Capítulo 25

255 10 2
                                    

                                                              ADVERTENCIA

CONTENIDO ERÓTICO. ESPERO LES GUSTE MI NARRACIÓN, HAGO MI MAYOR ESFUERZO PUESTO QUÉ MI FUERTE NO ES EL EROTISMO EN ABSOLUTO. LOS AMO <3

Lamí mi labio, imaginándome solo de rodillas frente a el, brindándole placer, brindándonos a ambos el placer que tanta falta nos hace. Besé una vez más sus labios, mientras que mis manos bajaron a la bragueta de su pantalón para bajarlos con algo de torpeza pero a la vez tratando de ser sexy y atrevida, provocarlo aún más.  

- Evelyn... mmm. 

Susurró Mello cuando fui dejando un pequeño camino de besos húmedos por su torso desnudo hasta llegar a sus caderas de las cuales mordí un poco para continuar con mi camino. Él era demasiado alto, o al menos yo era bastante pequeña a su lado. Lo que a su vez me permitió acoplarme entre sus piernas, para echar mi largo cabello hacia atrás, tragar saliva y tomar su miembro entre mis manos, comenzando a acariciarlo de arriba abajo, movimientos lentos y eróticos, tratando de no lucir vulgar en absoluto, simplemente imaginando que aquello lo hacia a mi "esposo", a alguien a quién me había entregado por absoluto amor.

Observé con algo de vacilación su creciente erección. ¿Cómo entraría a mi garganta? Tragué e instintivamente lo lleve a mis labios, dando leves besos húmedos para proseguir a rodearlo con mis labios.

- ¡Joder...! Mmm. Evelyn...

Chris jadeó al sentir mis labios cerrándose alrededor de su miembro, que para ser honesta no se sentía tan mal, al contrario a mi también me excitaba estar así ante sus ojos. Traté de ir más lento y profundo y admito que me sorprendí al ver hasta donde era capaz de llegar mi garganta y cuanto más podía crecer la erección de Chris bajo mi felación.

Lamí de arriba abajo, sintiendo sus piernas tensarse, pasé mis manos por sus bolas que también parecían a punto de estallar, las acaricié mientras que mis labios se centraban en chupar también con los dientes, puesto que esto hacia que Chris solo acariciara mi cabello hundiéndome más en su miembro. 

- Eve... -jadeo Chris aún más alto, mientras que su cuerpo comenzó a tensarse en aviso de la proximidad de su preciado orgasmo.

Aceleré las embestidas con mi garganta, hasta que sentí algo humedecer mi garganta, sin embargo lo único que encontraba era tragarlo sin probar el sabor. No existieron arcadas, no hubo asco, sólo placer y deseo.

- Mmmm. Esa ha sido... la mejor mamada de mi vida. -Chris me besó en los labios, mientras sus manos bajaron a mi trasero el cual apretó un poco, para recostarme nuevamente en la cama y adueñarse de mi cuerpo -, me vuelves loco, ¿lo sabías?

- No lo sabía... -susurre jadeando, aún sin creer lo que habia acabado de hacer. Quizá peor aún, no podia creer el hecho de oir a Mello decir..., "mamada". Aunque he de admitir que fué excitante escucharlo decir aquello.

Besó el empeine de mis pies, mientras lamió con suavidad mis piernas, hasta llegar a mis muslos externos. 

- Y yo quiero volverte loco a ti... -susurró cerca de mi entrada. Su caliente aliento chocó con mis labios inferiores, jadeé en respuesta.

Logré sentir su sonrisa contra mi entrada, a lo cual un suspiro escapó de mis labios. Sentí su lengua entrar a mi vagina, jugar con mi clítoris mientras lo único que mis labios eran capaces de articular eran jadeos y palabras sin sentido. Me estaba llevando a la gloria, sentí mi preciado orgasmo tensarme el cuerpo entero, pero antes de poder llegar a él; Chris se detuvo, a lo cual la frustación no tardó en hacerse presente. 

Sin embargo al sentir como con brusquedad entró en mi cuerpo el placer aún continuó adueñándose de este que parecía ser un momento inolvidable. Los movimientos eran lentos, nuestros cuerpos se acoplaron perfectamente al ritmo que en ese instante no parecia ser rápido o lento, simplemente era placer, absoluto placer.

- Evelyn... 

Me besó con ternura, absorbiendo por completo mis jadeos, nuevamente sentí mi cuerpo y el suyo tensarse bajo la excitación que nuestros cuerpos estaban formando. Nuestro orgasmo estaba cerca y ambos lo disfrutariamos. 

Grité sintiendo mi cuerpo explotar en un glorioso orgasmo al cual Chris a las dos embestidas acompañó. Su cuerpo quedó obre el mio, mientras que solo esperábamos bajo la luz de la Luna a que nuestras agitadas respiraciones se acoplaran.

- Te quiero Chris... 

Le dije admirando su rostro, cada una de sus finas facciones, cada una de las pequeñas y finas arrugas que empezaban a cubrir su rostro, su pequeña barba de tres días que me volvía loca, además de sus preciosos orbes verdes en los cuales por un efímero momento me perdí.

- Yo también, te quiero esposa.

Parecía que el destino quería arruinar mi dicha tan corta y tan ajena a mi, regresandome a mi realidad, aquella en la que era una mujer embarazada de un "desconocido", fingiendo una mentira que sólo me estaba enterrando una estaca sin fin.

Un sueño increíble. © (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora