La vibración en mi teléfono me hace saltar en mi lugar de la impresión.

En ese momento, mi vista viaja hacia el aparato que tengo en la mano y noto que alguien está llamándome.

Mi ceño se frunce ligeramente. No quiero responder. No quiero levantar la bocina porque el miedo que siento ahora mismo es tan grande, como la confusión que Nicole Astori ha plantado en mi pecho; pero, a pesar de eso, me obligo a mascullar una disculpa antes de responder:

—¿Sí?

—Buenas noches, ¿Con la señorita Tamara?

—Así es —sueno cautelosa. Casi horrorizada.

—Soy el conductor de Uber. Ya estoy afuera de la ubicación. ¿Dónde se encuentra usted?

En ese momento, me giro sobre mi eje, al tiempo que barro la vista por todo el espacio y me detengo justo a tiempo para mirar un coche detenido con las intermitentes prendidas.

Acto seguido, miro las placas del auto que me va a recoger en la aplicación y las comparo con las del vehículo.

—Ya te vi —digo, al cabo de unos instantes—. Ya voy para allá.

Entonces, finalizo la llamada.

—Tengo que irme —anuncio, mientras me giro para encarar a la madre de Gael.

Ella asiente, pero luce como si aún no hubiese terminado de hablarme. Como si aún tuviera muchas cosas que decirme.

—Ve con cuidado —pronuncia, a pesar de eso—. Y, ¿Tamara?, no eches en saco roto lo que te he dicho.

Yo, muy a mi pesar asiento y me echo a andar en dirección al coche de servicio.



~*~



Gael ha anunciado la terminación de su compromiso.

Esta mañana, mientras desayunaba con Victoria, lo leí en una de mis redes sociales. Durante unos instantes, creí que todo era una mentira publicada por un blog amarillista, pero, luego de ver varios artículos —y de indagar en Google otros veinte minutos— comencé a plantearme la posibilidad de que, quizás, era cierto.

Finalmente, luego de tener un debate interno y de preguntarme una y otra vez si era prudente acercarme con Gael para aclararme las dudas, él me llamó y me lo dijo.

No hizo muchos comentarios al respecto. De hecho, el motivo de su llamada fue para ponernos de acuerdo para vernos hoy. Me comentó que iba a tener un montón de trabajo durante todo el día y que, para coronarlo todo, había tenido que madrugar para llevar a su madre al aeropuerto porque, luego de lo ocurrido anoche, no le encontró objeto a quedarse en México. Me comentó que pasó parte de la madrugada haciendo llamadas telefónicas para conseguirle un vuelo a España a primera hora.

Así, pues, luego de contarme rápidamente su odisea nocturna, me dijo que podíamos reunirnos en su casa hoy alrededor de las siete.

Me comentó que no habría problema alguno con el vigilante del residencial, ya que le mencionaría que yo iría y, casi antes de despedirse de mí, me hizo saber que ya no voy a tener qué cuidarme sobre quién me ve con él y quién no. Fue en ese momento, cuando me dio la noticia. Fue en ese preciso instante, en el que me comentó que había dado por finalizada la farsa que su padre había montado.

No quise preguntar muchos detalles al respecto. Lo único con lo que me he quedado hasta ahora, es con todo lo que el mundo habla y especula.

Se ha dicho mucho en el transcurso del día respecto a la repentina separación, pero la verdad es que nadie se ha acercado ni un poco a lo que realmente ocurrió entre el magnate y su supuesta prometida. Los rumores más fuertes, sin embargo, hablan sobre una infidelidad por parte de Gael y sobre un matrimonio por interés.

MAGNATE © ¡A la venta en Amazon!Where stories live. Discover now