Érase una vez... Nosotros

Corazones Sinceros

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Hunter Hutsman era un cazador prodigio, y aunque algo fanfarrón poseía un gran corazón, corazón que había logrado conquistar a la hermosa Ashlynn Ella.

Hunter miraba embelesado aquella corona de flores que había preparado para su amada mientras esperaba sentado en un pequeño tronco de madera tallado por él mismo, era un día maravillastico, donde el sol brillaba con todo su esplendor y donde los rayos se filtraban a través de las hojas de los arboles dando un increíble espectáculo para los pequeños habitantes del bosque y sus invitados.

Al poco rato, Hunter comenzó a escuchar los suaves taconeos inconfundibles de su pareja, que se acercaba a pasa lento. Entonces él volteo su mirada y observo con ojos enamorados como Ashlynn se acercaba poco a poco con una enorme sonrisa en el rostro, su corazón empezó a latir increíblemente rápido y sintió como pequeñas gotas de sudor resbalaban por su nuca a causa de su nerviosismo, cosa que siempre ocurría cuando estaba cerca de ella. Cuando menos se dio cuenta Ashlynn ya se encontraba a su lado mirándolo con diversión, mientras que su chico no había logrado salir de su ensimismamiento.

-Hunter, cariño...

-Mmmm...

-Creo que tu ardilla acaba de robarse la comida...

Mmmju... - respondía sin poner realmente atención a las palabras de la chica, pero fue cuestión de segundo para que su cerebro procesara las palabras dichas y volteara rápidamente en dirección a la canasta que tenia previamente preparada para la comida de aquel día.

Mientras tanto Ashlynn miraba divertida toda la escena tomando asiento en el banco disponible al lado de Hunter y cruzando sus piernas una encima de la otra.

¡Pesky! ¡pequeña sabandija! Siempre queriendo ponerme en ridículo – decía mientras corría detrás de su pequeña ardilla tratando de alcanzarla y tratando de salvar lo poco que había quedado de comida, la ardillita corría y saltaba de árbol en árbol esquivando las manos del cazador y volteando de vez en cuando para burlarse de este. Al final, lo único que había logrado Hunter había sido ensuciarse la ropa y terminar agotado por la persecución, tirado en el suelo cerca del lugar donde se encontraba Ashlynn.

A pesar de todo, ella se encontraba bastante divertida por todo el espectáculo que su chico y el animalito habían dado, y en lo mas mínimo estaba molesta por no tener nada que comer ese día, sin embargo, Hunter se sentía humillado y avergonzado, así que no se atrevía a levantar la mirada hacia la chica que tenia cerca de él. Pasaron los minutos y Ashlynn se levantó acercándose poco a poco al cuerpo de su novio que no había movido ni un solo musculo en todo ese tiempo, al llegar a su lado tomo asiento en el frio pasto acomodándose el vestido y procurando no ensuciar sus delicadas zapatillas de cristal, acerco su mano a la cabeza del chico y empezó a acariciarlo suavemente en silencio.

Aun así, Hunter no levantaba la mirada y aunque estaba disfrutando los suaves mimos de su pareja seguía avergonzado por lo sucedido e internamente estaba jurando venganza hacia su pequeña amiga ardilla; sí, ya sabia lo que le haría, escondería poco a poco aquellas bellotas que tanto le gustaban y entonces cuando se encuentre desesperada por tenerla iría a él rogándole perdón de rodillas; sí, eso pasaría.

Lo lamento Ashlynn – hablaba con el rostro oculto entre sus brazos, sin que la voz pudiera escucharse muy fuerte, a pesar de ello Ashlynn logro detectar en su voz un pequeño deje de tristeza y llanto saliendo entre sus palabras – Yo quería que fuera especial este día, hace mucho que no salimos juntos y tu has estado demasiado ocupada con los preparativos para la obra, quería que hoy fuera perfecto y lo arruine.