Capitulo I

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Tres años habían pasado desde la última vez que se vieron. Tres años desde que Killua sintió su corazón destrozado por primera vez, desde que tuvo que recoger sus piezas y seguir adelante, sin la persona que más quería en el mundo. Tres años viajando con Alluka; visitando y recorriendo lo que nunca antes había podido ver mientras estaba encerrado en la montaña Kukuroo. Habían mantenido contacto por carta gracias a los halcones mensajeros (de otro modo Milluki podría haberlos rastreado en menos de una hora. No es que estuviera preocupado, pero siempre era bueno prevenir mientras de su familia se tratara), aún así Killua sentía que su relación no había vuelto a ser igual. Después de ver cómo Gon, su querido amigo, se cegaba por la ira y la venganza; después de haberle escupido esas palabras hirientes a la cara, sin siquiera disculparse apropiadamente antes de su separación, había hecho que Killua se sintiera abandonado. No es que hubiera dejado de querer a Gon, y si era posible, quizás ahora lo quería más que antes, aunque le costara admitirlo. Pero el dolor que había guardado por estos tres años empezaba a afectarlo de verdad. Todas las emociones que se había guardado, sobre todo para cuidar a Alluka, comenzaban a estancarse en su garganta, luchando por salir en algún momento.
A pesar de todo, Killua vivía por Gon. O así había sido tres años atrás. Ahora vivía más que nada por Alluka. Nunca pensó en sus propias motivaciones, y si lo hizo las olvidó porque sentía que era más importante hacer felices a otros; a sus personas importantes, como había sido Gon, como era ahora Alluka.
Ni siquiera sabía si realmente quería ver a Gon después de todo este tiempo. Tiempo que había pasado intentado cerrar las heridas y olvidar ese día en que casi perdió a su mejor amigo. Muchas veces sentía que todo lo que pensaba era patético, su propia existencia era patética, y en realidad no le importaba sacrificar toda su vida por alguien más.
De todas formas, el encuentro ya estaba acordado hace más de un mes, y Killua sabía que no había forma de evitarlo ahora. Sobre todo porque Alluka no había parado de hablar de conocer a Mito-san desde que supo que existía la posibilidad de ir a Isla Ballena. Estaba decidido; Killua volvería a Isla Ballena junto a Alluka, y eso hacía que se sintiera tremendamente intranquilo, poniéndolo de mal humor.

-Onii-chan, estás bien?- le preguntó Alluka mirándolo preocupada
-Claro que si, -le sonrió- es solo que tengo algo de hambre. De todas formas aún quedan 15 minutos para que el barco zarpe, deberíamos comprar algunas cosas para el camino.
-Tienes razón, cuántas horas serán?
-Dependiendo del clima, de 20 a 24 horas - le dijo comenzando a caminar con ella hacía la tienda más cercana - no te preocupes - sonrió poniendo su mano sobre la cabeza de su hermana al ver su cara de nerviosismo-  todo irá bien, recuerda que ya he viajado en este barco antes, confía en mí.
-si!- sonrió la chica mientras agregaba- Onii-chan, deberíamos comprar algo para Gon-kun también, después de todo no lo hemos visto hace años... qué crees que le gustaría? - preguntó mientras entraban a una tienda llena de víveres y productos importados.
-A Gon? Bueno, no estoy seguro...
- Onii-chan deberías saberlo, es tu mejor amigo, no?
-supongo...
-Ohh, Onii-chan es tan frío, al principio no parabas de hablar de él, recuerdas?
-claro que no - desvió la mirada hacia las estanterías para que Alluka no se diera cuenta de su evidente sonrojo.
-Mentiroso -murmuró.
-Bien bien, toma algunas cosas que quieras para comer en el viaje, pero rápido, ok?
-Si!- Alluka se alejó corriendo entre los pasillos de la tienda, hacia la sección de dulces.
-Supongo que debería comprar algo de comida real, Alluka se encargará de los dulces...

Tomó unos emparedados, algo de fruta y unas botellas de agua, y cuando se dirigía al mostrador para pagar, algo llamó su atención. Lo vió brillar desde lejos. Una piedra redonda, de aproximadamente un centímetro de diámetro, mitad verde-mitad azul, con dos lazos para colgarse al cuello. Se quedó un rato mirando, hasta que un  vendedor alto y pálido se acercó a él.
-Buenas tardes señor, está interesado en éste collar?
-Eh, no, bueno, solo me recordó...-intentó responder a pesar de lo nervioso que se había puesto.
-Oh! Ya veo, ya veo, seguramente le recordó a su novia, no? Mire, éste collar es perfecto para parejas, la piedra se separa en dos, así las dos personas usan una parte, lo ve?  No es genial?
-Hum...- Killua se sonrojó un poco al pensar que l a piedra en realidad le recordaba a Gon.
-Lo mejor es el precio! Lo ve? - le dijo señalándole un papel que colgaba tras el collar- 5.000 jennys!! Pero para usted, lo dejaría solo en 4.500 jennys, que le parece?
-Bueno, yo no...
-Mire, es de excelente calidad, tómelo! Así se asegurará...
«Déjame hablar con un demonio» pensó mientras tomaba el collar, molesto.
-Onii-chan!!- gritó Alluka mientras se acercaba corriendo.
Killua entró en pánico, aunque no supo muy bien por qué y escondiendo el objeto entre la comida que llevaba en las manos, se dirigió a pagar a paso rápido. El vendedor lo miró satisfecho, mientras Alluka lo seguía con los brazos llenos de golosinas.
-Onii-chan que quería ese señor?
-Solo quería que probara un producto. -mintió.
-Ohh, que era?
Sabía que si le decía la verdad a Alluka desataría una conversación demasiado vergonzosa que no quería tener en ese momento ni lugar, así que decidió cambiar de tema.
-Bueno...oye, Alluka, no puedes llevar tantos dulces!
-Ehh, por qué no? Los iba a compartir contigo también Onii-chan...
-No podemos cargarlos, no caben ni en tu mochila y la mía juntas.
-Pero...-Alluka empezó a gimotear y
Killua suspiró dándose por vencido. No es que no quisiera llevar los dulces; después de todo si pudiera se los hubiera comido todos él solo, pero tenía que actuar como un buen hermano mayor.
-Ok, los llevaremos, pero no quiero quejas cuando te duela el estómago.
-Si!- sonrió.
Killua sonrió de vuelta, satisfecho; había logrado desviar el tema.
-Onii-chan, y el regalo para Gon-kun?
O eso había pensado. Miró hacia abajo sacando el celular de su bolsillo, encendiéndolo para hacer como que veía la hora.
-Mierda! -maldijo- Alluka, nos quedan 5 minutos para embarcar, debemos correr o nos quedaremos abajo!

Terminaron de pagar y ambos cargaron los paquetes de dulces que había insistido en llevar Alluka. Corrieron a toda velocidad hacia el barco alcanzando justo a subir cuando empezaban a levantar las plataformas para abordar.
Así se embarcaron a Isla Ballena. Killua no podía evitar estar nervioso y su estómago se retorcía por la emoción.
Cuando el barco empezó a alejarse del puerto, sintió que la mezcla de emociones y la comida que había llevado Alluka harían que se enfermara.

Dos Caras de una Moneda (GonKillu)Where stories live. Discover now