Cyclonno #1

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Sin titulo.

La noche reinaba cuando un estrepitoso ruido retumbo por toda la instalación acompañado de una fuerte alarma que alerto a los guardias y a quienes trabajaban en aquel lugar, automáticamente todos entraron en movimiento intentando localizar a todos.

—¡Eh, chico... Alto ahí! —Grito un guardia mientras corría detrás del joven que había localizado.

El chico estaba demasiado aturdido por todas las luces y el ruido, escuchaba las pisadas del guardia a lo lejos y su agitada respiración junto con sus palpitaciones alteradas llenaban su cabeza. Corrió, corrió tanto como pudo hasta encontrar la salida.  El muro que había ahí era bastante alto y peligroso en la cima pues había pequeñas cuchillas para evitar que alguien saliera o entrara, pero al chico no le importo, escalo mas rápido que sus piernas le permitieron, el guardia llamo refuerzos pues sabia lo peligroso que era subir el muro. El chico llego a la cima y se lastimo las manos al subir, ni siquiera sintió el dolor, al subir sus piernas sin querer se corto superficialmente en la pantorrilla y en la derecha se encajo una cuchilla en el muslo, aun sin prestar atención al estado de su cuerpo miro al suelo, estaba lejos.

—Solo confía... —Se susurro a si mismo dejándose caer completamente.

Al caer su tobillo se torció e incluso pudo escuchar el crujido que había producido, sólo en aquel momento soltó un quejido bastante fuerte, pero no paro, no podía hacerlo. Vio las luces de una camioneta que salia del recinto donde estaba y se obligo a correr aún con el tobillo roto, lo mas rápido que pudo. Se adentro en la naturaleza, se impulsaba de los arboles y luchaba por hacer el menor ruido posible mientras escuchaba la camioneta y los pasos de personas a su alrededor, al parecer no era el único que intentaba refugiarse en la naturaleza...

Pronto comenzó a sentirse mas pesado, ya no escuchaba nada y las luces habían dejado de verse, no sabia cuanto había corrido pero estaba cansado, su tobillo le obligaba a cojear y la herida de su pierna le causaba un escozor impresionante, miro sobre su hombro y diviso en este un pequeño tranquilizante...

—Maldita sea —Susurro al ver un segundo tranquilizante en su costado, no se había dado cuenta cuando habían llegado ahí, pero como siempre estaba seguro que tardaron en hacer efecto.

Llego a recargarse en un ultimo árbol, cerca de un arrollo, se saco el tranquilizante de la pierna y el hombro, después miro la cuchilla en su pierna, puso su mano en el pedazo que sobresalía cerro sus ojos mientras apretaba la mandíbula y sacaba la cuchilla, se obligo a no hacer ruido alguno para que no le encontraran, acerco su mano al agua y limpio las dos heridas. Poco apoco sintió su cuerpo cada vez mas insoportable y de pronto solo se quedo completamente dormido.

[...]

—Es una locura —Escuchaba a la lejanía la voz de un chico, pero era bastante aguda, podías confundirla un poco con la de una chica.

—Por favor, Migue, ayudame solo esta vez. A llevarlo solamente —Pidió otra voz lejana, un chico.

—No, yo no quiero otro castigo más —Dijo Miguel.

—No sabrán que me ayudaste, lo juro —Suplico el otro y se escuchó un suspiro.

—Esta bien —Lo siguiente que sintió fue como le cargaban.

Quiso obligarse a abrir sus ojos y hacer frente a los desconocidos pero entre la cantidad de droga tranquilizante que tenía en su cuerpo y el cansancio que sentía de tanto caminar la noche anterior le hicieron volver a dejarse caer rendido al sueño.

[...]

El picor de su pierna le hizo despertar, abrió sus ojos de a poco, cuando sintió un poco de humedad en su herida y una fuerte punzada de dolor se sentó bruscamente golpeándose con una madera fuertemente.

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