Lurk | ChanBaek Historia Corta

Parte 7.

Un dolor agudo arde en su mejilla, y Baekhyun gime en silencio, tratando de abrir los párpados, sintiendo el dolor que golpeaba en sus sienes, haciendo que las náuseas subieran por su garganta. El sabor amargo se impregnó en su boca, y Byun trata de levantar la mano para tocar su nuca, pero hay una cuerda sujetando dolorosamente sus muñecas detrás de su espalda, de modo que es imposible moverse. Siente otro golpe débil en la mejilla, y con dificultad abre los ojos ante una luz cegadora.

Su mirada capta al hombre del club, parado frente a él con los brazos cruzados sobre su pecho. Él sonríe y resopla, inclinando la cabeza.

–¡Finalmente despiertas! Creí que tendría que matarte sin siquiera haber podido hablar contigo adecuadamente.

Baekhyun frunce el ceño con dolor y mira a su alrededor lentamente. El lugar es amplio y está desordenado, a juzgar por la gran cantidad de muebles deteriorados, parecía un café o bar abandonado. Antiguas sillas altas, un sofá viejo, una barra de bar y una mesa de billar maltratada. Detrás del tipo había cerca de una docena de tipos fuertes y armados, en trajes negros, que provocó en Byun una sensación de deja vú, porque esos hombres lo hacían sentir el mismo repudio que sentía hacia los perros de su padre.

–¿Qué quieres de mí? —pregunta débilmente, sintiendo una resequedad tormentosa en su garganta. El tipo voltea los ojos y pregunta con sorpresa:

–¿Hablas en serio, Baekhyun? Para ser el hijo de uno de los jefes de las mayores mafias criminales en nuestro hermoso país, eres muy estúpido. Obviamente tu padre tampoco destacaba en ingenio, porque de haber sido así, —se inclina hacia el muchacho, lentamente— hubiera sido precavido al cerrar las ventanas de su oficina aquella tarde. —murmura afectuosamente, sacudiendo la cabeza— Es como si él mismo hubiera trazado el camino a su propia muerte, ¿no lo crees?

Byun se lame los labios y, sintiendo cómo su interior se llenaba de rabia impotente, ejerce movimientos salvajes para librarse de las cuerdas.

–Maldito idiota, ¡así que tú lo mataste!

El hombre sonríe, y Byun, después de darse por vencido, le escupe en la cara. Él retrocede y se balancea un poco, y con todas sus fuerzas, golpea a Baekhyun en la nariz. Le causa un dolor muy fuerte y agudo, pero no tanto como su dolor interior, y el deseo de arrancarle la tráquea al tipo se hace más fuerte.

–Dices eso como si tu padre fuera un ángel. Tú mismo entiendes muy bien lo que era ese hijo de puta. Mataba, robaba, ya sabes, ¿cuántas vidas arruinó tu padre para que pudieras vivir feliz? ¿Lo sabes, inútil? —él lo golpea con la rodilla en el estómago, y Baekhyun jadea con dolor, a duras penas levantando su cabeza.

–Lo sé. Sé que él era líder de una mafia y un asesino. Pero también era mi padre, después de todo eso, lo seguía siendo. Y lo amaba, a pesar de ser un maldito hijo de perra.

Habla francamente, porque en ese momento, sentado y atado, prácticamente al borde de la muerte, se da cuenta de cómo su padre era su ser más querido. Y eso, probablemente, su madre también lo pensaba, ya que quizá continuó amándolo hasta su muerte. Baekhyun nunca iba a poder justificar todo lo que hizo en su vida. Pero podía amarlo por el simple hecho de que era su padre, no un asesino, o un mafioso, o el jefe del clan. Él lo amó, tanto como a su madre, más que a nadie.

–¿Por qué no me matas de una vez, eh? —pregunta vacilante, mirando cómo el hombre se limpia la cara con un pañuelo— Anda, enséñame sus distintos métodos de tortura, ¿por qué necesitabas arrastrarme hasta aquí?

–¡Oh, Byun, no podemos hacerle eso al futuro jefe del clan! —finge horrorizado— Ese clan de bastardos, que quieren tomar el poder de sitios que no les pertenecen. —él sonríe y se sienta en una de las sillas— Además, también tienes un hermano adoptivo, Park Chanyeol, ese perro sucio que se la vive aniquilando a mis hombres, vaya hijo de puta. Incluso él podría ser peor que tu querido papi. En fin, pronto terminaré con él, porque, —mira directamente a los ojos cansados de Byun— todo el mundo sabe que Chanyeol-ssi tiene un punto débil: y ese es su querido hermano mayor, a quien sirve como un cachorro y trata con respeto y dulzura.