Capítulo XXII Sincronízate, y lucha

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Dio una gran bocanada de aire antes de levantar la mirada y buscar a Mahiru a un lado de Tsubaki. Apretó los puños cuando observó que la ropa del castaño estaba manchada de sangre desde su cintura hasta gran parte del pantalón.

— Morirá desangrado, o por la droga. No te preocupes hermano. Mahiru Shirota ya está condenado.

Mahiru avanzó dos pasos con calma. Su mirada siempre estuvo fija sólo y para él. El enfoque total de Shirota estaba en sus movimientos. La droga hacía responder cuando el atacante daba indicios de pelea. Al menos, esa eran una de las cualidades, y Tsubaki lo sabía, y lo había hecho moverse para que Mahiru reaccionara al estímulo.

Mientras sus movimientos permanecieran quietos, Mahiru estaría tranquilo. Pero sabía por la sonrisa siniestra de Tsubaki que seguir en el suelo sin moverse, solo eran cuestión de segundos. Su hermano no pretendía darle descanso.

Tsubaki se preparó para lanzarse nuevamente, y Kuro comprendió que el descanso había acabado. Pero un susurro cruzó la habitación deteniendo a ambos.

— Ku... ro.

Tanto Kuro como Tsubaki se detuvieron cuando los movimientos en el cuerpo de Mahiru se volvieron rígidos. Kuro supo que algo en su interior se quebró cuando vio que Shirota se contenía en caminar y sus ojos estaban poco a poco volviendo al brillo.

El sonido de la katana cortó el viento para incrustarse justo donde hace segundos estuvo su mano. El brusco movimiento al esquivarlo hizo que Mahiru volviera a reaccionar y atacara. Kuro atrapó su puño cuando quiso golpearlo para evitar que se lastimara contra el suelo, y sintió el doloroso jadeo de Mahiru en su rostro.

— No pue-do... controlar-me... Ku...ro.

Algo andaba mal. Tanto Tsubaki como Kuro lo comprendieron. La droga es lo suficientemente fuerte como para borrar la actividad neuronal en tiempo real. Salir del trance no era posible sin ayuda de estimulantes médicos, y Mahiru estaba lo suficientemente herido como para no despertar hasta al menos en unas semanas.

¿Qué causaba que Shirota estuviera medio cuerdo como para decirle el cómo se siente? La dosis que le inyecto Tsubaki era poca, pero la necesaria para hacerlo caer en combate por unas buenas horas. Claro, siempre y cuando su cuerpo hubiera estado en mejores condiciones. Pero aún así, Mahiru no debería estar hablando.

— Mahiru, ¿logras escucharme? ¿Puedes verme?

El puño que sostenía de Mahiru se tranquilizó. Los dedos del castaño se suavizaron cuando quiso sostener su mano y apretar el agarre. Mahiru apretaba los dientes y el sudor comenzó a bajar de su rostro. Su cuerpo aún estaba sintiendo los espasmos, pero Shirota se mantuvo quieto.

Quiso sentirse aliviado de pensar que Mahiru era más fuerte de lo que aparentaba. Pero Tsubaki soltó las palabras que él había olvidado.

— ¿Mahiru Shirota no es compatible con la droga?

Los brazos de Kuro se tensaron en el cuerpo de Mahiru. Tsubaki conocía que había gente no compatible con la droga, pero dudaba que su hermano supiera que su padre había llegado a otra variante de droga final.

— ¿Qué le inyectaste a Mahiru? Tsubaki.

— Algo que encontré en el camino, hermano— Tsubaki avanzó con calma — ¿El cuerpo de Mahiru Shirota es tan común y corriente, que la droga no encontró en qué sustentarse? Que aburrido.

Kuro iba a responderle a su hermano, pero Mahiru le susurró su nombre alertándolo para esquivar la katana de Tsubaki. El arma estaba incrustada aun lado de ellos, pero Shirota la había tomado para blandirla. Soltó a Mahiru y se alejó con rapidez antes de inclinar su cabeza y sentir el roce de la katana en su rostro. Pero su pie chocó con su olvidada arma en el suelo y resbaló. No pudo esquivar a Mahiru cuando cayó al suelo y la katana se incrusto con fuerza y precisión en donde se unía su cuello y hombro.

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