Capítulo 14 |La última llamada pt.3

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-¿Por qué los llamaste Melissa? Se supone que hablaríamos dentro de dos días para ponernos al tanto del proceso de la investigación. -dijo Leonardo sentado en uno de los pequeños sillones de la sala mientras el oficial que ahora estaba a cargo de mi caso estaba sentado frente a nosotros junto a otro oficial con la libreta y el lapicero de siempre para anotar nuestras palabras.

-Quiero dejar en claro que entre nosotros no hay ningún sospechoso, para que finalmente queden descartados he pedido que les hagan una serie de preguntas a ustedes y que revisen sus celulares para verificar que no son posibles sospechosos, no quiero que vuelva a suceder lo que pasó con Leonardo.

-¿Qué? Pero yo llegué no hace mucho a la ciudad, no hay razón para que me revisen el celular ni nada ya que ni siquiera estaba aquí cuando iniciaron a acosar a Melissa-dijo Chris levantándose de uno de los sillones tomando su chaqueta-Ahora, si me disculpan, tengo cosas que hacer

-Si usted da un paso fuera de este departamento, inmediatamente será arrestado al ser un posible sospechoso de asesinato de primer grado y acoso tanto verbal como físico -dijo el oficial levantándose igualmente con la mano sobre el bolsillo en donde cargaba el arma. El ambiente inmediatamente se torno bastante tenso. Chris se detuvo al escuchar esas palabras y antes de cualquiera pudiera decir algo, el sonido de un mensaje proveniente del celular de Chris, hizo que todos mantuviéramos la mirada en el.

-No hay que llevar las cosas a algo más grande, Chris, siéntate por favor, no te llevará más de diez minutos, solo revisarán tu celular y te harán unas cuantas preguntas, después podrás salir. -dije sentándome ya que sin darme cuenta me había levantado en el momento en el que el oficial había puesto su mano sobre su arma.

-Chris, joder, solo siéntate. -dijo Leonardo algo frustrado por la actitud de Chris.

-¿No podemos hacer esto después? En verdad tengo cosas que hacer, en vez de preguntarme cosas estúpidas a mi, deberían enfocarse en encontrar a la persona responsable de todo esto. Pareciera que solo juegan a policías y ladrones. -dicho esto, Chris dio media vuelta en dirección a la puerta principal pero en el momento en que quiso salir,, no pudo. -Melissa, dame la llave. -negué sin dirigirle la mirada. Sabía que había algo que no cuadraba, Chris no perdería nada por contestar unas cuantas preguntas, después de todo, era mi hermano, cualquier cosa que oculte no debe ser nada malo, quizás una novia o algo por el estilo, no entendía por qué se rehusaba a quedarse.

-¡Mierda! Si tanto quieren revisarme, háganlo...tremenda estupidez. -dijo lo último mientras se separaba de la puerta y regresaba frente a nosotros. No sabía descifrar su expresión pero fue como si se estuviera rindiendo.

-Primero necesitamos ver su celular para realizarle las preguntas-Chris asintió sacando su celular del bolsillo y entregándoselo y antes de que el oficial dijera alguna otra palabra, Chris entregó otro celular un poco más viejo y chico que no había visto nunca.

Una vez que el oficial tuvo en sus manos ambos celulares, inició a revisarlos. Leonardo permanecía atento a todo lo que el oficial hacía, al parecer aún desconfiaba de éstos. En todo momento, Chris se mantuvo con la mirada hacia el suelo, puse una de mis manos sobre su pierna y volteó a verme con una sonrisa de lado. Por alguna extraña razón sentí unas inmensas ganas de llorar, un escalofrío me recorrió y antes de poder decir algo, el oficial dejó el primer celular de lado y tomó el viejo tecleando no se que cosa. Inmediatamente mi celular comenzó a sonar y un poco extrañada, me levante del sillón y lo tome de la mesa del comedor. En la pantalla se podía leer Número Desconocido.

Todos me voltearon a ver a excepción de Christian, contesté la llamada y el oficial, sin quitarme la mirada de encima, dijo mi nombre frente al celular pequeño y viejo y éste mismo fue pronunciado con una voz distorsionada desde mi teléfono. No podía ser cierto, Chris no podía ser el asesino.

-No diré nada sin la presencia de un abogado-dijo Christian dejando que el oficial lo esposara. Dejé mi celular en la mesa y tomé a Chris del brazo. -Mel...lo siento mucho, te quiero...nunca quise esto. -no le quite la mirada de encima hasta que el oficial que traia la libreta y el lápiz, se lo había llevado fuera.

-Necesitamos que mañana se presenten en la comisaría, ahí se tomarán nuevamente las declaraciones de todos para saber si el chico se declara culpable o no ya que de declararse inocente, procederemos a la inspección de testigos y búsqueda de evidencias, con su permiso, espero verlos a ambos y a sus padres mañana.

Simplemente asentí aún sin poder creerlo, una vez ambos oficiales se habían ido, Leonardo fue el primero en reaccionar acercándose a mí con su teléfono en mano.

-Debemos llamar a tu madre, seguro se escandalizará con esto...dios. ¿Todo este tiempo fue Christian?

Quería negarlo, quería decirle que se callara y que todo era un error a como había pasado con él pero lastimosamente todo apuntaba a que el asesino era mi hermano. Todas estas noches en las que ha salido sin avisar, lo tarde que llegaba...pero sobre todo, el hecho de que hubiera llegado desde hace un tiempo a la ciudad sin avisarme, todo ese tiempo que ha estado aquí sin que nadie (a parte de mi madre) lo supiera, pudo haber hecho tantas cosas, como por ejemplo, matar. Los tiempos coincidían con el momento en que iniciaron las llamadas junto al día que dice mi madre que Christian llegó.

-Sí, lo fue...¿puedes decirle tu a mi madre? Está en la plaza central, seguro la encuentras en alguna cafetería o tienda de ropa, necesito estar sola un momento.

Suspiré dejándome caer en el sillón mientras me pasaba la mano por la cara aun sin poder creerlo. Mi propio hermano...algo debía estar mal...lo que decía la carta que encontré en mi armario no cuadraba con el hecho de que el la hubiera escrito ya que en el instituto casi nunca nos veíamos por la diferencia de edad. Algo faltaba, estaba segura de eso.

Leonardo aceptó el avisarle a mi madre y yo simplemente opté por regresar a mi habitación y sacar la carta del buró a lado de mi cama.

La leí una y otra vez ,buscando algo que encajara con que el acosador era mi hermano pero ni siquiera las palabras que se utilizaron eran las que el usaría. No entendía absolutamente nada y no quería ver la cara que pondría mi madre.

-¡Maldición! -dije frustrada haciendo bola la carta y aventándola hacia el otro extremo de la habitación. Ahora mismo entendía las palabras que me había dejado Daiana en latín, "No hermandad". Ella sabía de alguna u otra forma que Christian era el asesino, ella lo sabía antes de dejarme, pero ¿Por qué no me lo dijo?

Tantas cosas pasaban por mi mente y cada una de ellas me hacían dudar más de las persona que amaba. Tal parece que nunca terminas de conocer a alguien, ya sea tu familia o bien amigos de tu infancia, nunca sabes qué situación puede orillar a una persona a cometer un delito o una acción en contra tuya.

El departamento estaba sumido en un completo silencio, mis manos estaban alrededor de una fotografía de mi familia, permanecí por unos cuantos minutos más sentada en el piso de mi habitación hasta que escuché el rechinar de la puerta al ser habierta.

-¿Leo? -pregunté levantándome de la cama y saliendo de mi habitación, teniendo una vista perfecta de la persona que estaba dentro de mi departamento.

-Ohh no pequeña, no soy Leonardo y lastimosamente no estará aquí para salvarte. Tu hermanito fue demasiado estúpido para dejarse atrapar...vaya, no puedo dejar que tu creas que él es el asesino...después de todo, me gusta que me den créditos por mi trabajo.

Parpadee repetidas veces sin poder creer lo que estaba escuchando, entonces, mi hermano no era el culpable, no por completo al menos. Retrocedí inconscientemente sin quitar la mirada de esa persona justo en el momento en que ésta sacaba un arma con lo que parecía era un silenciador.

-¿Qué haces Amanda?

Una simple sonrisa fue mi respuesta y ahí supe que esto a penas estaba comenzando.

Número Desconocido©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon