Un árbol, un mundo/ Parte 2

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El cielo estaba arrebolado y difuminadas nubes desfilaban lento por este. En el entorno se ondeaba un color ocre que daba una sensación melancólica a Ren.
Resonaba en el ambiente la alegre melodía de un xilófono que provenía del interior de un quiosco. Los farolillos del centro de la ciudad, cercanas al quiosco, iluminaron a las brujas paganas. Bailaban animadamente al ritmo del instrumento. A pesar de que portaban ropas voluminosas, cargadas con muchos bienes y cubrían su rostro con máscaras realistas de animales, ellas podían moverse ágilmente de un lado a otro. Hizo de la escena algo más exótica las enormes cornamentas que algunas llevaban en su cabeza como si fuesen coronas.
Varios brujos trajeados y enmascarados con porcelana blanca, rodeaban el perímetro y no permitían que ningún humano se acercara. Miranda e Ian estaban cerca de la líder, era la encargada de tocar el xilófono. Ian insistía en hablar con ella, pero lo ignoraba y se concentraba en golpetear las láminas del instrumento con las baquetas. Era hábil a pesar de tener grandes manos.

Lil y Ren miraban todo desde la distancia. Sin embargo, debían acercarse. Caminaron y pasaron entre los brujos de traje, no se inmutaron, parecieron estatuas que resguardaban el lugar, no más. Lil le extrañó que le permitieran el paso, supuso que entre brujos se reconocían.

Ian se alegró al momento de verla, no pudo ocultar la alegría que le daba ver a Lil de nuevo. Esbozó una amable sonrisa y amaneció en sus ojos de miel. Miranda miró con alegría y a la vez con melancolía a Ren. Ya no era lo mismo. Pasaron de ser grandes amigos a conocidos que se saludaban a la distancia. Después de estrechar la mano con Ian y Miranda, Lil intentó hablar con la líder, pero también fue ignorada. Sin embargo, por un breve momento, posó su mirada desde los huecos de su máscara hasta el jovial rostro de Lil que resplandecía de amor.

—Los escucharé cuando termine de tocar —dijo con un vozarrón claro y que detonaba mucha seguridad en la líder.

Mientras esperaban, Ren y Miranda terminaron conversando, poniéndose al día. Ella le contó a Ren que había aprendido bastante y seguía haciéndolo y que ser una médium era lo mejor que le había pasado en su vida. Ren quiso saber si ella mantenía una relación más intima con Ian, pero desistió de la idea, no pretendió incomodarla, se veía feliz y plena. Aunque a Ren le extrañó que miranda vistiera un traje tan masculino. Ella intentaba ocultar su lado femenino. No obstante, su abultado pecho y facciones delicadas no le permitían aparentar ser un hombre. Sonrió con dulzura al sentirse analizada por Ren.

Cuando la líder dejó las baquetas, concentró su atención en Lil.

—Seré breve —comenzó Lil un tanto tímida ante la energía penetrante que emanaba la mirada detrás de la máscara—. Tengo una gema de la vida, mínimo hará aparecer esquejes en su árbol. 

—Lo dudo —dijo tajante—. Una gema no revivirá nuestro amado árbol. Ahora queda un árbol que nos retiene de ser libres, y caerá, pronto. El mundo se modificará, así lo quiere el destino. Gobernaremos y mataremos a los cazadores con los más terribles hechizos prohibidos que puedas imaginar —contó el plan la líder.

Lil enserió, no le parecía buena idea el plan, ya que, consideraba que una guerra entre cazadores y brujos haría de que la Tierra sufriera grandes estragos y los humanos se verían envueltos de manera negativa. Recordó una de sus vidas pasadas, donde los brujos esclavizaban a los humanos y eran usados para realizar perversos hechizos.

—Esta gema sí podrá revivir el árbol —aseguró Lil llena de confianza—. Lo sé, la creé en el lado oscuro, utilizando un hechizo prohibido y raro. No tiene nada que perder al dejarme intentar.

Resonaron los cascabeles el tintineo de cristales chocar entre sí de manera sutil en cada pasado que daba una bruja. Lil la miró de soslayo, la bruja cubría su rostro con una máscara que simulaba ser el rostro de un zorro. De su cuello colgaban pequeños frascos que contenían diversas hierbas. Vestía con una túnica y pieles de zorros envueltas en su delicada silueta. Se acercó a la líder y le susurró algo en el oído. 

Pluvo: el aprendiz de una brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora