—Karin, ven a saludar— ordenó Minato, un poco ofuscado por la descortesía de su sobrina.

—Hola— dijo con hosquedad, mirando con desdén a la nueva individua —¿Es en serio, Sasuke?— lo miró con un marcado puchero —¿Me rechazas por una horrorosa marimacho?— reclamó, claramente ofendida.

Sakura frunció el ceño y apretó los puños con fuerza. Tal vez ella no sea una chica amante de las faldas y los tacones, que quizás una camiseta ancha y unos tenis definitivamente sea lo ideal para ella. Pero tampoco va a permitir que alguien la ofenda tan directamente de esa manera y menos cuestionando la decisión de su novio de estar con ella.

—¡Karin!— gritó Kushina furiosa —Me disculpo por su grosería, Sasuke-kun, Sakura-chan— se disculpó avergonzada.

—Ten cuidado, remolacha— dijo Naruto divertido —Sakura-chan no es de las que ataca con arañazos y jalones de cabello.

¡¿Te pones de su parte, tía?!— reclamó encolerizada, ignorando el comentario del rubio —Yo soy tu sobrina, tú, más que nadie, sabe lo qué siempre he sentido por Sasuke— señaló acusadora, con unas lágrimas que no conmovieron a nadie.

Sakura dedujo que ya nadie en esa casa caía en sus manipulaciones.

Karin abandonó la habitación, sollozando sonoramente. Kushina suspiró con pesadez y se volvió hacia la pareja.

—No le creas, cariño— le sonrió a la pelirrosa —Karin es muy caprichosa, ella quiere que todos besemos el suelo por donde camina, como lo hacía su madre...

—No se preocupe, estoy bien— aseguró.

—¡Vamos afuera!— exclamó Naruto, tomando las manos de las chicas y arrastrándolas a su jardín.

Sasuke los siguió en silencio, sin soltar la mano de Sakura.

La pelirrosa tenía curiosidad de conocer ciertos detalles que rodean a la familia Namikaze, pero le da un poco de pena preguntar, no sabe si quizás vaya a tocar una fibra sensible de la familia y luego no sepa cómo lidiar con la vergüenza.

La familia del Uchiha llegó media hora después y todos se habían instalado en el jardín. Incluso Karin había dejado su rabieta y estaba instalada en una silla, alejada de todos, observando todo con ojo crítico.

Sasuke había salido a comprar algunas cosas que hacían falta con su amigo, su hermano y los padres de ambos muchachos. Kushina le pidió que se quedaran a disfrutar del buen clima mientras ella y la Hyuga iban a la cocina. Karin se fue detrás de ellas porque simplemente no tolera a la pelirrosa.

—Parece que Kushina-san y usted son muy buenas amigas— aventuró Sakura, queriendo indagar más.

—Kushina-chan y yo somos amigas desde la primaria— sonrió la Uchiha —Ambas veníamos de familias adineradas que pretendían manejar nuestras vidas como si fuéramos títeres y ambas lo odiábamos, pero nos teníamos la una a la otra para superarlo todo— relató melancólica —La secundaria la hicimos en una escuela solo para chicas, no era divertido. Las muchachas solían ser envidiosas y vanidosas, muchas se burlaban de ella por su cabello.

—Yo creo que su cabello es hermoso— admitió la Haruno, ella también entendía lo que era que se burlaran de su cabello.

—Lo sé y el tuyo también lo es— le sonrió con cariño, Mikoto entendió que esa muchacha pasó lo mismo que su amiga —Kushina-chan nunca se dejó de ellas y eso solía causarle problemas, a mí también por ayudarla— ambas rieron —En la preparatoria, hice que mis padres me sacaran de esa escuela, pues Kushina-chan iría a la misma escuela que su hermano mayor. Yo no quería dejarla sola, siempre habíamos estado juntas. Allí conocimos a Fugaku y a Minato-kun— relató —Fugaku entró para jugar en el equipo de béisbol de la escuela. Minato-kun entró con una beca académica, él no tenía dinero como muchos de los que allí estábamos, pero siempre tenía las mejores calificaciones. Mis padres no se opusieron cuando comencé a salir con el hombre que en un futuro sería mi esposo, pero los de ella siempre repudiaron su relación. Fugaku y yo nunca dejamos de apoyarlos, y cuando salimos de la escuela, ella dejó atrás todas sus comodidades y lujos para estar con el amor de su vida. Ninguno de los dos fue a la universidad porque no tenían como pagarla, así que decidieron trabajar para salir adelante juntos. Ella es feliz, nunca me ha dicho lo contrario. No le costó nada adaptarse a su nueva vida y trabajar para sobrevivir, nosotros quisimos ayudarles, pero ambos se negaron a ello. La única persona de su casa que no le quitó el habla, fue su hermano. Por eso cuando él y su esposa murieron, la niña quedó a su cargo. Aunque era demasiado caprichosa y aún, después de tanto tiempo, Karin anhela tener la vida que llevaba antes.

Road to Home  [SasuSaku]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن