Capítulo veintiséis.

2 3 1
                                    

"¿Cómo vas con la investigación?" Se paraba al lado de mi escritorio con sus manos sobre su cintura mientras recargaba su cuerpo sobre una pierna y me daba esa mirada que me pedía que le rindiera cuentas, solo para saber cómo estaba de ánimo y de mente.

"Luca..." Así iniciaban mis excusas.

"Polo..." Y así las rechazaba él, porque sabía que me causaba terror que él -un psicólogo profesional, con trabajo y a cortas de terminar su diplomado, siendo tan solo un año mayor que yo, que apenas iba por el quinto semestre- fuese quien revisara mi proyecto.

"Me falta corregir muchas cosas." Le mostraba con un poco de recelo. "Hay un teórico que me dio una entrevista para la otra semana."

Llevaba ya casi cuatro meses en mi exploración, con la revisión de Luca Polo, sobre ambos mi trabajo y mi determinación.

Debo decir que por primera vez en mucho tiempo, me sentía orgullosa de mí misma. Estaba orgullosa mi avance personal, porque aunque mi teoría fuese algo que moría por publicar y que fuese de ayuda para las personas que sufrían como Félix lo hacía, esto se había vuelto algo más que un logro profesional. Y tampoco quería darle todo el crédito al pelinegro, pero sabía que él y su hermana habían sido partidarios de mi pronta recuperación y deseo de sacar aquello adelante.

"Yo te llevo a esa cita." Había establecido allí mismo, con mi computadora en una de sus grandes manos. "Porque después tú tendrás una conmigo."

Número tres.  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora