Capítulo 27. Destrucción

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El fuego ha sido uno de los cuatro elementos tradicionales desde la antigüedad clásica, y si bien ha sido uno de los mayores descubrimientos por el ser humano, éste pudiera conllevar una serie de peligros. Los jóvenes se quedaron perplejos al ver humo salir por una de las ventanas de lo que fuera su segundo hogar. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Dónde estaban los demás compañeros? ¿Los mentores? Recién acababan de pasar unas cuantas horas que habían sido las mejores desde hacía mucho tiempo y ahora se encontraban con esta pesadilla frente a sus ojos.

Todos tenían pensamientos y sentimientos encontrados por lo que presenciaban en ese momento. En el caso de Wendy, sentía la tensión de los demás a su alrededor y el olor a humo, lo que le llevaba a pensar que algo no andaba bien. Jayden agarraba su mano con firmeza y ésta podía sentir que estaba nervioso. Mientras, su compañera de cuarto solo temía por el bienestar de su abuelo. ¿Estaría bien? ¿El fuego había sucedido a causa de ellos haberse escapado? Se quedó paralizada y solo pensaba en su visión. Más que nada en estos momentos solo deseaba que ésta no se hiciera realidad. No podía suceder. ¿Por qué había querido salir a ver a su madre? ¿Por qué no esperó? ¿Por qué no obedeció a su abuelo Mateo?

—¡Vamos, tenemos que saber qué sucede! —dijo Leeroy interrumpiendo los pensamientos de los demás—. No se queden anonadados y muévanse; quizás nos necesiten.

A pesar de que era evidente que todos tenían miedo, se movilizaron lo más rápido que pudieron y recorrieron el jardín en dirección a la mansión. Cuando entraron, se encontraron con un caos. Había cristales rotos por todo el suelo, mesas y sillas estaban viradas, y los jóvenes se deslizaban de un pasillo a otro con desesperación en sus rostros. Sus caras eran de desconcierto, de desear salir corriendo lo más lejos posible; de huir. Ayla detuvo su silla en medio de la multitud y por un instante deseó bajarse de ella y salir corriendo como los demás. Cerró los ojos para intentar relajarse. Sabía que en la mansión no vivían más de cincuenta personas, pero en esos momentos, sintió que había el triple de personas en el lugar. Recibió pequeños golpes de sus compañeros mientras corrían, de algunos en otras sillas o andadores chocar con ella, escuchó gritos y percibió la angustia evidente en los demás.

En esos momentos, sintió que la hamaqueaban y abrió sus ojos. Era Noah.

—¡Ayla! Debemos seguir a Naomi. Ella nos teletransportará a otro lugar secreto. Hacia ella corren los demás.

La ansiedad comenzó a invadir a la joven, y por un momento pensó que había perdido el sentido, pero al escuchar a su compañero, recuperó fuerzas. Apenas ésta aventura comenzaba. Miró a su alrededor y solo vio junto a ella a sus tres amigos. Los demás compañeros se habían unido al caos de los jóvenes que intentaban seguir a la mentora. Sin embargo, tanto Noah como Wendy y Jayden se habían quedado atrás cuando se dieron cuenta que su amiga no se movía.

—¡Vamos! —volvió a ajorarle.

La joven no tuvo más remedio que comenzar a seguirlo. Wendy se agarraba con firmeza de la mano de Jayden quien la dirigía por el pasillo con cuidado. Intentando no chocar con los demás, fueron alcanzando a la multitud que se movía como manada hacia la biblioteca. Allí Naomi iba y regresaba llevándose uno a uno a un nuevo lugar que ellos desconocían. Una vez les tocara su turno, estarían a salvo. Ayla miró a su alrededor y no vio a su abuelo entre los presentes. Ésta dudó mucho que ya estuviera en el otro lugar, y esto le causó ansiedad otra vez. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no estaba aquí? Algo tenía claro, y es que no se iría sin el abuelo.

Más rápido de lo pensado, ya Naomi había ido y regresado unas quince veces. Todos esperaban desesperados a que la mentora regresara y se los llevara a lo que sería quizás su nuevo hogar. Sin embargo, ella no podía abandonar a su abuelo Mateo. Debía encontrarlo. Aprovechó que estaban todos pendiente a las apariciones de la mentora, cuando decidió dar reversa en su silla y alejarse del lugar.

Los Inclusivos y la mansión escondida | #1 © [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora