capítulo 37

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—¿Seguro que te está yendo bien este final de trimestre, Jiminnie? ¿Los exámenes te tienen estresado? ¿Has podido dormir?

El mencionado sonrió con nostalgia por la notable preocupación que bañaba la voz de su familiar. Estar con sus amigos era genial, las risas y la diversión no faltaban, pero no podía compararse a pasar tiempo con la única familia que le quedaba, y echaba de menos esas tardes sentados en el sofá frente a la chimenea donde Daehyun y él hablaban de todo y nada a la vez.

—Sí, estoy perfectamente, tío. —Le dijo para que la persona a teléfono se calmase. —Los exámenes me van de maravilla de momento y desde el primer día me he sentido como si estuviera en casa.

—¿Tanto como para no querer volver a tu verdadera casa en Navidades?

Jimin negó con la cabeza aunque sabía que él no lo podría ver. —No, eso nunca. Me verás estas Navidades y espero que hayas traído buenos regalos de China.

—¡Este niño! —Se quejó Dae y Jimin se rio. —Sólo quiere volver al pueblo para coger los regalos. Pues al final te quedas en Komorebi y sin ninguno de ellos... ¡No te rías, Jiminnie, que voy en serio!

—Que sí, que sí, que lo sé. Tú tranquilo, que también tengo ganas de estar contigo, tío Daehyun. —Notó la mirada divertida de Jangsuk sobre él, habría escuchado las quejas de su amigo.

—Eso quería oír. —Siguieron hablando un rato en el despacho del director, quien seguía dejándole su teléfono para que hablara con su familiar. Tocaron temas como sus amigos, el instituto, y de nuevo, los exámenes, pero Jimin no se atrevió a decirle nada respecto a lo de Yoongi. Nunca le había contado sobre su muy posible bisexualidad, y ahora que tenía novio podría ser la oportunidad para hacerlo. Sin embargo, como todo el mundo que se había visto en esa situación, tenía miedo de no ser aceptado por una figura tan importante en su vida como lo era Daehyun. No sabría que haría sin su apoyo, por mucho que tuviera el de sus amigos.

—Ahora que has terminado con lo de tu tío, quiero hablarte de una cosa. No, no hace falta que te sientes. —El director rodeó el escritor con lentitud y Jimin se levantó de la silla, quedando los dos frente a frente.

El pelinegro no sabía qué era lo que tenía que decirle, pero seguía teniendo miedo igual. Esperaba que esa seriedad no se debiera a que había descubierto el plan de la revolución, porque sino estaban más que muertos conociendo el historial de Jangsuk.

—El otro día unos guardias me contaron una cosa muy curiosa. —¿Por qué me tiene que estar mirando así? ¿No sabe que aterroriza a las personas de esa forma? Bueno, probablemente sí lo sepa.

—¿Si?

Jangsuk asintió. —Sí. Resulta que antesdeayer un chico se escapó por la noche de su habitación, y al guardia que lo persiguió no recordaba nada de lo que había pasado. ¿Te suena?
Por la manera en la que la frase salía de sus labios se notaba que sabía que el culpable había sido él por mucho que intentara negarlo.

Jimin se encogió de hombros con las mejillas rojas por el bochorno. Creía que su plan funcionaría, pero al parecer nada se escapaba de los oídos del director (al menos casi nada)

—La próxima vez dile a Yoongi que quedéis a otras horas, o no dejes tantas evidencias de que has utilizado tus poderes. —Le aconsejó, dejando al adolescente con la boca abierta.

—¿Cómo sabe que Yoongi…?

—Fui al primero al que se lo dijo, para saber si era buena idea o no. Ya sabes, como estabais enfadados, pues quería que todo saliera perfecto y que las cosas se arreglasen entre vosotros. —Jangsuk tenía una sonrisa divertida en el rostro que a él no le hizo ni una gracia.

Find your magic 〄 yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora