TREINTA Y NUEVE

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Capítulo dedicado a SamB2728

ZAYA:


Toda esa semana fue como si algo lúgubre estuviera opacando mis días, la calma antes de la tormenta le dicen.
Las horas trabajando se pasaban súper lento y mis ganas de ir a buscar a Alejo eran cada vez más inevitables pero por más que lo intentará no sabía cómo arreglar lo que no se rompió.
Al tercer día, Maggie y Andrés parecieron notar mi preocupación.

- Esa cara me dice que algo te está pasando - dijo él.

- Está es la cara de alguien agotada - contestó.

- Ay Zay Zay, ¿Hay algo que te esté molestando? - inquiere Maggie.

- No - intento esquivar.

- Si querés charlar, acá estamos - apoya Andrés.

Los observó, y percibo cuanto ha evolucionado su relación, ahora ambos están en confianza, y trabajan mejor.

- Es Alejo - admito.

- ¿Y ese Alejo... Te lastimó? - cuestiona él.

- No, más bien fui yo quién causo un problema.

Piensa un momento y sonríe.

- Y los dos son muy orgullosos como para resolverlo - opina.

Dudo un instante.

- No, es solo que hay secretos que prefiero guardar y él no lo entiende.

- Creo que si es algo serio, deberías compartiselo solo si estás preparada.

Los ojos de Maggie me regalan una mirada compasiva, sé que entiende de lo que estoy hablando.

— Hoy te llegó algo — comenta.

Se levanta, da unos pasos hacia afuera y vuelve con un hermoso ramo de girasoles, mi corazón se acelera al verlo y temo que sea Nilas quien envío las flores.

— La tarjeta dice que son de Alejo.

Las tomó entre mis brazos y huelo el delicioso aroma que emanan, me siento feliz de que se acordará de mi.

Trae una pequeña tarjeta de decia:

· Tengo un nuevo empleo en la playa, date una vuelta por allí así pasamos el rato. Te extraño. ·

La emoción se apodera de mi pecho, saber qué piensa en mí me ayuda a sobrellevar las horas restantes y apresurar todo para ir a su encuentro.
       

Llegó a la playa casi al atardecer aún el sol se encuentra un poco alto, busco entre los puestos de comida y helados, recorro cada rincón hasta que lo encuentro. Tiene un pequeño taburete con muchas hojas blancas y un par de personas que esperan por un dibujo personalizado, está concentrado en la niña que está sentada frente a él, traza las líneas de su rostro dándole forma.
Me paro detrás de él, veo como hace su trabajo y sonrió, es increíble el talento que tiene, veo como el lápiz fluye entre sus dedos haciendo magia.

Corto la distancia que hay entre ambos y lo abrazó por detrás, extrañaba la calidez de su cuerpo.
Ni siquiera me mira, me quedo así hasta que termina el dibujo y se lo da a la dueña. La niña toma la hoja y sale corriendo emocionada a enseñarles a todos su bonito retrato.
Mis brazos están en su cuello y él los acaricia, no dice nada, solo se concentra en el mar. Ninguno dice nada, nos limitamos a guardar silencio abrazados. Las personas parecen entender la situación, y salen de allí, el aire fresco del océano llena mis pulmones de vitalidad, suspiro algo frustrada al no entender si está molesto o solo disfruta el silencio.
De repente gira y me toma entre sus brazos, busca mis labios con desesperación, su boca toma la mia y nos une en un beso infinito, sus manos me toman con fuerza de la cintura, yo rodeo su cuello con mis brazos, acarició su cabello, me levanta de los muslos y me sube encima de él, rodeo con mis piernas su caderas y empezamos a girar, me río de los nervios, hasta que Alejo cae de bruces conmigo encima.

VOY A ESPERARTE |COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora