Capítulo 57. Y solo la luz los podrá salvar.

633 69 32
                                    

Capítulo 57. Y solo la luz los podrá salvar.

Mi cabeza se encuentra en el regazo de alguien, no estoy muy segura de quién se trata. Los recuerdos llegan a mí lentamente, mientras vuelvo a mis sentidos; Theodore Nott siendo electrocutado por mi espada, su hermana disparando una flecha justo a mi costado, y Attis sacándola sin delicadeza. En cuanto la imagen de Attis aparece en mi mente, el dolor de la traición se incrusta en mi cuerpo aún peor que el de la herida de mi costado. Él ha estado mintiéndome durante todo este tiempo, saltándose la parte donde él también es un ser inmortal como los dioses.

—No quiero dejarla sola —la voz de mamá llega a mis oídos al fin, suena apagada y asustada.

—No va a estar sola —le responde Alexander—, Attis la cuidará.

La sangre me hierve mientras proceso el hecho de que estoy en el regazo de ese maldito idiota.

Ellos discuten durante un tiempo indefinido, mientras yo aún no puedo abrir los ojos o hablar para defender mi posición. Preferiría despertar ahora y arrastrarme junto a ellos a seguir en los brazos de Attis.

—Volveré pronto —susurra mamá, besando mi mejilla y acariciando mi cabello—. Resiste, mi amor, vamos a salir de aquí.

En cuanto se aleja, me siento desolada, fría, vulnerable incluso. Toda confianza que solía depositar en Attis ahora se ha disipado, y el hecho de estar a su merced en estos momentos me tiene inquieta. Es gracioso decir inquieta, pues no puedo ni mover los malditos dedos.
Me encantaría moverlos para poder darle una buena cachetada al idiota que se atreve a tocar mi mejilla en estos momentos. Siento que sus dedos trazan líneas bajo mis ojos, y su respiración choca contra mi cara. Attis, juro que voy a reventarte el trasero en cuanto esté en mis cinco sentidos.

—Lamento no haberlo dicho antes —murmura, su voz derrocha tristeza—. Tenía miedo, pensé que ibas a alejarte.

Entonces decidió ocultarlo hasta que me enamoró, para hacerlo más doloroso, ¿no?

—Marly, si bien me acerqué a ti por otras razones... Ahora no quiero alejarme porque he llegado a tener sentimientos reales por ti —suelta de pronto, y mi respiración se vuelve errática—. Sé que puedes oírme.

Un sonido parecido a un gruñido se escapa de mi garganta mientras lucho por separar los parpados. Esperaba chocar con la mirada celeste de ese rubio idiota en cuanto despertara, pero en su lugar tengo los ojos rojos de Tánatos.

—No —balbuceo, completamente asustada.

—Toma mi mano —me dice, con su parsimoniosa voz que me hechiza —, voy a guiarte.

Intento negar con la cabeza, pero soy incapaz de hacerlo, y las lágrimas comienzan a caer a los costados de mi cabeza. Cuando Tánatos se inclina hacia mi rostro, solo puedo cerrar los ojos mientras un temblor se apoderaba de mi cuerpo. No puedo creer que estoy a punto de morir por una puta flecha, después de tanto.

De pronto siento algo suave posarse sobre mis labios, y el calor inunda mi cuerpo otra vez. En cuanto abro los ojos de nuevo, veo a Attis inclinado hacia mí con los párpados cerrados. Este imbécil... ¿Está besándome en serio?

Al separarse me dedica una de sus usuales sonrisas, la cual desaparece cuando mi mano se estrella contra su mejilla derecha. Entonces me observa sorprendido.

—¿Quién demonios te crees? —pregunto, mi voz sale como un gruñido gutural—. No tienes el puto derecho de besarme.

Sus ojos poco a poco dejan atrás la sorpresa, y me observan entre aliviados y apenados. Hace caso omiso a mis amenazas, decidiendo colocar sus manos en mis mejillas con la mayor delicadeza del mundo. ¿Ahora se dignaba a tratarme suavemente? Me habría agradado que sea tan amable esas veces que me sacó armas envenenadas del cuerpo.

Chegaste ao fim dos capítulos publicados.

⏰ Última atualização: Jul 12, 2018 ⏰

Adiciona esta história à tua Biblioteca para receberes notificações de novos capítulos!

Solo soy una Greengrass. (SSG)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora