Capitulo 9.

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Capitulo 9.

 Me encontré en el despacho de Muerte, el estaba sentado en su escritorio encajando la punta de uno de sus cuchillos en la madrera de este, a su lado se encontraba Diego cruzado de brazos y Luna, ella estaba furiosa su cara estaba demasiada roja.

 Muerte me sonreía muy amenazadoramente, no decía nada pero yo sabía que era algo malo, nunca era bueno aparecer en el despacho de Muerte sin previo aviso.

Diego me miraba enojado y preocupado a la vez, <<el tiene que ver en esto>> me dije, << está de soplon>>, lo mire lo mas duro que pude, no me gusta que meta sus narices en mis asuntos. Él me devolvió la mirada y levanto sus hombros en tono despreocupado.

Mire a Luna, <<lo siento>> me dijo <<estos dos chismosos me hicieron demasiadas preguntas>>, yo le hice una seña para que no estuviera preocupada, esto era entre Diego y yo, no sé porque metió a Muerte.

Nos quedamos en silencio los tres mirándonos a los ojos, Luna le decía un par de cosas a Muerte, pero este no le hacía caso y yo tampoco.

La situación se estaba volviendo bastante incómoda, el silencio comenzó a llenar la habitación, nadie le hacía caso a las protestas de Luna así que su voz no contaba como sonido, solo como ruido, ruido que nadie escuchaba.

Con un rápido movimiento Muerte se levanto de su lugar y me lanzo el cuchillo que sostenía, moví mi cabeza y lo esquive. <<Fuera de aquí>> le ordeno a Luna quien protesto, dijo que tenía tanto derecho como él para estar presente, él se acerco a ella quedando cara a cara y la miraba con unos ojos de amenaza; el usaba esa mirada para intimidar a los ángeles que se ponían rebeldes y subestimaban su autoridad (y siempre funcionaba).

Ella no se intimido le devolvió la misma mirada retándolo, Diego y yo nos quedamos con la boca abierta, nadie retaba a Muerte a menos que quisiera pasar una eternidad de torturas.

-Te dije que salieras- le dijo Muerte a Luna con voz pasiva- ¡ahora!- le volvió a ordenar subiendo su tono de voz.

-¡No me voy a ir!- le grito Luna- tengo tanto derecho como tú, compartimos la misma responsabilidad ¿olvidas?- dijo con cierto tono de ironía.

Ella  sí que estaba enfurecida  

-No sé de qué me hablas- dijo Muerte bajando un poco el volumen, pero no la dureza- no te lo diré más veces ¡LARGO!

Luna se enojo mucho mas, era como si la hubiera ofendido con una de las peores formas.

-¡Como que no sabes de que hablo imbécil!- era obvio que ella ya no manejaba sus palabras, nadie en sus cinco sentidos le ofendería a Muerte- ¡no te hagas el tonto conmigo!- lo tomo de la cabeza y la giro hacia mi- hablo de ella, tu hija.

Los ojos de Muerte se abrieron y miraron a Luna con sorpresa, ella se tapó la boca con sus manos igual de sorprendida como si hubiera hecho la peor de locura.

Luna me dio una mirada rápida antes de abrir la puerta y salir cerrándola detrás de ella.

Yo estaba confundida que abría querido decir Luna con <<tu hija>>, Muerte miraba al suelo apretando sus puños con suficiente fuerza como para cortar su piel, Diego y yo guardábamos silencio tratábamos de captar lo que había pasado,  <<salgan de aquí>> nos ordeno Muerte.

Nosotros no pusimos objeción y nos dirigimos a la puerta, Muerte abrió la puerta para nosotros, Diego salió primero, unas de sus plumas roso el rostro de Muerte pero este no pareció notarlo, estaba sumergido en sus pensamientos; yo ya iba de salida cuando me detuvo diciéndome: <<te quiero aquí en una hora y media>>, yo asentí y salí lo más rápido que pude, él azotó la puerta en cuanto salí,  Diego estaba esperándome, no me molesto ,no quería estar sola con Muerte a unos metros de mi enfurecido, mientras avanzábamos por el pasillo se podía escuchar a Muerte maldiciendo y rompiendo cosas.

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