Neil, de lo más calmado.
¡¿Qué ella qué?!.
–Nece…necesi… ¡Necesito aire! –grité. Ambos corrieron por cosas, y comenzaron a agitarlas para darme aire.
Estaba allí, como imbécil, acostado en un sillón mientras recibía aire de un par de idiotas.
–Será mejor que nos retiremos –le dijo Layam a Neil en un susurro que por supuesto escuché.
– ¿A dónde? –preguntó.
–Con _______. Sacamos sus maletas de esta casa, y nos la llevamos –le explicó.
–Ustedes no se la llevan a ningún lado –les dije al ponerme de pie. Ambos pegaron un brinquitode susto, y me miraron atentos –. Ella no se va de esta casa, ni aunque yo la eche.
–Según entendí, Harry –me dijo Layam –, tú echaste a _______ y por eso ella decidió irse.
–Sí –emitió el Rubio teñido –. Nosotros solo estamos obedeciendo.
– ¡No! –les grité furioso.
¿Cuáles eran las palabras que debía usar?.
“No se la lleven porque no se qué haría sin ella”… eso tal vez hubiera funcionado.
–Niall, Liam –llamó _______ acercándose desde las gradas –. Ya terminé, ¿Dónde están? –preguntó.
Ambos me hicieron señas y luego ya habían desaparecido de mi vista. 
Comencé a caminar de un lado al otro, pateando la alfombra como tal niño enfadado porque no le dieron galletas, tratando de encontrar una solución.
Ella no era capaz de irse, no lo haría. Ella me dijo que no me libraría de ella hasta que la muerte nos separara… ella… ella no podía dejarme, eso no podía ser así.
Me rehusaba a hacerme a la idea de despertar sin el aroma de su comida, y acostarme sin un beso de buenas noches. No quería tener que comprar ensaldas en el supermercado, y morir solo como tal anciano amargado.
Yo lo reconocía, era un idiota, pero también era demasiado orgulloso para disculparme, porque nunca me enseñaron a ser humilde y comportarme como un casi-caballero.
Pasaron unas horas desde la pelea, y _______ siquiera me miraba a los ojos. No me había hablado para nada, solo estaba allí, riéndose con Layam y Neil en la sala.
Me armé de valor, y bajé las gradas para ir por algo de agua. Mis zapatos hicieron ruido en el piso de madera por todo el camino de mi pieza a la cocina, y no me salvé de ser observado como tal animal en exposición.
No fue hasta que pisé la cocina que mi estómago comenzó a emitir ruidos extraños, los cuales nunca aparecían cuando _______ estaba, y me pareció darme cuenta que no había comido desde el desayuno.
Revisé el microondas, por si mi esposa había dejado algo para mí, pero no. En el lavadero habían únicamente tres platos sucios, y parecía que había calculado tan a la medida la comida que siquiera sobró para mí.
¿Desde cuándo yo buscaba sobras en mí casa?.
Desde la cocina la miré, y al ella corresponder no dudamos en desviar la mirada para no hacer contacto visual directo. Ella estaba tan enfadada como yo, y ninguno se disculparía.
Encontré un paquete de chocolates que seguro _______ estaba guardando para mí, y no dudé en comerlos. 
Escuché pasos hacia la puerta, risas, y algo parecido a una despedida.
Me asomé a la sala, escondiéndome tras la columna de la cocina, y escuché a _______ despedirse de Gomita, mi perro.
–Pórtate bien –sonrió –. No hagas enfadar a Harry, y…
–_______ –me atreví a decir. Los tres me miraron y el lugar se llenó de un silencio incómodo.
– ¿Qué quieres, Harry? –preguntó fría, apartando la mirada, mientras jugaba con Gomita. Sostenía sus maletas en la mano, y cargaba otras en los hombros. 
–Te esperamos en el auto –le dijo Layam y ambos salieron de casa.
– ¿A dónde vas? –pregunté, como si no lo supiera.
–A casa, Harry –se limitó a decir. “Pídele que se quede… discúlpate, Harry”.
–Que tengas buen viaje – “¡¿Por qué putas no la detuviste?!, eres un imbécil Harry”.

En Busca de una Esposa (Harry Styles y Tu)Where stories live. Discover now