XIII: Pijamada, cita y una gran pregunta~

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No sabía qué tenía en mente Gajeel, sólo estaba consciente del manojo de nervios en el que estaba convertida y Lu-chan se daba perfecta cuenta de ello.

― Sólo es una cita, Levy-chan― dijo mi amiga, con sorna.

Volteé a verla rápidamente. Ni siquiera se me había cruzado la idea por la cabeza y mi expresión debía delatarme, puesto que estaba privada de la risa en mi cama.

―¿U-una cita?― balbuceé, no podía creer que esto pudiera ser una cita.

―Sí, Levy-chan, una cita― respondió― ¿No te habías dado cuenta?

Negué suavemente.

―No puedo creerlo, eso es ser muy lenta― comentó, mientras seguía ojeando la revista en sus manos. 

¿Me decía lenta a mí cuando ella no se daba cuenta de que Natsu botaba la baba por ella? ¡Eso era increíble! 

Después de lo sucedido con Gajeel me había ido directamente a donde mi amiga se encontraba regañando a Natsu y a Gray y me la llevé a rastras a mi casa. Necesitaba hablar con alguien sobre todo el asunto y ¿quién más aparte de mi mejor amiga y una de las personas involucradas en el asunto de la reconciliación de unas horas atrás? 

En un inicio creyó que la regañaría por haberme dejado a solas con Gajeel, pero eso se borró de su mente apenas le empecé a contar lo que ocurrió después de que ella y Natsu se fueran. Se puso como niña pequeña emocionada con una novela mientras escuchaba lo que yo le decía. Luego de eso se sentó en mi cama y comenzó a ojear una de mis revista, con el objetivo de encontrar la combinación perfecta de peinado, ropa y maquillaje para mi salida del día siguiente con Gajeel. 

Sin decir nada, se levantó de su peculiar asiento y fue directo a mi closet, revolviendo las gavetas y sacando lo que mejor le parecía.

―Siempre vistes o muy aniñada o muy sexy― comentó, mientras seguía examinando mis cosas―. Tenemos que conseguirte algo diferente, una combinación que jamás te hayamos visto. Algo que junte ambos estilos, pero aún no sé qué...

Me miró con detenimiento, luego tomó la revista una vez más y después volvió con ella al armario. 

Pensé en lo que había dicho sobre mi estilo. Siempre vestía con vestidos tiernos o con shorts y camisas cortas o, también, con ropa muy estrecha. Analizando en frío, tenía razón.

Dejé que siguiera en su búsqueda, mientras yo sacaba todo lo que tenía de accesorios y maquillaje, sabía que al terminar con el closet ella buscaría directamente estas cosas, así que mejor estar preparada.

―Pruébate esto― me dijo, al cabo de un rato, extendiéndome un suéter de color vinotinto que dejaba expuestos los hombros, una falda negra y unas pantimedias semi trasparentes negras, también, que llegaban hasta la mitad del muslo―. Ponte eso con...― agregó mientras rebuscaba en el closet por algo más― estos― me extendió unos botines de tacón alto de color vino. 

Las cosas que sostenía entre mis brazos eran piezas que nunca en mi vida había usado, las había comprado porque pensaba que se verían bonitas en mí, pero, al probármelas en mi cuarto, me había sentido muy incómoda como para usarlas en la calle. 

Con algo de resignación pasé al baño y me cambié mi cómoda pijama de conejos por este conjunto sacado de revista de moda. Al salir con todo puesto Lu-chan se puso a brincar y palmotear emocionada.

―¡Te ves preciosa!― dijo. 

―¿Segura?― pregunté, algo nerviosa. 

―¡Por supuesto!― exclamó―. Sin embargo, vas a probarte esto también― ordenó, extendiéndome otro grupo de ropa.

¿Sólo amigos? ¿O amigos con derecho? >> GaLeWhere stories live. Discover now