LA ENTREGA

578 59 2
                                    


Cuando las piezas de baile terminaron, Vegeta volvió a tomar de la mano a Bulma para continuar el camino a la cápsula de gravedad.

El guerrero se había percatado ya de las miradas de sus conocidos y todas estas parecían no acabar de creer lo que veían.

Yamcha continuó de pie, apretando los puños. Pero no tuvo el valor de pelear por la chica de cabello azul, pues el rostro de ella denotaba un jubilo que jamás le habia visto antes.

En tiempos anteriores, Vegeta no hubiera hecho todo lo que hasta el momento. Si no que continuaría callando aquellos sentimientos considerados como una debilidad pero las cosas habían cambiado y lo que sentía por Bulma rebasaba cualquiera de sus antiguas creencias.

Caminaron en silencio, observando el ambiente romántico que la iluminación creaba a su paso.

-Desconocía que tuvieras habilidad para bailar - comentó Bulma en tono suave, pero con una sonrisa en el rostro.

-La sangre azul siempre debe tener conocimiento de esta clase de cosas, no importa el planeta del que se venga.

-Creí que a los saiyajin solo les importaba conquistar planetas.

-Así era, pero a veces aparecen situaciones que no estaban contempladas y entonces se deja de pensar en la conquista de planetas para darle prioridad a lo que no estaba planeado.

Bulma lo escuchaba hablar, concluyendo que Vegeta estaba hablando de acuerdo a su experiencia.

La cápsula de gravedad estaba cada vez más cerca, Vegeta esperaba que el sencillo detalle fuera del gusto de Bulma. Y cuando la puerta de acceso fue abierta y la mujer comenzó a avanzar por la estructura, el momento de la verdad llegó.

La puerta de acceso emitió un sonido al cerrarse y el guerrero se sintió invadido por la felicidad, por fin lograba estar a solas con la mujer que tanto tiempo le había robado el sueño.

Vaya - se escuchó decir a Bulma con alegría - veo que te has esforzado con la realización de este pequeño pic - nic príncipe, siendo sincera no creí que acciones tan románticas pudieran venir de un tipo como tú.

Vegeta se sintió ofendido por un breve instante. Sabía que Bulma tenía razón en su creencia.

-Pero siempre supe que eras diferente - luego de estas palabras, Bulma dio media vuelta para quedar de frente a Vegeta, que había decidido quedarse unos pasos detrás de ella.

-Siempre supe que eras diferente - repitió Bulma, sintiendo que la primavera florecía en su interior.

Vegeta se acercó a ella pero al extender la mano para tomarla por la cintura, la extremidad le temblaba, igual que las rodillas.

Bulma sabía que todo ese asunto del enamoramiento debía estarle costando mucho a Vegeta. Así que decidió tomar la iniciativa.

Se acercó a él y lo envolvió en un abrazo, mientras descansaba la cabeza en su hombro, llenando sus pulmones con la fragancia que emanaba el cuerpo de aquel hombre.

Se mantuvieron largo tiempo estrechándose el uno al otro y luego rozaron sus labios como preparándose para un beso.

-Imagino que tendrás hambre ¿no es así, Vegeta?

El hombre asintió, aun embriagado por el romántico momento.

-¿Entonces te parece si comemos?

-De acuerdo - contestó él.

Fue entonces cuando ambos se sentaron sobre la blanca tela y comenzaron a comer.

Compartieron una pequeña charla mientras tanto, sobre la fiesta que se desarrollaba afuera y sobre algunas similitudes que Bulma alegaba que él tenía con Goku.

VEGETA, EL CANDIDATO PERFECTO #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora