Capitulo 31

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Mi madre salió de la habitación, me dejó sola. Y sin embargo el vacío permaneció en llanto y sollozos. Había perdido a la persona que mayor sentido le daría a mi vida y sin luchar un poco. Ahora sólo existía un motivo para salir adelante.

El recuerdo de mi bebé...

Solloze aún más alto, sintiéndome tan impotente del ver que en un abrir y cerrar de ojos había perdido todo. Esto no tenía un perdón sincero, no habían palabras para justificar el sufrimiento por el que mi mente y mi corazón estaba cruzando. Todo fué tan repentino y tan duro, fué un golpe fuerte. Una caída libre. Sin salida, sin dirección. Caí una vez más y honestamente no sabía si podría levantarme por mi misma. Me dolía el corazón, me sentía tan vacía.

Les trataré de explicar un poco de mi dolor. Jamás había imaginado que a una de las edades más esperadas por todos, para mi sería una sensación tan parecida a la de un pequeño infierno. Aunque admito que también fué emocionante, la bipolaridad que tuvo aquel curso fué gigantesco. Los recuerdos vienen a mi, desde que pracitamente escuché por primera vez a Marshmello. Mi vida había cambiado desde ahi; mis sueños, mis metas, mi destino ya no estaban en mis manos y sin embargo continúe. Perdí a Essau que en su momento fué el centro de mi universo, conocí a Chris, me enamoré de la música electrónica, mi hermana resultó embarazada, jugué a los esposos, le fuí infiel a mi ex pareja y finalmente me embarazé fuera de tiempo. Todo se había convertido en una carga más, muchos motivos para sufrir y desear vivir estancada en el abismo. Sólo me quedaba continuar pero no era fácil, el recuerdo de Christopher, el recuerdo de mi hijo, la sombra de una vida falsa.

Mi hermana se había alejado y creo comprender su motivo, sería algo cruel verla disfrutar de su maternidad, de su pareja y su bebé. Mientras que yo sólo me ahogaba en los recuerdos.

No me quedaba otra salida, más que dedicarme a lo que fuí hace años. Una persona vacía, sin interés en algo o alguien y sólo dedicarme a mi canal de YouTube que ahora sería mi único medio de trabajo.

La tormenta y la tristeza me adormeció la vista, toqué mi vientre y por fin me quedé dormida.

(***)

- Señorita usted no toma las decisiones, no podemos dejarla ir.

- Bueno, ustedes permitieron que mi... el padre de mi hijo, me dejara sola, no veo porque me impiden largarme de aquí. Ya pasaron meses, me siento mejor la herida ya sanó, además no quiero seguir dando lástima. -Hable con voz firme, teñida de tristeza y dolor, sentimientos que jamás se irían de mi corazón.

Efectivamente habían transcurrido meses, me mantuvieron postrada a una cama después de la pequeña recaída que tuve por la depresión, no comía, no hablaba, no bebía nada. Todo para mi había quedado gris, había quedado mudo y me sentía bien cada vez que me mantenia tan ajena a las personas que me atendían. Sin embargo después de casi cuatro meses más, ya era hora de volver a ser la de antes. Discutía con una de las enfermeras, yo podía hacerme cargo de mis asuntos, no obstante aquella enfermera no me permitió dar un paso fuera de mi habitación.

- Sus padres no han autorizado nada... por favor Evelyn.

- Los sermones no te van a ayudar, déjame ir. Soy demasiado mayor, no necesito autorización de nadie. ¿Qué no te das cuenta? Ya estoy recuperada.

Finalmente su agarre cedió, me dejó ir sin detenerme un momento, respire profundamente, volvería a respirar el aire de la ciudad, volvería a la misma rutina, me coloqué unas gafas, apreté mi bolsa negra con más fuerzas, acomodé mi sudadera y por fin logré salir del elevador.

- ¡Ha salido! ¡No estábamos equivocados! -escuché aquellos gritos a lo lejos.

Traté de ignorarlos y sin embargo mis intentos fueron inútiles. Miles de flash de cámaras inundan mi visión que apenas comenzaba a acoplarse a la luz del día. Por un momento me desubiqué. No tuve coordinación con mis piernas, y aunque parecía inevitable por un momento pensé en desvanecerme por completo. Sin embargo sólo recargue mi espalda a la pared que permanecía fría.

Miles de reporteros me rodearon, todos acercaron sus microfonos a mi... todos con preguntas diversas. Estaba tan confundida.

- Señorita Evelyn, tenemos entendido que usted tuvo un romance con el mundial y famoso Dj Marshmello. Hace dos meses y un poco más vimos Christopher Comstock, el principal sospechoso detrás de la máscara de Marshmello, salir de aquí, con el rostro bañado en lágrimas, y a ambos nuestros medios los habían visto ya entrar repetidas veces a este hospital, Marshmello en una entrevista anunció que estaba casado y que proximamente sería padre. ¿Que opina al respecto? ¿Porqué usted es la única en salir de aquí? Y que piensa del nuevo amor del señor Marshmello. Señora Comstock. -Me mantuve estática, parecia una estatua más fuera de aquel hospital.
¿Como es que sabían tanto? No sabía que responder, estaba más que sorprendida. El notar la naturalidad con la que estos reporteros se dirigían a mi.

Todo comenzó a dar vueltas, estaba confundida pero no sabía porque, si aquella confusión se debía a la gran información que tenían o a las ultimas palabras de aquel reportero...

...que piensa del nuevo amor del señor Marshmello...

¿Sería posible? ¿Me había olvidado? No, maldición aquello parecia imposible, habíamos pasado muchas cosas juntos, nuestro hijo acababa de fallecer y ahora ya tiene a un nuevo amor. Aquellas palabras fueron un golpe muy fuerte, no sabía qué responder, mientras que aquellos flashes sólo aumentaron.

- No soy yo quien debe darles explicaciones, debido a que saben mucho de mi vida y la de Marshmello, ahora deberían dedicarse a aprender a sobrellevar la suya, que para buscar la atención del mundo no es necesario fastidiar la vida de nosotros. -Dije tratando de ser firme, todos los micrófonos querían acercarse a mi, estaba enojada y triste, ¿porque tenía que pasar por esto?

Imaginé que ya sufisciente dolor había vivido con lo de mi bebé y ahora debería aprender a vivir con la sombra de Christopher Comstock. No soportaba tanto dolor, mi corazón cada vez latía con menos precisión, sentí el suelo acercarse a mi, por un momento todos los reporteros quedaron en espera de aquella reacción y yo sólo esperé el golpe sin embargo aquel nunca llegó, sentí los brazos de alguien cerrarse al rededor de mi cadera, mientras que en un agil movimiento recargo mi cabeza en su pecho.

- Chris... -susurré con la vaga esperanza de encontrarme con su mirada. Mientras levanté mi rostro al suyo para poder observarlo...

Un sueño increíble. © (En Edición) Where stories live. Discover now