08| Nuestro Por Que

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La vida de un renegado no es la mejor de todas, no es la más noble ni la que todos quieren elegir, pero hay algo que si tiene, vivir fuera de la aldea significa que podemos tener por fin la libertad que dentro de los muros de las aldeas no tenemos. Desde hace dos años puedo hacer lo que me plazca sobre quien quiera. No tengo porque preocuparme de misiones, soy totalmente libre.

Aunque mi cabeza ahora tenga un precio mayor al que tenia cuando era ANBU, me da completamente igual. Esto es lo que soñé y no lo dejare porque todo el mundo quiera asesinarme y cobrar la recompenza.

La comida escaseaba hace tiempo en realidad, era de lo único que me quejaba. Akatsuki no estaba muy dispuesto a compartir un poco del dinero que ganaban, por lo que tenía que arreglármelas sola como solía hacerlo antes de desertar. Aunque ahí era más fácil conseguir lo que necesitaba, ya que todo se encontraba en la aldea y gracias a las misiones contaba con el dinero suficiente.

No pertenecia a Akatsuki, por ello no gastaban dinero en alguien que no portaba dicha capa y anillo.

Pare a descansar un rato. Tenía horas caminando en dirección a la aldea de Sunagakure. Era la aldea mas cercana que tenia cerca de mi escondite. Cuando ya descanse lo suficiente retome mi camino a la aldea. Ya me había infiltrado un par de veces en este año. El mes pasado me infiltraba en Iwagakure, pero después de infiltrarme unas cuantas veces aumentaron la seguridad, ahora debido a ello me infiltraba en Sunagakure, así que cuando descubran que me infiltro en dicha aldea, mi siguiente aldea será Amegakure.

Después de un día logre cruzar el desierto. Por fin me encontraba en los limites de la aldea del viento. Ahora venia la parte más difícil a mi parecer. Robar provisiones sin ser descubierta. A pesar de ser una de las aldeas más fáciles de infiltración, era la que más guardias tenía dispersados por las calles, me era en verdad complicado el poder entrar a cualquier almacén y robar sin ser descubierta. Deje aquellos pensamientos de lado y fui guiada por el hambre. Tenia casi una semana sin comer correctamente.

Logre infiltrarme en un almacén de la aldea, tome algunas provisiones de comida para una semana y salí de ahí sin que nadie me viera. Al parecer los guardias habían decidió irse temprano de su turno, algo de lo que no podía quejarme.

Guarde las cosas en una pequeña bolsa de viaje que tenía conmigo para dichas ocasiones. La colgué de nuevo en mi espalda y salí de ahí.

Llegue nuevamente a los límites de la aldea. Me senté en la arena caliente ya que no tenia otro lugar y comencé a comer. Guarde lo demás después de comer y me levante con intenciones de marcharme. Escuché unos pasos que venian detras mio así que decidí marcharme, al intentar dar un paso tropecé, mire hacia atrás y la arena subía por mi pierna como si tuviera vida propia.

Al pasar unos segundos fui levantada y quede colgada de cabeza. Solo conocía a una persona capaz de poder manipular arena. Y a sabiendas de que estoy en su aldea proveniente, algo me dice que es el.

Nuevamente escuche pasos, lentamente una silueta comenzaba a acercarse a mi posición. Tras pasar algunos segundos pude ver que no me equivocaba en mi suposición.

Era el pelirrojo con aquellos ojos acua.

Cuando me vio colgada de cabeza mientras era sujetada por su arena se sorprendió levemente, creo que no esperaba verme ahí. Tal vez me entregue y tenga que pasar un buen tiempo en prisión.

―¿Qué... haces aquí? ―pregunto con tono confundido―

―Solo suéltame y jamás me veras por aquí ―mentí evitando su pregunta―

Se quedo unos segundos en silencio hasta que me soltó con delicadeza. Me mare un poco al estar de nuevo en pie, una vez me estabilicé me sacudí la arena mientras nos mirábamos.

Ataúd Del Desierto ⸻ 𝗴𝗮𝗮𝗿𝗮Where stories live. Discover now