LOS FRAGMENTOS DE NATALIA.

"GRACIAS."

Será que nada ha cambiado desde aquel día en el que decidimos dejar secar las flores.

O será que la que no ha cambiado he sido yo mientras con el paso del tiempo todo ha ido floreciendo a mi alrededor. O quizá la realidad sea que he cambiado tanto que ya cualquier cambio lo noto como algo cotidiano, necesario... es decir, lo hago mío.

Como si de un tesoro se tratase, algo personal.

Cuando paro en seco en este mundo que va tan rápido, en este mundo en el que apreciamos más los ingresos que los valores y solo valoramos cuando queremos coger algo que ya no está y que se fue sin que nos diésemos cuenta.

La verdad puede ser que intentamos tantas veces, pero tantas que ya ni recuerdo el número de intentos, hacer florecer lo que se moría cuando más juntos estábamos.

Porque de los errores se aprende y creo que fuiste el mejor error que he tenido.

Es más, por qué he de calificar de error a aquello que me ha hecho ver cómo la flor luchaba por sobrevivir.

Fuiste aquello que sacó de mí las fuerzas que tenía ocultas para hacer ver todo lo que valía y que, probablemente siga valiendo.

Me sobraban fuerzas para ayudarte, pero cuando veías que la flor perdía un pétalo despreciabas el resto que quedaba con todo lo bueno que tenían para ofrecerte.

Pero a pesar de ello, me diste tantas buenas lecciones y aprendí tanto, que lo único que me queda es darte las gracias por abrirme los ojos.

Gracias, por hacer que encuentre mi camino.

Gracias, por hacerme valorar lo que de verdad importa.

Por último, tengo que agradecerte una cosa más y puede que sea la más importante.

Gracias por cada lágrima, con ellas riego las flores y ahora florecen de nuevo.

Gracias.