Capítulo 19 | Lazos

1K 157 34
                                    

Leonardo

Melissa había muerto.

Muerto.

Realmente había muerto.

Cerré los ojos, mis manos estaban temblando y mis parpados estaban hinchados.

Se filtró por mi nariz el tipico aroma a hospital, a Melissa nunca le gustó ese olor, decia que la mareaba.

Las enfermeras paseaban de aquí para allá, unas corriendo y otras caminando. La silla debajo mio se sentía dura, casi como una piedra, me sentía totalmente incomodo y dentro de mi, sabia que no era necesariamente por la silla.

—Hicimos todo lo que pudimos, el cuchillo estaba rociado con una sustancia letal, el veneno se expandió rapidamente y la perdida de sangre era nuestro menor problema, aún estamos identificando la procedencia del veneno—El doctor hablaba con el policía. Me sentía en otro mundo. Como si estuviera en una pesadilla en la que faltaba poco para despertar, no podia creerme la muerte de Melissa.

Es su cumpleaños, ya vamos a tener nuestro departamento y seguiremos  siendo mejores amigos hasta el fin.

¿El fin no es ahora cierto?

—Joven Leonardo, necesito que nos acompañe a la comisaría para que presente su declaración de los hechos—le tenía tanto rencor a ese oficial que me sorprendía a mi mismo todo el mal que le podia llegar a desear

—Usted dijo que la protegería—musité sin responder a lo que me habia dicho—¡Dijo que la protegería y ahora está muerta!

Su compañero tuvo que tomarme del brazo para alejarme del oficial ya que sin darme cuenta, me habia levantado y habia quedado cara a cara con el oficial. Me zafé con fuerza y los miré con ira y tristeza. Ambos me observaron con lástima y eso era lo que menos necesitaba.

—¡Es su culpa! ¡Ustedes la terminaron matando!—estaba destrozado física y sentimentalmente. Se supone que habia una patrulla turnandose afuera del departamento vigilando que nadie extraño entrara o saliera. ¿De qué habian servido? Tantas cosas que digeron, tantas pruebas que pidieron para que no hicieran nada.

Hicimos todo lo que pudimos—de nuevo esa frase de mierda. Tomé mi mochila, la misma mochila que contenía el peluche que había olvidado entregarle a Melissa; por esa razón había regresado al departamento, no me quería quedar con el pendiente de no haberle entrago algo.

—¡Leo!, cariño ¿es cierto?—voltee al escuchar esa voz, mi madre caminaba por el pasillo del hospital acercandose a mi con un rostro que reflejaba preocupación y asombro, supongo que observó mi reacción con el oficial—¿es cierto? Melissa...

Asentí, aprete mis labios y toda la rabia que había acumulado se transformó en lágrimas, abrace a mi madre sollozando con fuerza, mis brazos temblaron y la imágen de Melissa tirada en el suelo frente a mi, recobró vida en mi mente.

—Y-Ya...pequeño...—susurró tratando de consolarme mientras sus manos se paseaban de arriba hacia abajo en mi espalda para relajarme, a como lo hacia de pequeño—Todo va a estar bien

Ese era el problema, nada iba a estar bien.

De reojo, observé que el oficial y el doctor se separaron y se fueron lejos de nuestra vista.

—¿Cómo supiste?—no le había avisado, estaba tan asustado y enojado a la vez que no había pensado en llamarle a nadie, creyendo que estaba solo cuando no era así, tenia a mi madre, siempre conmigo.

Ojalá y así hubiera sido la madre de Melissa con ella.

—Las noticias...está en todos lados, no hay alguien que no sepa lo que sucedió—suspiré ahora solo sollozando por lo bajo calmandome poco a poco

Número Desconocido©Where stories live. Discover now