Capítulo 32

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Tengo un atraso de dos semanas, la puta madre me quiero morir.

—¿Y qué hacemos?. — preguntó Mauro nervioso.

—Esperar. — intenté sonar tranquila, pero yo estaba el doble de nerviosa que él.

—No puedo esperar, vamos a compar el cosito ése. — soltó.

—¿Que cosito?. — pregunté.

—Ése que te dice si estás o no embarazada. —

—Bueno vamos. — me levanté y fuimos los tres a la farmacia.

—Ma ¿estás enferma?. —preguntó Dylan medio triste.

—No mi amor. — reí. — Está todo bien. — él asintió.

Cuando llegamos a casa de nuevo entré al baño a hacerme el test, Mauro cada medio minuto iba a tocarme la puerta.

—Mauro, recién me lo hago boludo. ¿Podes esperar?. — pregunté molesta.

—Perdón mi amor, estoy re nervioso, la puta madre. — dijo con desesperación.

Bajé la tapa del inodoro y dejé el evatest ahí.

—¿YA ESTÁ?. — preguntó Mauro cuando abrí la puerta.

—No, hay que esperar tres minutos. — suspiré.

—Ah bueno. — dijo apoyándose en la pared.

—Tengo miedo. — susurré.

—Yo también. — dijo de la misma forma.

—¡NO ME DIGAS ESO!. — solté alterada.

—Perdón, veni. — abrió sus brazos para que lo abrace.

Me aferré a su cuerpo sintiendo su olor a perfume tan rico, me vuelve loca.

Me separé de él y volví al baño, agarré el evatest sin mirarlo y me puse en frente de Mauro.

—¿yyyy?. —

—No lo vi, lo vamos a ver juntos. — me puse a su lado y conté. — uno... dos... TRES. — saqué mi mano y pudimos ver el resultado (—).

Ambos soltamos un largo suspiro y volvimos a abrazarnos.

—Igual me había ilusionado un toque ¿sabes?. — soltó Monzón.

—Ya va a llegar Mau, espero que ahora no, pero ya va a llegar. — reímos.

—¿Que cosa va a llegar?. — preguntó Dylan confundido.

—El delivery, vamos a pedir helado. — nuestro hijo sonrió.

Mauro

Estuvimos toda la tarde comiendo helado y jugando, y me di cuenta que acá es donde quiero estar siempre, con mi familia.

Nuestro momento fue interrumpido por mi celular, era un número desconocido así que me aleje para atender.

—¿Hola?. — dije cuando atendí.

—Lit, te extraño. — escuché como sollozaban.

—¿Quién habla?. — pregunté confundido.

—Soy Lara, tu Larita mi amor. —

—Flaca no se quién sos. — reí, seguro me estaban haciendo una joda.

—¿CÓMO QUE NO SABES QUIÉN SOY? Me dijiste que me querías Mauro. — dijo con un hilo de voz, yo estaba asustandome.

—¿En dónde nos conocimos?. — pregunté.

—En la joda de Coscu, Mauro. No te hagas el pelotudo. —soltó enojada.

—Realmente no se quién sos piba, disculpame. —

—Mau, ¿todo bien?. — entró Zoe a la habitación.

—Si mi amor, ya voy. — sonreí, ella asintió y se fue.

—¿Mi amor? ¿Tenes novia? Sos una mierda Mauro. — dijo la chica que ni siquiera conozco.

—No, no tengo novia, es mi mujer y ella con mi hijo me están esperando, no se que flasheaste o cuál te fumaste flaca. — dije enojado.

—Si no te tengo yo, entonces no te va a tener nadie. — dijo gritando, me reí.

—Dale, estás re loca vos. No te conozco, nos vemos. — solté y corté.

Fue la llamada más turbia de mi vida.

❌❌❌
Lxs vivo estafando pero siempre lxs recompenso, asi que cierren el orto putxs y amenme ahre ecko

Dylan - Lit KillahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora