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Martes 9 de Octubre de 2018

*Narra Valentina*

Desperté gracias a los golpes tan insistentes que mi amiga daba en la puerta de mi habitación. Me levanté con pesadez y abrí la puerta.

- ¿Qué pasa, Chris? - la miré con cara de enojo y sueño a la vez.

No sabía ni qué hora era.

- ¿No irás a la escuela? - me miró.

- Sí, pero entro a las diez. ¿Qué hora es? - talle un poco mis ojos.

Volteé a ver el reloj que se encontraba sobre la mesa de noche y vi la hora.

- ¡Chris, son las seis y media de la mañana! - grité.

- Oye, tranquila chica, pensé que irías a la escuela a la misma hora, por eso vine a hablarte. - me miró asustada.

- Lo siento Chris, pero ayer llegué tarde y estoy muy cansada. - me disculpé.

Me senté en la orilla de la cama y ella se recargo en el mueble que estaba en frente.

- No te preocupes, ahora veo que Santiago no te dio lo que querías. - dijo burlona.

- ¡Christina! - le lancé un cojín.

- ¿Qué? - dijo entre risas.

Yo solo la mire mal.

- Ya, está bien, me voy. Pero tienes algo por contarme. - dijo saliendo de mi habitación.

Yo solo negué riendo. Me quedé pensando un poco en lo que ayer había pasado, después me levanté y cerré la puerta. Tomé mi celular y lo prendí.

Oh por Dios. ¿¡Es en serio que tengo más de cincuenta mensajes!?

Abrí la conversación, era del tipo de ayer. Técnicamente todos decían lo mismo, pedía que le contestara. Volví a bloquear mi celular y preparé mis cosas para méteme a bañar.

Al cabo de veinte minutos salí y me vestí. Me peiné y fui a la sala. Ahí estaba la hija de mi amiga, estaba jugando. Pase a la cocina y mi amiga estaba preparando el desayuno.

- Oye. - se sobresaltó.

- Idiota, me asustaste. - me miró mal.

- Así tendrás la conciencia, mi querida amiga. - la miré con diversión.

Ella solo rodó los ojos y rió un poco.

- ¿A qué hora llegaste ayer? - se volteó a seguir haciendo el desayuno.

- Ni idea, creo que ya era como la una de la mañana. - alcé los hombros sin darle mucha importancia.

- ¿Y qué tal? - me miró alzando una ceja.

- No te emociones, no pasó nada, solo fue una cena de negocios, ¿Qué querías que pasara?

- Nada. - dijo sin más - Total, solo fue una cena de negocios.

Yo solo reí y tomé una manzana del bowl que estaba en la encimera.

- Oye. - me miró - Apágales a los sándwiches en dos minutos, los volteas y los dejas ahí.

- ¿A dónde vas? - la miré confundida.

- Por más queso, porque se acabó y entonces no te tocará sándwich a ti.

- Bueno. - dije con pesadez.

Solo asintió y salió. Me fui a la sala y prendí la televisión, aunque no le hice mucho caso porque estaba mimando a la bebé. Voltée los sándwiches como me dijo y les apagué.

SutraHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin