La primera vez que rompí las reglas

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"No merezco vivir... no importa, nadie me echará de menos, todos serán más felices sin una carga como yo, sin ver mi cara a diario, sin tener que soportarme, sin sentir mi estúpida presencia. No soy nada, no sirvo, sólo estoy ocupando espacio en el mundo, respirando el aire que otros deberían respirar." ― Mis pensamientos no dejaban de atormentarme mientras me obligaban a sujetarme a las frías barandas de aquel puente que con miedo comenzaba a trepar, observando la horrible caída que me esperaba, con mi corazón lleno de terror por el vacío que sentía.

Me sentía tanto, tan miserable por ni siquiera tener el valor para saltar, aunque estaba ocupando espacio en este mundo no era capaz de terminar con mi vida y aun así quería morir, quería morir lo más rápido posible.

¿Por qué me asustaba tanto?

"Hazlo" ― gritó la voz de mi interior ― "Hazlo... salta, será mejor, después de todo no eres nadie. Nadie te quiere y nunca te querrá, eres patético, una basura humana... una abominación. Deberías terminar con esto antes que alguien te vea saltar y así termines arruinando más vidas en el camino."

¿Qué estoy esperando?, ¿por qué no salto?

"¿Acaso quieres que alguien venga y te salve? Eso no pasará, eres miserable. Una rata... No, hasta las ratas son mejores que tú. Las cucarachas parecen hermosas a tu lado, nadie nunca querría salvarte así que...Salta, salta, salta."

Mientras la lluvia mojaba mi rostro y se mezclaba con las lágrimas que caían por mis mejillas, lo poco de valor que me quedaba me obligó a saltar, a mandar todo a la mierda, a desaparecer de este maldito mundo de una vez por todas. La fría lluvia corría por mi espalda y me hizo más fácil separar mis manos de la baranda. Relajé mi cuerpo y me lancé.

Todo ocurría tan despacio que podía apreciar como las cosas parecían ocurrir en cámara lenta a mí alrededor. Siempre pensé que en estos momentos pasaría una miserable película de los momentos importantes de tu vida, pero en mi mente pasaban los peores recuerdos de esta, como si no fuera suficiente lo que había pasado. Veía los labios de Brad besarme, se había sentido tan bien, había sido tan feliz al pensar que un chico como él se pudiera fijar en un bicho raro como yo, pero así no es la vida y luego de esa dulce imagen veía como su sonrisa se ensanchaba en su rostro y me decía esas cosas que eran verdad, que soy repugnante. En el fondo debo morir, siempre debí hacerlo.

El miedo se apoderaba de todo mi cuerpo, me congelaba por dentro y me hacía sentir terror y desesperación. Todo esto se sentía tan frio, tan solitario y oscuro. Pero debía estar bien, iba a morir...

"La muerte es mucho más fría y aterradora para los suicidas" ― decía la voz de mi interior mientras millones de horribles sensaciones recorrían mi cuerpo haciendo que las lágrimas se escaparan.

― ¡Max! ― escuché a alguien gritar mi nombre desde lo lejos. Y por un momento sentí como una luz de esperanza se encendía en la oscuridad en la que estaba hundido. Pero por más que esa pequeña luz intentara iluminar la oscuridad no podía ser, nadie querría salvarme, nadie querría nunca gritar mi nombre de aquella manera tan desesperada.

Sentí como de manera brusca mi caída era detenida, lo que me hacía perder la respiración por un segundo.

¿Por qué no estaba cayendo?

Sentí como lentamente mi cuerpo era traído de vuelta al puente, aún al otro lado de la baranda metálica, mientras una tibia respiración de una persona cansada por el esfuerzo se sentía en mi nuca causándome un pequeño escalofrío.

―Gracias al cielo... ― Escuché una suave y melodiosa voz a mi espalda, mientras sentía como unos brazos se aferraban con fuerza a mi pecho para que no cayera, la calidez de aquella persona traspasaba mi camiseta mojada y de alguna manera me entregaba un sentimiento de calma y paz. ― Pensé que no llegaría a tiempo ― dijo esa persona de la voz agradable, mientras notaba como unos cabellos rubios aparecían a mi lado, tenía su cabeza apoyada en mi hombro por el cansancio.

Cuando mis alas desaparezcanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora