#36

123 21 6
                                    

Willow

Las manos me tiemblan, pero, para ser honesto, no tengo nada que valga la pena para ofrecerle más que esto, y si algo sale mal, si realmente termino arruinándolo, sé que va a dolerme. Porque Tesla... ¿cuánto lamentaría arruinar mi amistad con él?

—Creo... creo que debería irme —anuncia luego de habernos quedado en silencio muchísimo rato.

Él retrocede un paso.

Luego otro.

Y luego otro más.

—¡Espera!

Veo los zapatos de Tesla quedarse inmóviles.

Poso mi mano en el pasador del cubículo y lo deslizo, de modo tal que la puerta queda sin seguro.

Voy a abrirla.

Voy a salir de este apestoso baño.

Voy a conocer a Tesla y a dejarle ver quién es el chico miedoso con el que ha estado hablando todo este tiempo, ese que tiene pánico de arruinar algo.

¿Cómo es posible que quieras a alguien si no tienes el valor para hacer algo importante por esa persona?

Si Tesla ha tenido el valor de hacer algo así, de tenerme toda esta paciencia y de ser mi amigo, entonces yo le debo esto.

—¿Alguna vez has tenido miedo de arruinar algo realmente importante? —le pregunto.

—Todo el tiempo —responde.

—Todo el tiempo —repito en un susurro, más para mí mismo que para él.

Nos volvemos a quedar callados. Lo único que alcanzo escuchar es el sonido de mi respiración y el que hago al tragar grueso.

—Está bien, Tesla —hablo finalmente—. Creo que estoy a punto de arruinar algo importante.

—¿Uh?

—La puerta —prosigo—, está sin seguro.

—Te refieres a...

—Sí. Yo... yo realmente tengo miedo, pero si no hago esto entonces estaremos hasta quien sabe cuándo hablando sin vernos la cara.

—Oh...

—Así que aquí estamos —digo tragando grueso nuevamente—. A un miserable paso de que podamos vernos si haces algo por mí.

—No tienes por qué hacerlo si no...

—Empuja esa puerta —le atajo.

¡Ay, Dios!

¡Ay, Dios!

Voy a vomitar.

—Willow...

—¡Solo empuja la jodida puerta!

Le veo dar un par de pasos hacia el frente y escucho como desliza su mano sobre la puerta y la empuja con suavidad. Las bisagras rechinan con el movimiento y poco a poco ceden a la fuerza de su mano.

Ahí viene, pienso, y tal vez se decepcione.

Tal vez lo que encuentre no sea lo que él esperaba. Pero, en todo caso, ¿qué espera encontrar Tesla aquí en realidad?

¿Qué espero yo que encuentre?

La puerta finalmente se abre y lentamente alzo mi rostro para ver quién es la persona que está frente a mí. Entonces algo en mi interior se propaga con demasiada velocidad. Mis pupilas comienzan a devorar cada centímetro, cada color, cada sombra, cada gesto, cada pequeño detalle del chico que está parado frente a mí, con su camiseta negra y su cabello despeinado, con ese pequeño piercing en su oreja izquierda y con cada lunar en su cuello y unas pocas pecas que se pintan en su rostro.

Y sus ojos. Sus ojos grises. Juraría que dentro de ellos se esconde esa hermosa lluvia de los inviernos.

Con una voz casi inaudible logro articular su nombre:

—Tesla.

No puedo moverme.

Mi cuerpo no responde y mi mente se ha quedado en blanco. La voz se me ha quedado atorada a medio camino entre los pulmones y la boca, y siento que la punta de mis dedos palpita.

La única cosa que puedo hacer en estos momentos es permitirles a mis ojos deleitarse con cada cosa hermosa que se proyecta frente a ellos.

Para cuando mi cerebro procesa finalmente una idea, una oración, alguna cosa que poder decir y la fuerzo a materializarse, entonces sucede algo que me descoloca y me estruja el pecho.

Veo a Tesla fruncir su entrecejo. Su rostro se crispa, se pinta de un color rojizo y luego advierto como su manzana de adán sube y baja lentamente al tragar grueso.

Él retrocede un paso. Al principio no parece algo relevante, pero al segundo siguiente retrocede otro, y luego otro. Y cuando creo que va a detenerse se da la media vuelta y echa a correr, dejándome ahí, sólo, en ese mustio baño donde mis pensamientos han comenzado a destrozar cada uno de mis nervios.

 Y cuando creo que va a detenerse se da la media vuelta y echa a correr, dejándome ahí, sólo, en ese mustio baño donde mis pensamientos han comenzado a destrozar cada uno de mis nervios

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.




El universo que llevamos dentro (En corrección)Where stories live. Discover now