Capítulo XXX: Entrega

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Todos pensaban que Sabine ya no era un problema porque se suponía que estaba en el psiquiátrico, ella logró escaparse del hospital sin que nadie se diera cuenta porque tuvo la gran idea de quemarlo por completo por eso cuando estaban sacando a todos los pacientes tomó ventaja y escapó sin que los enfermeros se dieran cuenta, sólo llegó asesinar al vigilante porque cuando la vio estaba llamando a los demás para que lo ayudarán a capturarla pero ya era demasiado tarde cuando ella ya le había quebrado el cuello.

Nuevamente estaba en la ciudad buscando algo de ropa ya se imaginaba que Camilo logró irse, Sabine no entendía la palabra "no" porque siempre se acostumbró a tener lo que ella le gustaba a fuera obligado, preparaba una maleta de ropa y pensó cambiarse el color de cabello para que no fuera reconocida tan fácilmente cuando fuera a salir del país. Su cabello pasó a ser más oscuro, esta vez escogió color tabaco mientras se observaba en el espejo sonreía porque lo que estaba pensando para hacer daño sería un completo éxito.

La niña se apareció en el espejo diciéndole que porque tardaba tanto en matar a los que les estorbaban, ella solo se quedó callada como si no estuviera allí, hasta que respondió:—Todo a su debido tiempo, no me puedo arriesgar a que me atrapen de nuevo.

Tenía en mente buscar a Lancelot aunque muchos no vean ella si estuvo realmente enamorada de él, solo que su manera de mostrar era muy extraña y al ojo de los demás era un amor retorcido y tóxico, salió del baño se sentó en la cama y comenzó a escribir como especie de lista de enemigos que debía matar, los primeros en la lista eran los abuelos de Camilo, siempre les tuvo rabia por no ayudarles a convencer de que ella era perfecta para él. Esta vez su venganza sería silenciosa para atacar en un momento donde nadie se daría cuenta, Sabine destruiría la felicidad del castaño sin importar las consecuencias que podrían traer. 

Alan ya tenía su trabajo de grado en mano la felicidad se le podía en la cara porque finalmente todo ese tiempo que estuvo estudiando hasta altas horas de la noche dio frutos, aunque su novio le aconsejaba que al menos debía dormir lo suficiente p...

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Alan ya tenía su trabajo de grado en mano la felicidad se le podía en la cara porque finalmente todo ese tiempo que estuvo estudiando hasta altas horas de la noche dio frutos, aunque su novio le aconsejaba que al menos debía dormir lo suficiente para poder tener ideas más claras, y si era un defensa muy fuerte debía exigirse a sí mismo para poder dar una buena explicación del tema para que los jurados quedarán convencidos de lo que hablaba.

Estaba en el mueble leyendo un párrafo muy importante que le costaba un poco aprenderlo, y trataba de leerlo lo suficiente para poder analizarlo y dar una buena explicación porque no hacía nada si decía lo que estaba exactamente escrito allí, para ambos fue un semestre fuerte porque era la época de exámenes finales y debían tener un promedio relativamente alto para poder la clasificación final perfecta, Sabine ya no era un tema de preocupación para los dos aún pensaban que ella seguía recluida en el psiquiátrico. En una semana era su defensa, su presión por estudiar era cada vez más fuerte, el pelinegro ya estaba en el departamento solo faltaba que llegara Camilo.

Soltó el libro que estaba y fue por un vaso de agua necesitaba hidratarse un poco, su primo Rodrigo ya estaba fuera de peligro tras estar varias horas en el hospital Casandra le comentó que antes de ser herido confesó que estaba enamorado de Gabriel aquello lo tomó por sorpresa, no comentó nada pero era extraño que tuviese sentimientos por él. Su tío nunca se presentó le pareció extraño, sin preguntarle a Casandra ella le confesó toda aquella fuerte pelea entre ambos. Su tío era un hombre muy testarudo y cuando no le daban la razón era peor, lo importante era que se encontraba en buen estado y la recuperación sería lenta.

No se dio cuenta que ya había anochecido cuando se dirigía al mueble nuevamente para leer, tocaron la puerta sabía que era él, corrió un poco hasta la puerta y le abrió para recibirlo con un abrazo. Se saludaron con un beso, se sentó a su lado para escucharlo hablar sobre su día en la universidad, Camilo se fue acercando y comenzó hacerle un masaje para que estuviera un poco desestresado por tanta presión. Hasta que se acercó a su cuello para besarlo lentamente con besos suaves causando que la piel del pelinegro se estremeciera, él sabía que ese era su punto débil.

Camilo le fue retirando la camisa que traía puesta para comenzar a besar su desnudo pecho, aquello le causaba una satisfacción poderosa a Alan su novio lo besaba en los puntos exactos para poder excitarlo, en un camino de besos en el pecho llegó a sus labios para besarlo con mucha delicadeza. Entre besos y caricias se fueron yendo al cuarto, ambos desbordan deseo de estar juntos el castaño le fue retirando los pantalones dejándolo en ropa interior, el plano abdomen que tenía su novio lo provocaba y fue pasando la lengua por cada parte de este, Alan se retorcía de placer por cada acción.

Subió nuevamente a sus labios pera esta vez había más pasión en ese beso, sus lenguas tenían una danza suave causando que Alan soltara un gemido no tan fuerte, finalmente quedaron completamente desnudos ambos se apreciaban sus cuerpos y se exploraban con deseo, el pulso del pelinegro era rápido nunca había tenido una experiencia sexual en su vida para él todo lo que sentía era nuevo porque nadie lo hacía tan bien como su novio, cada punto débil que despertaba desencadenada más excitación y deseo de ser penetrado.

—¿Estas bien?—le pregunta Camilo.

—Si, solo quiero que continúes—jadeo.

Podía como el pene erecto de Camilo estaba duro en su cadera aquello lo estaba volviendo loco, el castaño se llevó las piernas de Alan a su cintura para penetrar poco a poco a Alan el dolor se hizo presente en el que doblaba las sábanas con sus manos, lentamente fue embistiéndolo no quería lastimarlo.

Camilo lo besaba con mucha pasión mientras le embestía causando que este gimiera sin más no poder, el pelinegro cruzó sus piernas entre las caderas de su novio para que fuera más placentero el acto sexual, tras varios minutos de acción quedaron exhaustos completamente para ambos fue especial porque juntos perdieron su virginidad, Alan se recuesta en su pecho lo observa por un momento y le sonríe para darle un beso para luego quedarse ambos completamente dormidos. 

ALAN© [COMPLETA] (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora