12🍍

667 25 0
                                    

Rodé los ojos e hice una mueca mirando hacia otro lado.

– No vuelvas a hacer eso – dijo.

-¿Qué? – Pregunté - ¿Esto? – volví a rodar los ojos y sonreí inocente. Milo tiró una palomita hacia a mi y está entró en mi escote. Milo se me quedó mirando y sonrió.

-¡CANASTA! – celebró.

-Muy gracioso – me saqué la palomita del escote y la dejé encima de la mesa.

- Toma, tírame algunas, intentaré atraparlas – nos levantamos. Cogí una palomita la lancé hacia su boca y el la atrapó.
- Vaya, veo que tienes cualidades. – sonreí sentándome de nuevo en el sofá y se sentó a mi lado levantando una ceja seductoramente.

- Tengo otras muchas cualidades. ¿Quieres probarlas? – se acercó a mi.

- No, déjalo – dije alejándome un poco.

- ¿Por qué huyes? – dijo volviendo a acercarse a mi.

- No huyo – volví a echarme hacia atrás.
- Lo estás haciendo. – alzó sus cejas.

- ¿Qué?

- Huir - dijo. Entonces me quedé quieta.

- Creo que tengo que irme, tienes razón, mi pez ya estará muerto. - dije levantándome

- No quería echarte - cogió mi mano.

- No me has echado - sonreí, creo. Milo se levantó.

- ¿Abrazo? - dijo abriendo sus brazos.

- Eres bastante raro - dije abriendo mis brazos y me acerqué a él para abrazarlo. Nos juntamos en un abrazo. Yo le rodeaba su cintura y él mis hombros. Entonces él intentó buscar mi rostro, y me dio un beso cerca de mis labios, lo que me puso bastante nerviosa y voltie el rostro.

- No trates de evitarme - me susurró. Lo miré y me mordí el labio.- No hagas eso - gimió.

- ¿Por qué? - logré susurrar.

- Me tienta a mordértelo - pasó su dedo pulgar por mi labio. Mi corazón latió con fuerza en mi pecho. - Voy a mordértelo - susurró. Cogió mi labio con sus dientes y tiró de él. - Deliciosa - susurró. Después besó mi mejilla.

- Ya estoy aquí - escuchamos la voz de Ryan y la puerta cerrarse. Me separé de Milo.

- ¿Interrumpo algo? - dijo Ryan desde la puerta.

-N..o - tartamudeé. Milo rió entre dientes - Y.. Yo ya me iba. A.. Adiós - le dije a Milo. Me dirigí a la puerta de salida, despidiéndome antes de Ryan.

- No me has dicho Adiós debidamente - dijo Milo apoyándose en su puerta.

- Te dije adiós. - Toqué el timbre.

- ¿Y mi beso? - dijo señalándose la mejilla.

- No lo haré - miré incómoda al suelo.

- ¿Tímida?

- Quizás. – me encogí de hombros.

- Sorprendente.

- ¿Por qué? – pregunté confusa.

- No lo sé – se encogió de hombros. Mi puerta se abrió y Jack se fue de nuevo al salón.

- ¿Beso? - dijo cogiéndome de la mano. - Tienes que dejar de ser tan tímida.
Bufé, me acerqué a él, me puse de puntillas y le di un beso en la mejilla. Milo sonrió satisfecho.

- Adiós - dijo Milo.

- Adiós - murmuré entrando en casa.

- ¿Como fue la película? - preguntó mi madre cuando pasé por la puerta del salón. - ¿O no la vieron?

- ¿Por qué no íbamos a verla? - entrecerré los ojos. Mi madre me sonrió pícara.

- ¡Oh mama! Tienes la mente muy sucia. - Ella rió. - No, no paso nada - mentí - Me quedé dormida.

- Anda hija que tú también - me encogí de hombros y me fui a mi cuarto. Cerré la puerta y toqué mi labio. Sonreí como una estúpida. Tenía que contárselo a las chicas.

El despertador sonó. Bufé molesta mientras que apagaba la alarma del móvil. Odiaba levantarme a las seis, y más si tenía que ir al instituto. Después de concienciarme unos 10 minutos de que tenía que levantarme, me levanté.
Me puse unos pantalones vaqueros, una camiseta verde un poquito ancha y larga y una bufanda. Me hice la plancha un poco para no tener pelos de loca e hice la cama. Desayuné, me lavé la cara y los dientes y me maquillé un poco.Me puse mi chaqueta blanca y me coloqué mi mochila en mis hombros, cogí las llaves y salí de casa sin hacer mucho ruido. Esperando en la puerta de Ryan y Milo había dos chicos. La puerta de Milo se abrió, yo cerré mi puerta con cuidado y los dos chavales entraron sin ni siquiera saludar a Milo.

- ¿Dónde vas? - escuché la voz de Milo.

- ¿A donde crees? - dije en voz baja.

- Mmmmmm... - sonrió tocándose la barbilla. Bufé y seguí mi camino al ascensor.- ¿Por qué vas tan temprano?

- Porque tardo una hora en llegar - pulsé el botón del ascensor.

- ¿Vas caminando? – se puso a mi lado.

- No, me está esperando mi alfombra voladora en el portal - rodé los ojos.

- ¿Por qué eres tan sarcástica? - dijo poniéndose una chaqueta y entrando conmigo al ascensor.
- No se - me encogí de hombros.- Por cierto, ¿Dónde vas?

- Voy a llevarte - sacó las llaves del coche de su bolsillo.

- Vas en pijama - dije mirando sus pantalones de pijama azul de Mario Bros. - Por cierto, bonitos pantalones - reí.

- Gracias - sonrió. - Venga, vamos - cogió mi mano y salimos al portal. El viento dio en mi rostro y me estremecí. Escondí un poco mi cara en mi bufanda.

- Vaya, hace un poco de frio - dijo abriendo el coche. Me monté en el copiloto y froté mis manos por encima de mis guantes. Milo arrancó y puso la calefacción.
- ¿A dónde señorita? - preguntó.

- Northwesterm - respondí.

- Allá vamos - empezó a conducir. Suspiré mientras veía como hacíamos el camino hacia el instituto.

- ¿Contenta? - Lo miré mal.

- Feliz de empezar otro trimestre, es más, ¡estoy entusiasmada! - fingí alegría y di varias palmadas. Milo rió.

- Ahora, ¿Qué haces TÚ tan temprano despierto? - lo miré sospechosa.

- Estaba esperando a unos amigos - se encogió de hombros.

- Ya veo - murmuré.- No vayas muy deprisa - murmuré - Llegaré muy temprano - arrugué la nariz.

Hacerte creer « Milo Manheim, Meg Donnelly » Where stories live. Discover now