Mi teléfono comienza a sonar y el identificador centellea con el nombre de Thayer.

-te llamaba para decirte que estoy sano y salvo. –dijo, en forma de saludo.

Suspire, aliviada y cansada. El cambio de esencias de hoy me tenía con las energías a niveles bajísimos.

-bien. Ya me lo dijiste ahora...

- ¿Cómo estas tu? –me interrumpió para que no le colgara. --¿has bebido tu edición especial de bibrani?

Ahora que Thayer lo mencionaba, no había bebido bibrani desde la noche anterior.

-no...-murmure, mientras me levantaba por una botella.

- ¡Zoee! –me regaña. --¿Cómo puedes ser tan irresponsable?

- ¿y tú quien te crees? –le digo, sin la intención que esperaba. –no eres nadie para decirme que hacer.

Cuando llegue a la cocina, Thayer ya había comenzado con su sermón de siempre acerca de cómo yo, siendo hibrida, necesitaba mantenerme energizada mucho más que el resto de los Sat.

Odiaba cuando se ponía responsable. No me gustaba que se preocupara por mi porque no sabía cómo lidiar con esa parte de su carácter.

-eres inconsecuente.

- ¡mira quién habla! –exclame, mientras le pedía al congelador que me acercara una botella.

-después de todo lo que ha pasado hoy...-murmuro él por el otro lado de la línea. –esperaba que te cuidaras un poco más. Que te preocuparas por tu estado energético, querida.

-lo hago, Thayer. –le digo, cabreada y cansada de todo esto. Abro la botella y volteo el contenido a un jarro enorme de vidrio. –no necesito que tú lo hagas por mí.

-solo lo dices para convencerte. –me ignora, y porque compartimos un vínculo confuso por mi hibridad, sé que está sonriendo. –en el fondo, sabes que me necesitas.

Yo bufo hacia el teléfono.

-voy a colgar ahora.

-no si yo lo hago primero. –y corta la llamada.

Cuando miro la pantalla del teléfono, ahora en negro, no sé porque sonrió. Quizás necesitaba una conversación relajada con Thayer, después de todo lo que había pasado hoy y dio resultado.

Tome el jarro de bibrani y trague su contenido como si no hubiera mañana. Cuando terminé, me sentí mucho mejor y sonreí de nuevo.

-si...-murmure, hacia la soledad de mi hogar. –Thayer, tienes razón. Si te necesito.

Pero eso era algo que nunca él podía saberlo.

*_*

La puerta se abre de golpe cuando Timy entra todo empapado por la lluvia.

Su estruendosa entrada me saca de mi ensimismamiento. Me levanto del sofá, fingiendo la mejor de mis sonrisas y lo ayudo con su abrigo, también empapado.

Cuando termino de quitarle la ropa mojada, una presencia abrumadora me deja sin aire.

- ¡esa lluvia sí que nos ha pillado desprevenidos!

¡Dioses!, había olvidado que Ryker traería a Timy a casa. Y justo tenía que ser hoy, que estoy exhausta y sin ganas de fingir que todo está bien, frente a él también.

Me pongo de pie de nuevo, y noto como el Sat de luz me regala una de sus eternas sonrisas, acompañada de esos ojos brillantes y de ese bronceado rostro.

Crónicas Saturnianas I : Híbrida (No Editada) Where stories live. Discover now