Amor de Atletas. (Jungkook. Fanfic) [Completada]

C a p i t u l o 1

“Lucharemos hasta ver esa medalla en nuestro cuello”.
—Amor de Atletas—

SU MIN.

Ser gimnasta no es sencillo y menos si eres de danza rítmica. Todos los días me debo de despertar temprano a correr ya que no puedo subir de peso. ¿Lo bueno?, duermo en la universidad. Mamá siempre amó la danza rítmica y cuando cumplí nueve me mandó a una escuela de gimnasia. Supe de inmediato que mi vida no sería....normal.

—Su Min, tu flexibilidad está un poco floja—miré a la entrenadora.

Estaba en el suelo estirando mis piernas para el fuerte entrenamiento de hoy. Soy de primer año de gimnasia rítmica. Papá habla con mamá para que no sea tan exigente conmigo, pero no es fácil decirlo cuando sabe que la familia está llena de atletas. Mi hermano mayor es futbolista y mi otra hermana, que es casi de la misma de edad que el mayor, es de natación.

—Trabajo en ello—abrí más mis piernas y la flexibilidad que aportaban no era lo suficiente.

Solo tengo una medalla de oro por las competencias regionales del año pasado, pero quiero muchas más. No me puedo solo conformar de bronce o plata, el oro es mi meta. Sé que tengo muchas más medallas, pero no son todas de oro y quiero más de ese color.

—¿Quieres ayuda?—subí mi mirada y la entrenadora me miraba con cautela.

Mi flexibilidad ha disminuido desde que tuve un accidente hace un año. Regresé a la universidad hace cuatro meses. Pasé esos meses tratando de recobrar mi fuerza en las piernas. Mamá decía: "De pie, no dejes que éste accidente te arrebate todo el talento que tienes" luego de que cada día repitiera la misma frase, tuve que poner de mi parte y recuperar la fuerza de mis piernas.

—Si—se colocó en cuclillas y llevó sus manos a cada una de mis piernas, las abrió más y pude sentir la punzada que decía lo mal que mi flexibilidad puede estar. Me quejé un poco y la entrenadora dejó su tacto.

—Todavía te duele ¿No?—miré a mis demás compañeras, todas estaban haciendo sus flexiones de la manera que hace un año yo las hacía.

—No, solo olvidé lo que se sentía no ser tan flexible—sonrió de lado y se puso se pie.

—Bien, solo no te exijas demasiado, apenas regresaste hace una semana de tu recuperación—asentí.

Me puse de pie. La entrenadora regresó a su lugar y dio algunas palmas para que todas le pusieran atención.

—En tres meses comienza la competencia estatal deportiva, habrá competencia de: Nado, esgrima, boxeo, pesas, gimnasia y gimnasia rítmica. Tienen que dar todo en los ensayos para que podamos regresar con medallas de oro. No quiero ponerles mucha presión, pero tienen que dar todo por el todo si quieren más adelante ir a las regionales o nacionales ¿Bien?

—¡Si, entrenadora!—dijimos todas al unísono.

—Bien, para la próxima semana se sabe que tendremos un entrenamiento que consta de tres días: Lunes, miércoles y viernes. Quiero que esos días vengan muy preparadas. Asignare la musica, rutinas y las chicas que competirán ¿Bien?—todas asentimos—Bueno, ya estiraron, así que empecemos con un giro en puntillas.

Todas tomaron sus lugares. Tomé impulso y di la vuelta en puntillas, caí sobre mi pie y supe de inmediato que lo había hecho bien.

—Muy bien—miré a la entrenadora—Solo cuida tu postura a la hora de detenerte con tu pies, se ve como si lo forzaras y debe verse elegante, como un cisne—siguió viendo a las demás y yo seguí con lo mío.