Capítulo 14 |La última llamada pt2

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—¡Melissa ven a desayunar!—escuché el grito de Leonardo provenir de la cocina así que rápidamente me levanté y salí de mi habitación olvidando por completo que estaba en un mini short y que debajo de mi camiseta no traía brasier.—¡No se te olvide no salir semidesnuda!—sonreí para mi misma dando media vuelta y regresando a mi habitación para buscar solo un brasier. No es como si el nunca me hubiera visto en mini short y además de que solo es mi pijama.

—Melissa, tu short es muy corto—dijo Chris a penas me senté en el comedor para comenzar a comer mi desayuno que básicamente se basaba en puras frutas. Era realmente molesto ver como los demás desayunaban hot cakes mientras yo comia melón.

—Dices que yo traigo un short muy corto pero tu ni short traes—dije haciendo alusión a que él solo andaba puestos unos boxers.

—Pero yo soy hombre

—Y yo soy mujer pero creí que eso ya lo sabías—dije rodando los ojos al igual que él mientras Leonardo solo nos observaba divertido.—Por cierto—hice un pequeña pausa para tomar un trago del jugo de naranja—¿Has hablado con Amanda? El día en el hospital se comportó muy extraña—dije levantando la vista de mi plato de comida hacia el.

—¿Con Amanda? No, ¿Tú tampoco verdad? No puedes hablar con ella Melissa...no es buena para ti.—dijo Chris mirándome con un semblante serio a los ojos.Leonardo estaba completamente callado y creo que-aprovechando que mi madre había salido- era el momento perfecto para acorralar a Chris y saber qué es lo que estuvo haciendo los días que supuestamente se quedaba conmigo.

—¿Por qué no? ¿Cómo sabes si es buena o no? ¿De cuánto tiempo la conoces para poder decir eso?—Pregunte sin dejar ningún espacio entre una pregunta u otra. La mirada de Leonardo se centró nuevamente en Chris mientras dejaba de comer para esperar su respuesta.

—Solo...no me gusta...es una chica que no tiene buenas energias...ya sabes, mamá siempre dice que cuando alguien te cae mal sin conocerla es porque tiene energías negativas, pues eso me pasó con Amanda—Suspire y negué pasando una de mis manos por mi cabello.

—Me estas mintiendo...¡De alguna manera se que me estás mintiendo!—dijo con voz fuerte pero sin gritar. Yo no solía perder la paciencia así de fácil pero el saber que en este momento estaba interrogando a mi hermano porque me parece un sospechoso me hacia sentir idiota. ¿A caso ya no puedo confiar ni en mi propia familia?

—Melissa...calmate. No te estoy mintiendo.

Antes de responderle, escuché mi celular sonar desde mi habitación. Una presión en mi pecho se instaló por alguna razón, tenía un mal presentimiento respecto a la persona que me llamaba.

—Apurate a contestar Melissa, mientras más rápido termines de comer, mejor. Si te tardas mucho ya no lavare tu plato.—dijo Leonardo dandole un trago a su jugo de naranja y algo fastidiado por el sonido que hacía mi celular.—Que te apures joder.

Bufe levantandome de mi lugar sin importarme que mi silla hiciera un chirrido por haberla arrastrado hacia atrás. Era claro que el ya no tenía miedo de que fuera el asesino la persona que me estaba llamando porque según el, al cambiar de celular era imposible que esa persona obtuviera mi número.

Entré a la habitación y tomé mi celular no sin antes revisar quién el que me llamaba.

Daiana

Me sorprendí mucho al ver que me estaba llamando así que contesté lo más rápido posible.

—Melissa...—escuché que decía mi nombre entre jadeos y con la respiración entrecortada. Mi pulso comenzó a acelerarse y presa del miedo, apreté más fuerte el aparato electrónico contra mi.—¡Dile a Christian!—en el fondo de la llamada, se podía escuchar el ruido de automóviles pasando rápidamente y la manera en que las personas tocaban el claxon de manera exacerada.—¡Dile que no servirá lo que haga, nos matará a todos! ¡Díselo Melissa!—dijo rápidamente como si tratara de regular su respiración y a lo último susurró—Falta poco...se fuerte melis—Antes de que si quiera me diera tiempo de preguntarle a quién se refería, o por qué me hablaba como si fuera una despedida, la llamada había sido cortada. Sentía como mi corazón latía tan rápido que hasta mi cabeza inició a dolerme.

—¿¡Daiana!? ¡Daiana!—grité inútilmente aún sabiendo que no me contrataría. Apagué mi celular y en un arranque lo tiré a la cama. El tono de voz que tenía en la llamada, era como si estuviera escapando de algo...o de alguien. Cualquiera de los dos casos eran malos, por lo tanto mis nervios no disminuyeron ni un poco hasta que escuché la puerta de mi habitación ser abierta de forma brusca.

—¿Melissa? ¿Qué pasa? Tus gritos se escuchan hasta el comedor.—dijo Chris entrando a mi habitación seguido de Leonardo.

—¿A sido él?—se limitó a preguntar Leonardo a lo que simplemente negué. Aún me encontraba muy tensa por la llamada que acababa de recibir.

—¿Pero tu si que eres tonto verdad? ¿Qué no la has escuchado gritar el nombre de Daiana? Agh...—respondió Chris de mala gana.

—¡Oigan! No es momento ¿de acuerdo? Chris...tengo que hablar contigo, a solas.

—¿Me estás diciendo que me vaya? No lo puedo creer—Leonardo se dio ma vuelta y salió de mi habitación dando un portazo. Me senté en la orilla de mi cama a lo que Chris imitó mi acción. Estuvimos ambos en silencio por unos segundos hasta que finalmente me decidí por iniciar a hablar.

—Daiana me ha dicho que lo que hagas no servirá, que al final nos matará a todos y qu—antes de seguir, me di cuenta de algo muy importante. ¿Cómo sabía Daiana que Chris estaba aquí?

—Ajá...sigue, todos ¿y qué? ¿Qué más te dijo? ¡Es importante, apresurate a hablar!—dijo mirándome desesperado a los ojos y colocando sus manos en mis hombros. No era momento de preguntarle sobre mis dudas a cerca de Daiana y él, así que decidí postergar eso y darle más importancia a lo que se lo merece.

—Y que fuera fuerte...Chris...parecia una despedida.—sentí como se formaba un nudo en la garganta al creer que así era. Que esa había sido su despedida pero rápidamente saqué esa idea de mi mente tratando de calmarme y no pensar de manera negativa.

Por más que intenté relajarme, el ver el rostro de Chris, sin expresiones y con la mirada vacía, solo lograron que el mal presentimientoque tenía, comenzara a dejar de ser solo un "presentimiento".

—No puede ser...atraparon a Daiana...—susurró Chris bajando la mirada hacia sus manos que habían soltado mis hombros. Aunque a simple vista se veía tranquilo, para mi, que lo conocía más que bien-o eso quiero creer-estaba muy lejos de estar tranquilo.

—¿Cómo que la atraparon? ¿De qué hablas? ¿Ella está bien?—dije realmente preocupada. No estaba entendiendo absolutamente nada de lo que sucedía y eso me frustraba, más si la seguridad de alguien estaba en riesgo.

—Melissa, prometeme algo. Prometeme que si algo me llegara a pasar, irás a la casa en donde vivíamos antes, irás al patio y revisarás la caja de secretos que teníamos de pequeño. Esa que está medio enterrada.—dijo evadiendo totalmente mis preguntas y levantando su rostro para conectar su mirada con la mía. El temor invadió mi cuerpo y solo pude limitarme a asentir con la cabeza.—Necesito que me lo prometas, di que me lo prometes Melissa—insistió casi rogandome con la mirada.

—Lo prometo Chris.—dije sin insistir en el tema de Daiana. Si el no me lo decía, yo misma me encargaría saber qué era lo que pasaba. Sabía de antemano que no ganaba nada preguntándole y preguntándole lo mismo. Al final resultaría como pedirle limones a un árbol de naranja. Prácticamente imposible.

Con eso bastó para que mi hermano sonriera. No quería pensar en lo que dijo, no quería que ni siquiera cruzara como una posibilidad. A él no le podía pasar nada. Nunca.


Número Desconocido©Où les histoires vivent. Découvrez maintenant