Capítulo 24

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Por el sentía tanto, miles de cosas inexplicables en el pecho, que al unirse simplemente era una bomba de tiempo. Sentía que todo aquello estallaria, además de simplemente permitir que mi mente divagara completamente imaginandolo a él, con ella. Con Hannah.

Quería descartar esa idea, que sin duda alguna no existirera más que un presente que me estaba atormentando y un pasado que jamás se volvería a repetir, sin embargo aquel pasado para el era Hannah y para mi, Essau.

- ¡Chris! ¡Por favor!

Aquella fué una plegaria silenciosa, a la cual Chris reaccionó. Tenía los ojos rojos, estaba bañado en sudor, mientras que su mandíbula sólo estaba tensada, quizá de terror, quizá de coraje o..., dolor talvez.

Sus brazos se cerraron alrededor de mi cintura. Aquellos que parecían encajar a la perfección.

- Dime que es mentira, por favor. Y si todo lo que escuché es cierto mienteme, hazlo una y otra vez por favor. Ya no quiero sufrir, no quiero que ocurra lo mismo que con Hannah... - sus palabras me habian dañado, estaba lastimada.

No sabía que actitud tomar, que decirle.
Hey Chris todo fué un engaño, en realidad somos novios, sólo llevamos un año de conocernos y no llegamos ni a la semana de novios.
No, esa no era la manera correcta, él tenía que saber lo de mi reciente y no deseado embarazo, sin embargo ¿Como decírselo?

- No miento Chris, ni siquiera sé que fué lo que escuchaste. Aunque supongo que fué...

- Tu hermana mencionó embarazo y a otro tipo... ¿Essau? Evelyn, no es la primera vez que escucho ese nombre... cuando estuve en coma, había una frase que siempre escuchaba a lo lejos... -mi sangre se heló.

- Essau es mi ex novio, Chris. ¿Que escuchabas durante el coma?

- ...Tu "amor" no será para siempre con ella, yo siempre seré su más... Era una voz distante, quizá un recuerdo, pero lo que no sé es de ¿donde?

Una advertencia, aquello parecía una jodida advertencia. Mi cuerpo de pronto parecía una gelatina, no podía sostenerme.

- Chris, no sé que es lo que escuchaste, pero lo único que puedo decirte es que lo de Essau fué de hace muchísimo tiempo, hablamos de un pasado que no me interesa en absoluto, ahora tengo un presente y quiero compartirlo contigo.

- Y con nuestro hijo... - su voz fué un susurro, lleno de angustia y alegría. ¿Como es que podía combinar ambas emociones en simplemente su voz y aquellas palabras?

Nuestro hijo...

Un pequeño que ahora sería mi prioridad, un bebé que cambiaría mi vida. Alguien que podría hacerme sentir de mil y un maneras.
Él o ella cambiaría mi vida, sin embargo no me sentía lista, ni siquiera quería tener a un bebé conmigo.

- Claro, con el bebé también.

- ¿Evelyn?

- ¿Humm?

- ¿No quieres tener a nuestro hijo? -aquella era una pregunta a la cual no encontraba una respuesta.

Nunca sería una chica de aquellas que buscan una salida fácil. Jamás acabaría con un pequeño bebé, alguien sin culpa alguna.

- No es eso Chris, simplemente no me siento lista para ser madre.

- Hey... ¿Quieres que te diga un secreto? -asiento con la cabeza-, yo tampoco estoy listo para ser padre, sin embargo... lo haremos lo mejor posible, ¿si?

Esbozo una triste sonrisa, desde el punto de vista de Chris todo parecía ser fácil, sin embargo era más complicado de lo "parecido".

No estábamos casados, no nos conocemos lo suficiente, todo es una cruel y dura mentira.

- Debemos ir con una ginecóloga que te revise durante todo el embarazo, quiero que todo contigo y con mi hijo esté bien.

- ¿Puede ser mañana? -pregunto bostezando por que depronto me ha dado sueño.

- Hummm, de acuerdo mi cielo, debes estar agotada, ven... -abre un poco las sábanas para invitarme a acostarme a su lado-, descansemos un poco, vamos recuestate conmigo.

- De acuerdo.

Entre las sábanas y el colchón, está mi cuerpo unido al suyo, sintiendo una vez más esa estática excitante de deseo. Mi piel ansia por sentir la suya, por besarlo de nuevo, por acariciarlo. Sin embargo, no podía. No debía hacerlo.

Pensando y pensando, el sueño ganó.

(***)

Pequeños y pausados besos corrieron de mi oreja hasta mis labios, eran cortos y llenos de amor e inocencia, mis ojos al abrirse; simplemente observaron la tenue luz de la Luna iluminando efimeramente la habitación.

- ¿Qué haces Chris?

Le pregunté con algo de gracia.

- Besandote. -Aquellas palabras fueron casi un jadeo de deseo. Me deseaba y yo también.

Mi cuerpo volteó al suyo sin rozar un centímetro de nuestra piel. Observé sus labios tan bien perfilados, carnosos y húmedos. Acerqué mi rostro al suyo, pasando ligeramente la yema de mis dedos por su pequeña barba.

Sin pensarlo, me acerqué a sus labios para besarlo.

- Mmm.

Suspiré contra su boca, fué un beso lento, algo que sin duda alguna disfruté, había deseado tanto besarlo así, disfrutar ese tan pequeño y significativo momento.

- Quiero hacerte mia una vez más. Déjame recordarte cuanto te amo... -Me dijo al oído, provocandome escalofríos.

Me sentía culpable, fuí incapaz de responder. La culpa estaba presente.

- El embarazo...

- Por favor, quiero besar cada centímetro de tu piel, quiero recordarte como mi mujer, sólo mía.

Sus palabras eran tan parecidas a una plegaria.

- Hazme tuya, hazme tu mujer una vez más, hazme sentir amada...

Sonrió de lado; aunque también estaba sorprendido, igual o más que yo. Mientras que la luz de la Luna siguió iluminandonos tenuamente.

Pasó sus manos por mis caderas, acariciandolas sobre la tela de mis pants. Besó la comisura de mis labios, para proseguir a mirarme con su impenetrable mirada, cuidando cada uno de sus movimientos.

Beso mi cuello, pasando sus manos a mi blusa la cual botón por botón quitó. Para pasar las yemas de sus dedos por la fina tela de mi top el cual desabrocho con un poco de torpeza.

Sus besos pasaron a la división de mis pechos, hasta llegar a ellos completamente, lamiendo y besando cada uno de mis senos, provocandome escalofríos, haciéndome sentir..., amada.

Jadee en respuesta, mientras sus manos bajaron a mis pants para deshacerse de ellos con delicadeza.

- Hmmm. Chris, quiero tocarte.

Chris detuvo sus caricias, tomándome de la cintura para subirme sobre su regazo.

- Haz conmigo lo que quieras, mi cuerpo, mi ser, mi alma y mi amor... son tuyos.

Instintivamente sonreí para besar su cuello y acariciar tiernamente cada uno de sus músculos que estaban un poco tensos, quizá era excitación, quizá nerviosismo.

Bajé mi vista a su pantalón, en el cual su erección comenzó a ser visible, mordi mi labio e imaginé que podría hacer, para provocarlo un poco más. A lo cual la idea de realizar una primera felación destacó.
Así que sin más, decidí propocionarle un poco de placer así como el me lo haría sentir a mi.

Un sueño increíble. © (En Edición) Where stories live. Discover now