Capítulo 21

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— ¿Viste eso? Creo ella se movió.

—Sí, está despertando.

Presione mis ojos que estaban ligeramente cerrados, antes de abrirlos. Vi a dos mujeres, vestidas de blanco, sentadas en las sillas junto a mí.

—Buen día cielo ¿cómo te sientes? —Le parpadeé a la morena mientras me sentaba en mi cama y mire a mí alrededor. ¿Estaba en un hospital?— ¿Qué estoy haciendo aquí? —Pregunte, mi voz estaba ronca y mi cabeza daba vueltas levemente.

—Tuviste una reacción alérgica media —dijo la otra morena y tuve que procesar la respuesta por un segundo y recordé lo que había sucedido la noche anterior. Cerré mis ojos mientras las imágenes de Louis y la heladería invadían mi mente. Oh chico… Esa fue una cita.

—Oh Dios mío, —dije a través de un suspiro y frote mi rostro. Él me saco y ordeno helado de mantequilla de maní en esa tienda. Por un momento me sentí enojada, pero luego recordé que nunca le había mencionado mis alergias.

— ¿Te sientes bien ahora? ¿Sientes náuseas, hambre, algo? —Negué con la cabeza vigorosamente por el pensamiento de la comida de hospital. Incluso si estuviera hambrienta; nunca, en un millón de años—. No, no, estoy bien. Todo está bien. —Parpadeé varias veces más, para aclarar mi visión y me percate de que las dos enfermeras me sonreían.

—Bueno, entonces. Um… —Dijo una de ellas mientras ambas se ponían de pie—. Tienes una visita. Es un chico, él ha estado aquí toda la mañana. ¿Crees que puedas verlo en este instante? —Asentí antes de que ella finalizara su oración—. Sí, yo puedo, —dije mientras bostezaba y me senté derecha, algo ansiosa por ver a Louis después de nuestra cita arruinada de anoche. Las enfermeras se fueron y pude escuchar voces fuera de la habitación.

— ¿Ella está bien? ¿Es seguro que entre ahí? —Oí su voz y no pude evitar sonreír. Él intentaba ser gracioso, a pesar de que pude escuchar la preocupación en su voz todo el camino fuera  de la habitación. Algunos segundos después, un oso relleno de peluche me vio desde la puerta.

— ¡Hola! —dijo Louis con un tono de voz muy estruendoso, tomando el brazo del oso para saludarme. Simplemente tenía que reír; él era increíble—. Hola, —dije débilmente y Louis lentamente camino dentro de la habitación, sujetando al oso sobre su cara todo el tiempo.

—Lo lamento tanto, por favor no me mates. —Su voz era amortiguada por la nuca del juguete y yo solté una risita.

—No voy a matarte. Sería incapaz de hacer eso, —bromeé y Louis finalmente reveló su rostro, mientras ponía el animal relleno junto a mí. Tomo eso como una oportunidad para inclinarse más y abrazarme—. En verdad lo siento, —era todo lo que decía mientras estuvimos así por un minuto entero. Envolví su torso con mis brazos lo más apretado que podía, entretanto él frotaba mi espalda y depositaba un par de besos sobre mi hombro.

—No lo estés. Estoy sintiéndome mejor. —No era la primera vez que alguien accidentalmente intentaba asesinarme con maní y tenía la tendencia a no enfadarme sobre eso como si no fuera algo tan malo. Lo sé, era muy amable. Simplemente no podía evitarlo.

—Las enfermeras dicen que es posible que te den el alta esta noche, —dijo Louis mientras se alejaba y se sentaba en una silla. La acerco más a la cama así podría tomarme de la mano.

—Eso es estupendo, —suspire, jugando con el cobertor. Hubo un prolongado silencio mientras ambos tratábamos de encontrar algún tipo de distracción y estaba matándome al punto donde tenía que frotarme los ojos cerrados así no se formarían las lágrimas.

—Mira, —empezó Louis minutos después y finalmente me observo.

—Sé que estas enojada conmigo y que probablemente me detestas, digo, yo te hospitalice. —Negó con la cabeza, parecía que tenía dificultades pare creer que lo que acababa de mencionar era verdad—. Pero no quise lastimarte, nunca hago esas cosas. Solo… —Su voz se apago.

Drama Class | l. t. au (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora