Hacerte creer « Milo Manheim, Meg Donnelly »

18🍍

-¿De qué se ríen? - preguntó Cody. Paula le contó nuestro pequeño accidente mientras que Milo y yo nos mirábamos fijamente.

-¿Nos están siguiendo? – escuché la voz de Jennifer y la miré.

- Oh, claro que no - dijo Cody. - ¿Nos están siguiendo ustedes? - alzó una ceja.

- Mas quisieran - dijo Jennifer con una sonrisa. Yo me callé, no tenía nada inteligente que decir.
Ryan y Cody rieron y se acercaron a nosotras a darnos dos besos. Milo le dio un beso primero a Paula, después a Jennifer y... no, a mi no me saludo. Algo se cayó en mi interior.

- ¿Vamos a dentro? - nos dijo Cody.

- Si vamos - dijo Paula agarrándose del brazo de Ryan.

- Si, ahora voy - sonreí.

- Yo ahora entro - dijo Jennifer. Iba a hablarle a Jennifer cuando Rebecca se nos acercó con Ashley.

- ¿Conocén a Milo Manheim? - preguntó Rebecca.

- Si - dijo Jennifer - ¿Por qué?

- Dios,.es tan sexy, tan... perfecto - suspiró - Esta para echarle un buen polvo. Bufé.

- ¿Por qué esa cara? - preguntó Rebecca

- Es que Rebecca.... a Milo.... - piensa rápido Meg - A Milo le huele la boca - les susurré a ella y Ashley. Ellas se miraron una a la otra y Jennifer casi se ahoga con lo que estaba bebiendo.

-¿Le huele? - preguntó Ashley

-Demasiado.

-.¿Es que lo has besado? - preguntó ahora Rebecca.

- Para mi mala suerte sí, es insoportable.

- Ugh, bueno chicas, nos vamos - dijo Rebecca - A pasarlo bien - le sonreí. Cuando ellas se metieron en la discoteca Jennifer me miró.

- ¿Que has hecho Meg Donnelly? - Jennifer negó con la cabeza.

-.No creo que se entere, es solo una mentirilla -.sonreí. - Anda, vamos a dentro.

- Ya verás como Milo se entere - dijo Jennifer.
- No creo - sonreí de lado.
- Eso espero - suspiró. Llegamos donde estaban los chicos y Paula.

- ¡Meg! - me saludó Carlos.

- ¡Hola! - le di dos besos.

- ¿Bailas? – cogió mi mano.

- ¡Claro! - me giré y le guiñe un ojo a las chicas. Baile hasta cansarme con Carlos, a veces pegados, a veces no tanto, hasta que volví con las chicas.
Jennifer me abrazó.

- Milo no ha parado de beber y de mirarte mientras bailabas.

- ¿Dónde está?

- Salió afuera - se encogió de hombros. Me dirigí a la salida y vi a Milo apoyado en la pared con un vaso en la mano.

- Hey, ¿Estás bien? - me acerqué a él.

- ¿Que te importa zorra? - escupió. Suspiré y me puse en frente de él. Nos miramos un instante y le sonreí abiertamente.

- No me has pegado cuando te he llamado zorra - bebió.

- Estas borracho, no quiero tentar mi suerte - me encogí de hombros.

- Tentar tu suerte – repitió entre dientes mientras sonreía de lado.
- Meg estar cerca de mi es tentar tu suerte - se encendió un cigarro.

- Es que me gusta vivir al límite - sonreí. - ¿Me das una calada? - me referí al cigarro.