Capítulo 31. Venganza

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No tan lejos, un hombre se movía con dificultad por un túnel. Intentaba salir con rapidez del mismo, pues éste le estaba comenzando a dar claustrofobia. Osvaldo había sobrevivido al disparo del mentor. A pesar de que pensó que la vida se le iba en un segundo y que ya nada valía la pena, se le había olvidado de su protector anti-balas que llevaba puesto.

Una de las cosas que se decía a diario cuando eliminaba a un oponente, era que debía siempre estar seguro de que éste estaba, en definitiva, muerto. Algo que parecía que el mentor no había aprendido en sus años. Una verdadera lástima, aunque él agradecía su error cometido. Aún le dolía el pecho por el impacto recibido, no obstante, de no llegar a tener puesto el chaleco, era una muerte segura lo que le esperaba.

Más que el dolor de su pecho, le dolían las piernas y su cintura. Estaba casi seguro de que se le había salido algo de sitio por el brinco que tuvo que dar para escapar de la mansión antes de que se encendiera por completo. Había intentado salir por la puerta de la habitación, sin embargo, el humo era demasiado para lograr encontrar la salida. Optó por escapar por una de las ventanas del cuarto e ir escalando de ventana a ventana hacia abajo. Justo al final tuvo que dar un salto de gran altura para poder alejarse de las pequeñas explosiones que ya que se comenzaban a dar en la mansión.

Al salir al patio exterior, no vio rastro alguno de los demás. Habían logrado escapar. Recordó entonces del túnel por el que habían entrado él y Laurie. Los jóvenes habían sido tan bobos de haberle creado una entrada y salida a la mansión justo cuando ellos necesitaban encontrar una forma de acceder a la casa sin que se lo esperaran.

Osvaldo estaba muy débil para enfrentarse a alguno de ellos en estos momentos, por lo que su urgencia era lograr salir del túnel y dirigirse a un hospital cercano para recuperarse. Luego, tendría otra agenda pendiente.

Justo entonces, encontró la salida del túnel. Aliviado por respirar aire fresco, miró hacia el cielo y pensó si era momento de detener su venganza. ¿Valía la pena continuar cuando la mujer que amaba lo había abandonado? Sí, estaba seguro. Su venganza era mucho más importante. Aquel hombre que se hacía llamar su jefe debía pagarlas tarde o temprano. Por más que él intentaba que lo aceptara, éste solo lo humillaba y abusaba de él. Ahora era el momento de tomarse un pequeño descanso y dejar que pensaran que estaba muerto. Ya llegaría el momento de utilizar el factor sorpresa y de lograr vengarse, no de uno, sino ahora de dos. Ambos iban a pagar. Oscar por no aceptar a su hijo sin habilidades extraordinarias, y Laurie por romper su corazón.

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Nota: ¿Qué les pareció este penúltimo capítulo? jeje <3 

Los Inclusivos y la mansión escondida | #1 © [Completa]Where stories live. Discover now