40 | Pecando bajo la lluvia.

36.2K 2.7K 2.8K
                                    

Dedicaciones a natqueen321Jessielisettecami_ramirez9440Niice9LoveiTDAmarendroXomile94455335yareliparedesparedeschiosmar y a user69153744

Por el momento serán todas la dedicaciones, el proximo capítulo lo dedicaré a quién comente mucho. Esos fantasmitas salgan de la oscuridad ;)

¡Disfruten el capítulo! 

| | | |

CORINNE

Todo mi cuerpo parecía inundado de sentimientos oscuros e intensos. Quizás Chad era la persona menos indicada para ver paz en él, pero yo ahí entre sus brazos, me sentía en paz. En ese cruel y maldito diablo encontraba la paz que no había tenido desde que mi hermano había desaparecido. 

Alcé la mirada hacia sus ojos grises, él tenía una mirada relajada y más dura que nunca.

—¿Te has dado cuenta Chad? —susurré con la voz temblándome—. Has vuelto a tolerar mi contacto en tu cuerpo.

Mis palabras también le impactaron tanto como a mí, y se me quedó mirando como si hubiese visto al diablo y pensé que se alejaría al darse cuenta de eso, pero en cambio permaneció a mi lado sin decir nada. 

Su respiración acelerada chocaba contra la carne de mi cuello.

—Nadie te podrá detener que no puedas tener un hijo, Corinne. Tú eres la reina aquí y a la reina nadie la detiene de lo que desea.

Apreté los ojos pensando en la familia que nunca iba a poder tener, en el hijo que nunca iba a tener, en el bebé que nunca llegaría arrullar en mis brazos. Todos esos pensamientos dolían terriblemente porque eran reales y en la vida real no habían milagros. 

Sus dedos caminaron a mi cuello trasero, agarrándose de él de manera sensual y mis ojos se entrecerraron levemente al sentir como sus labios caminaban a mi garganta y su labio inferior se deslizó por toda la superficie. 

Di pasos hacia atrás, Chad había perdido su fuerza de voluntad al encontrarse con el aroma de mi cuello. Efectivamente yo no quería que parara, quería que sus labios sellaran las heridas abiertas de mi piel. 

Quería sentirlo, no solo físicamente sino sexualmente. Y emocionalmente. Mi lado salvaje se había encendido como el de él.

Choqué contra la pared confirmando que ya no había escapatoria de la bestia, aunque claro, quién tenía las reglas ahí era yo.

Chad cogió mi cabello y deslizó su rodilla a mis muslos cerrados, yo hice mi cabeza hacia atrás al sentir su aliento caliente en mí.

El pecho me subía y bajaba al sentir como Chad comenzaba a apretarse a mí, una revolución me invadió y tenía que controlarla de alguna manera. Chad por su parte, deseaba eso. 

—Esto no está bien —alcancé a decir, pero mi mano ya se había dirigido a su cadera trasera.

—¿Qué no está bien? —susurró sobre mi piel y mi respiración se aceleró—. ¿Esto? —mordió mi cuello con sensualidad—. ¿O esto? —Recorrió su labio frío a mi clavícula donde abrió levemente la boca y succionó fuertemente.

Apreté los ojos dejando salir un suspiro casi ahogado.

—Creo que lo segundo —susurré casi riendo.

Al final de las llamas 2 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora